Tres Supers en la Tierra

87

—Ahora, quienes sois.— dijo Kara.
—Me llamo Carter Hall, al menos en esta vida y soy el hombre halcón.
—Me llamo Shiera Sanders Hall y soy la mujer halcón. En nuestra primera vida, éramos... bueno, Carter era el príncipe de Egipto.
—Fui el príncipe Khufu Kha-tarr y mi esposa fue Chay-Ara.
—Entiendo, ¿como han llegado a la ciudad?
—Siguiendole a él.— señalando al cuerpo de Vandal.—siempre era él quien nos seguía y esta vez hemos sido nosotros. Pero no me esperaba encontrar un grupo de héroes tan poderosos.
—Somos muchos más, pero ahora están ocupados.—dijo Kara.
—Somos la Liga de la Justicia, defensores de la Tierra y protectores del sistema solar.—dijo Batman.
—Vaya, es impresionante.—dijo Carter.
—Nosotros no somos precisamente fuertes, solo podemos volar y tenemos super fuerza.
—A bueno, como la mayoria de nosotros.—dijo Barry.
—Sí, hay varios con esos poderes, aunque tienen más.—dijo Batman.
—Superwoman, yo tengo que volver a Central City.
—De acuerdo, ve.— Barry salió corriendo.
—Yo también me voy, he dejado a mi prima con Batgirl, y todos sabemos lo desesperante que es esa chica.—dijo Batman.
—Lo entiendo, será mejor que te vayas antes de que Gotham deje de ser... Gotham.—dijo Kara.
—Sí.—sacó un mando de su cinturón multiusos y apareció su batmovil rapidamente, la puerta se abrió y él se subió y salió pitando.
—Bueno, ahora solo quedamos los que vivimos en esta ciudad.—dijo Kara.
—Eres la líder del grupo, ¿que piensas de ellos?—preguntó Diana.
—No lo sé, tengo que conocerles y llegar a pelear con ellos en alguna ocasión, entonces pensaré si se unen o no a la liga.

Se acercó a los tres niños que ya ni tenian sus trajes o transformaciones.

—Superwoman, no te enfades con ellos, solo querían ayudar.—dijo Dick.
—Lo sé, y lo han hecho muy bien.— miró a la niña.— ¿me das ese báculo, por favor.
—Sí.— dijo Courtney, se lo entregó y Kara lo destruyó.
—Bien. Sé que no tenéis familia y que os cuida un miembro de los Titanes, Zatanna.
—¿Cómo lo sabe?— preguntó Billy.
— Eso no importa, por vuestra edad y por vuestra situación encajáis perfectamente con ellos. Los Titanes son una rama de la Liga, ellos se ocupan de casos cómo el vuestro. Cuidan, protegen y entrenan a chicos marginados que tienen poderes, cuando aprenden a usarlos bien y tienen experiencia en combate o en resolver problemas que solo un héroe puede resolver, etonces ascienden por así decirlo, a la Liga. Aunque es verdad, que eso aún no ha pasado.—dijo mirando a Grayson.
—Los chicos no están listos para eso, auque ya llevan años con nosotros, pero prefieren formar parte de los Titanes, que de la Liga.— explicó Dick.
— Es comprensible, en la Liga corres más riesgos y el mundo espera mucho de nosotros. No podemos permitirnos fallar ni una vez.— dijo Diana.
— Es mucha presión para la gente que no está dentro.— dijo Lena.
— ¿Vosotros que queréis ser de mayores?— preguntó Kara.
—No lo sabemos, tenemos estos poderes que aún no controlamos, en mi caso es posible que quiera convertirme en un héroe cuando sea mayor, pero aún no lo sé. — explicó Jaime.
—Es comprensible, yo nunca imaginé que sería un héroe y líder de la Liga de la Justicia y menos aún convertirme en un dios. Cuando llegué a la Tierra tenía 13 años y mi deber era críar a un niño de un año y de un bebé recien nacido. Pero pude sacarlos adelante y yo también pude hacer cosas para mi misma, para mi futuro. Así que no tengáis prisa en ser héroes, sois muy jovenes y tenéis todo el tiempo del mundo para decidir que hacer, el mundo necesitará héroes en el futuro, eso es seguro.— dijo Kara.
— No tengáis prisa, disfrutad de la adolescencia con Zatanna y la escuela y después ir con los Titanes.—dijo Diana.
—Bueno, yo ya tengo experiencia en salvar el mundo y lo hice solo o al menos practicamente solo, tuve una pequeña ayudita al final.—explicó Billy.
—Lo sabemos, y sabemos que hubo mucha destrucción por tu parte porque no sabías controlar tus poderes.—dijo Diana.
— Los dioses te han estado vigilando desde que adqueriste los poderes de Zeus. Y como hablo con ellos, me lo han dicho, pero decidieron no reñirte porque eres un niño de 10 años que habia sido metido por accidente, en una lucha milenaria,— dijo Lena.
— ¿Porque tu abuelo lo vigilaba?— preguntó Kara a Lena.
— Porque Billy tiene el poder de Zeus, Shazam es un dios aunque ahora mismo es un novato.
—Entiendo.
—Tenemos que irnos, Zatanna se habrá enterado que ha pasado en la escuela y estará preocupada por vosotros.— dijo Artemisa.
—De acuerdo, marchaos y vosotros dos, vigiladlos. — dijo Kara.

Los cinco se fueron de vuelta a la ciudad, y en el desierto, solo quedaron los tres kriptonianos, las dos semi-diosas y los dos pájaros.

—Ahora, que hacemos con vosotros.— dijo Kara mirando a los "nuevos".
— Volveremos a casa para hacer nuestra vida en paz, sin estar pendiente de que Vandal aparezca y nos mate como en el pasado.— dijo Carter.
—De acuerdo, ¿Donde vivis?
— Vivimos en Star City.— dijo Shiera.
—¿A que os dedicais?— preguntó Lena.— nosotras dos somos cientificas, Supergirl es abogada, Wonder Woman también lo es y Superman es periodista.
— Nosotros somos arqueólogos.— dijo Carter.
—Interesante, ¿que periodo investigáis?— preguntó Diana interesada.
—Egipto antiguo, ya que tenemos recuerdos de nuestra vida allí, antes de...— dijo Carter.
— Entiendo, queréis descubrir que pasó después de vuestra muerte y si hablan del principe Khufu ¿no?— dijo Diana.
— Si y gracias a nuestros recuerdos, hemos encontrado bastante, ahora el mundo sabe que hubo un principe llamado Khufu.— dijo Shiera.
—¿En serio?¿quien fue su padre?— preguntó Lena.
— Mi padre era Ramses II.

Las dos amazonas se soprendieron, sabian quien era el faraón Ramses II, pero no sabian que hubiera tenido un hijo llamado Khufu, la historia no lo mencionaba.

Hablaron un poco más y los dos se fueron, Kara sabía que ellos no querían ser héroes y ahora que ahora que su enemigo inmortal había muerto, no merecía la pena seguir usando sus poderes, eso no significaba que si acababan siendo atacados, no fueran hacer algo para impedirlo, harían lo que fuera necesario para protegerse del peligro.

Los dos hálcones se fueron volando y los demás se quedaron allí, pensando en que hacer a continuación.