Tres Supers en la Tierra

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Después de eso Kara les dejó marchar.

—Vosotros cuatro os quedareis en la base, Hal te encargas de Carol.

—Por supuesto. —se cogieron de la mano.

Kara acompañó los otros cuatro a la planta donde se encontraban los dormitorios, miró en su reloj el mapa del piso para ver las habitaciones disponibles.

Quedaban justo cuatro y eran para ellos.

—Aquí os vais a quedar. —miró a Ruko. —vigílalos.

—Entendido.

—El comedor y cocina está en una planta más arriba, no quiero que estéis paseando por la base, tengo control de ella y hay cámaras por todas partes, si veo que alguno de los tres va a lugares que no tiene permitido, se las verá conmigo y quiero dejar en claro una cosa. El poder que tenéis ahora, os hace más fuertes, pero seguís sin poder vencerme, así que imaginaos si me traicionáis que os pasará. Esto no es Daxam ni Kriptón, hay unas normas que seguir y quien no las cumpla, pasará el resto de su vida en una celda de contención o muerto, depende del crimen que se haya cometido, pero si traición, os sentenciaré a muerte y nadie podrá impedirlo. Tengo todo esto bajo mi mando y protección, no he dejado que ni los espías humanos entrarán, así que no voy a ser benevolente. ¿Entendido?

—Sí. —los tres temblaron ante eso.

—Bien.

Se marchó de allí y volvió a la planta que solo ellos podían ir. Se encontró con Lena y con Lex se acercó a ellos.

—¿Qué pasa Lex?

—Emm, bueno, puede sonar tonto y algo infantil, pero a mi no me has dado ni un dispositivo.

—No me he olvidado de ti, es que el tuyo es más difícil y el Kelex sigue trabajando en él, cuando lo tenga listo tendrás los dispositivos, pero te aviso no va a funcionar con tu traje, podrás usarlos para chatear con los demás, pero nada más.

—¿Por qué no funcionará con mi traje? —preguntó con el ceño fruncido.

—Lex, tu traje es una máquina, no se puede comprimir y no es flexible. De momento sigue con tu traje, el nuevo será el de repuesto y si lo quieres usar, tendrás que venir aquí para ponértelo.

—Entiendo. Gracias. —usó el reloj y se marchó.

—¿Y tú? —preguntó sonriendo.

—Solo te esperaba para volver juntas.

—Bien. —se acercó y la besó.

Se marcharon cogidas de la mano y aparecieron en la base de Central city.

Allí estaban Cisco y Felicity, los saludaron.

—Cisco, ¿hay algún arma de larga distancia que pueda servir para destruir naves y escudos? —preguntó Kara.

—Que exista, no. Pero para eso están las series de televisión, tienen muchas ideas que podemos crear. —dijo riendo.

—¿Qué has pensado? —preguntó Lena levantando una ceja.

—Una arma de fotones, destruye los cascos, aunque no sé si también los escudos.

—Mmm, un rayo láser, bueno depende de donde apuntes puede destruir la nave. —dijo Kara mientras le daba vueltas a esa idea. —Gracias Cisco.

Las dos salieron de allí y se fueron volando.

—Debemos ir a la Fortaleza, tengo que hablar con el Kelex.

—De acuerdo.

Mientras tanto Sam estaba en casa con el ordenador mirando pistas de citas, todas eran iguales, cena y cine o cine y cena y poca cosa más, en ocasiones la gente se va a bailar, pero ella lo tiene descartado porque no sabe.

Clark le preguntó a Kripto si quería salir, el perro ladró y se acercó a él meneando la cola.

—"Nunca te diré que no a una salida. Tengo unas ganas enormes de mear, creo que será un súper pis cuando consiga vaciar". —dijo el perro.

Los dos salieron, bajaron las escaleras y después se dirigieron a un parque cercano. Pero Kripto, ya tenía la vejiga hasta el límite y necesitaba con urgencia vaciarla porque sino se le escaparía. Se le estaba haciendo eterno, así que vio un árbol y se acercó a él y levantó la pata y lo dejó salir.

—"Aaaaah, que a gusto, oooooh." —cuando terminó se acercó a Clark moviendo el rabo contento, siguieron con el paseo hasta que llegaron al parque, allí hizo más cosas.

Kara y Lena llegaron a la Fortaleza y fueron directas a la sala de control, vieron allí al kelex.

—Kelex, necesito pedirte una cosa.

—Dígame señorita Kara.

—¿Por qué él te llama por tu nombre? —preguntó Lena.

—Porque me crío.

—Entiendo.

—¿Podéis hacer un arma láser grande para poner en la Atalaya?

—Podemos hacerlo, pero no creo que sea conveniente en ponerla ahí, el peso la hará caer, piensa que además de los motores, se va a colocar el telescopio de largo alcance. —explicó.

—¿Y cómo podemos hacerlo? Sabemos que en algún momento va venir Darksaid a este sistema sola, necesito protegerlo destruyendo sus naves.

—Tengo una idea. —dijo Lena. —¿me ayudas? —le preguntó a Kara.

Ella asintió sin entender, se acercaron al teclado.

—Pon los planos de la Atalaya. —Kara escribió y aparecieron. —Podemos ponerlo escondido debajo de los motores y poner un gran botón en la consola de Alex. La idea es que sea retráctil y que tenga potencia para poder disparar, además de que el láser sea de larga distancia, tiene que ir muy lejos.

—Mmm. —Kara creó un plano con la explicación de Lena.

—El arma formaría parte de un brazo robótico muy grande y tiene que ser fuerte para poder resistir los disparos. —decía sus indicaciones.

El kelex se acercó para mirarlo bien.

—Su funcionamiento y su guardado sería como un brazo humano. Cuando está escondido tendría que estar en esta posición. —enseñó su brazo y levantó el antebrazo, doblando el codo y pidiendo el puño mirando hacia arriba. —Por supuesto el arma tendría que mirar hacía abajo, después cuando se utiliza, además de crear una compuerta en la Atalaya, el funcionamiento sería este. —bajó un poco el brazo hacia delante pero no lo estiró, lo dejó en forma de L. —por supuesto yo no puedo hacer el movimiento de una grúa, pero el brazo tendría que ser largo y que bajara de la forma que lo he explicado antes y cuando el arma saliera por la compuerta entonces hacer que se ponga horizontal para poder disparar.

Kara hizo una simulación con la explicación de Lena.

—Mmm, es factible y no pesa tanto como los motores y el telescopio. —dijo el kelex.

—Bien, poneros a ello y mañana te traigo los componentes que falta para terminar el telescopio.

—Bien.

Después de eso, se fueron a casa.