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Un mes después, Kara tenía controlados a los lanterns nuevos en la Atalaya, así que podía centrarse de nuevo en el trabajo sin problemas.

Pero recordó que pronto iba a ser el cumpleaños de Nyssa e iba ser también el de ellos en la Tierra.

—Mmm, deberíamos celebrarlo en la Fortaleza con la familia, pero seguro que Lena y Diana querrán venir. — sabía que tendría que hablar con ellas y después visitar a sus padres para contárselo.—No sé si Nyssa querrá invitar a Alex, tendré que hablarlo con ella.

Sabía que tenía que hacer cosas para prepararlo todo. Además iba a ser un día importante, porque sería el primer cumpleaños de Nyssa con su madre.

Cuando se dispuso a trabajar en el proyecto que tenía empezado, recibió un aviso de la Atalaya para decirle que un alienígena estaba haciendo destrozos en la ciudad.

—Voy para allá. —suspiró. —"¿Por qué siempre tengo que ir yo? Entiendo que los demás trabajan, pero yo también y tengo mucho más trabajo atrasado que ellos". —pensó.

Fue volando hasta el lugar, al ver que estaba pasando aterrizó y atacó al alienígena. Era muy débil, con un golpe lo había dejado K.O, avisó a la Atalaya para que enviaran hombres para que encerraran al criminal en la Torre. Si había construido, una prisión especial para los alienígenas que molestaran o hicieran daño a los civiles.

Cuando iba a irse, vio un grupo de personas acercarse a ella, querían un autógrafo, así que les firmó algunas fotos y cuando iba a irse sintió algo en la mano, como un pinchazo, sintió como su cuerpo quemaba, cayó de rodillas al suelo, se miró las manos.

"Kriptonita ¿Cómo?" —les costó un poco enfocar, pero la gente preocupada se alejó de ella pero aparecieron otras personas, ella pensó que debían ser los agentes, pero, no consiguió levantar la cabeza, si se movía le dolía mucho más, sabía que algo malo estaba pasando. Se quitó los dos relojes y los alejó de ella para que no se los quitaran, después fue levantada por los brazos, no podía luchar, se la llevaron a una furgoneta. Ya no podía más, el dolor superó sus fuerzas y se quedó inconsciente.

En Central City, en la base de la Liga, detectaron algo en el ordenador, lo miraron y vieron un punto fijo en un mapa.

—¿Dónde es eso? —preguntó Barry.

—Nacional city. —dijo Cisco.

—Parece ser el reloj de Kara que la conecta con la Fortaleza. —dijo Felicity.

—Voy para allá. —dijo Barry y salió corriendo.

Un rato después se comunicó con sus compañeros.

—Avisad a la liga ya, algo malo le ha pasado a Kara, ella no está y sus dos relojes estaban en el suelo. —dijo Barry.

En la base se miraron preocupados.

Felicity se comunicó con Winn y le contó lo que estaba pasando. Así que Winn activó la alarma y todos los héroes vieron la luz en sus relojes, sin decir nada, dejaron lo que estaban haciendo y se fueron todos a la Atalaya.

Cuando llegaron, Barry, Catlin Cisco y Felicity estaban ya en el puente.

—¿Qué sucede? —preguntó Diana.

Batman miró a su alrededor.

—Esperad, falta alguien ¿Dónde está nuestra líder?

—Eso es el problema. —Barry mostró los relojes.

—¿Dónde está mi prima? —preguntó Clark.

—No lo sabemos, pero algo malo seguro, jamás dejaría atrás esto, sino fuera estrictamente necesario. —dijo Barry.

Tres Supers en la TierraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora