Me siento como el vocalista una banda dando un concierto bajo un aguacero, roto hasta los huesos, con la diferencia de que mi tormenta es otra y no ha caído ni una sola gota de agua. Y resulta irónico porque, solo quiero que sepas quién soy, aunque puede que sea demasiado tarde.
—¿Dijiste algo estúpido? —pregunta Teo con una sonrisa cuando me acerco a la barra, pero mi cara habla por sí sola y la sonrisa se evapora de su rostro—. ¿Qué pasó?
Juls y Adriana se acercan a nosotros, imagino que alertadas por el inminente olor a tragedia y me interrogan con la mirada. No me hace ni puta gracia contarles la conversación que acabo de tener con Mariana, pero no tengo un plan mejor. No sabría decir cuál de los tres está más entretenido.
—No hablas en serio... —Alucina Juls.
—No te ha creído —murmura Teo, pensativo—. O no ha querido creerte, que también es posible, y dados los antecedentes, no puedes culparla.
Odio que tenga razón, pero la tiene. Lo que no evita que me moleste que Mariana pueda pensar que soy tan mezquino como para mentirle en algo así, pero Teo tiene razón, no puedo culparla.
—Pendiente, que se regresa —susurra de pronto Adriana mientras se larga con escaso disimulo, seguida de Juls y Teo .
Giro sobre mi asiento para comprobar «quién regresa» y me encuentro de sopetón con los ojos de Mariana clavados en mí. Trago saliva con dificultad y me mantengo en silencio. No es arrogancia, es solo que no sé qué más puedo decir que no haya dicho ya, la pelota está en su tejado.
—¿Lo dijiste en serio?
Me molesta que me lo pregunte, y sé que no tengo derecho, que debería morderme la lengua, pero hay cosas que no se pueden evitar. Como los desastres naturales, simplemente suceden, sin más.
—¿De verdad crees que te mentiría en algo así? —Hay rencor en mi voz y no me molesto en ocultarlo.
—Ya no sé qué creer, Lucas. —En la suya hay decepción, y tampoco lo oculta.
—Aunque no me creas, todo lo que ha pasado entre nosotros fue real. Pude haber desaparecido después de la primera cita y no lo hice, mendigué una segunda, escogí quedarme, conocerte y arriesgar sin saber cómo terminarían las cosas. ¿Quieres la verdad? La verdad es que no esperaba que nada de esto pasara, Mariana, pero me he enamoré de ti.
—Dilo otra vez.
—¿Esto es algún tipo de tortura?
—No —responde tajante—. Pero voy a necesitar que lo repitas muchas veces para creérmelo. —Mariana sonríe y yo, por fin, respiro.
—¿Qué planes tienes para los próximos... no sé, treinta años?
—¿Solo treinta?
—También es verdad, volvámonos locos, que sean cuarenta. ¿Qué me dices? Mari?
—Que yo también.
—Tú también, ¿qué?
—Que yo también te quiero, idiota.
No puedo esperar ni un segundo más para besarla, aunque el beso dura menos de lo que me gustaría, porque los tres espectadores que se han puesto a aplaudir tras la barra le quitan todo el romanticismo al momento.
—Aunque no sé si tanto como para volverme loca durante los próximos cuarenta años —se burla—. Oooh Diooos eso es muchísimo tiempo. —Mariana sonríe y juro que es la sonrisa más bonita del mundo.
Pues yo creo que seme va a hacer corto.
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Like i loviu (TERMINADA)
Roman d'amourJuliana quiere a su hermana, pero prefiere que sea feliz en otro sitio que no sea en su casa. Quiere recuperar su espacio por eso idea un plan. Con lo que no cuenta es, en que si pides ayuda al universo, este se atreve a cobrarse el favor, pero a su...