Like i loviu (TERMINADA)

46 Pon una sonrisa - Lucas

—¿Tú?

Mariana me mira con el ceño fruncido sin terminar de creerse que esté aquí, y no lo estaría de no haber sido por Valentina, que se había presentado unos días antes en la puerta de mi oficina.

—¿Valentina? —Me sorprendí al verla—. ¿Qué haces aquí?

—Necesito hablar contigo, es sobre Mariana.

—¿Te apetece un café? —propuse.

No quería tener esa conversación en mitad de la calle. Entramos en el local que hay justo al lado y nos acomodamos en la barra.

—¿Has hablado con ella?

—Lo he intentado, pero no quiere escucharme.

—Pues vuelve a intentarlo. Mariana te gusta, ¿no?

—¿Tú que crees?

—Que el esfuerzo debería ser directamente proporcional. —Se levantó, se puso el abrigo, dejó unas monedas en la barra sobre un folleto publicitario del Speed Dating y se marchó con un guiño de ojo.

Ni siquiera lo pensé, le pedí a Teo que me apuntara al evento y aquí estoy.

El chirrido de su silla al deslizarse hacia atrás me alerta de que está a punto de dejarme aquí plantado si no hago nada por evitarlo.

—Solo siete minutos, por favor —le pido mientras sujeto su muñeca cuando pasa por mi lado para impedir que se aleje—. Por favor Mariana.

—Siete minutos. —Vuelve a sentarse, pero se mantiene a la defensiva.

—Lo siento.

—¿Qué es lo que sientes? Explícate. 

—No haberte contado la verdad desde el principio.

Clava sus ojos entre verdes y miel en mí y en esa mirada veo demasiadas cosas de las que nadie en su sano juicio se sentiría orgulloso. Decepción, rabia, tristeza. Nos quedamos en silencio mientras de fondo suena una canción de Bruno Mars - Put on a smile.

I could pretend when I'm out with my friends

I ain't thinkin' about youI could pretend like I ain't in my feelingsBut that ain't true...

***

Puedo fingir cuando salgo con mis amigos

No estoy pensando en ti

Puedo fingir que no estoy sentimental

Pero eso no es cierto...

Y yo también me pregunto «qué va a pasar ahora».

—Acepto tus disculpas —responde sin mirarme mientras consulta la hora con impaciencia—, ya puedes seguir con tu vida. —Extiende la mano invitándome a marcharme.

—No he terminado. —Chasquea la lengua y se revuelve en la silla, incómoda.

—Te quedan cuatro minutos.

—Me sobran tres.

—La arrogancia es un pecado capital.

Me dijo exactamente lo mismo que en nuestro primer encuentro, así que decido responderle lo mismo que en aquella ocasión.

—Nadie es perfecto.

Mariana vuelve a chasquear la lengua, esta vez con más fuerza, manteniéndome la mirada. Se recuesta sobre la silla y se cruza de brazos.

Bruno deja de sonar y la melodía que ocupa el vacío que ha dejado es otra, una que me trae el recuerdo borroso de una conversación que ha tenido lugar días antes allí mismo. ¿Casualidad? Hace mucho que dudo que la elección musical de este antro sea cosa del azar, pero por si me quedaba algún resquicio de duda, la imagen de Juls bailando tras la barra, agarrada con otra de las meseras, exagerando hasta el extremo sus movimientos, y el comentario de Teo cuando se acerca a nuestra mesa para dejar dos bebidas, la borra de un plumazo.

—Yo probaría con algo estúpido.

Mariana alterna la mirada entre Teo y yo sin entender qué está pasando hasta que él da media vuelta y se larga como si no hubiera dicho nada.

—¿Qué quiso decir con algo estúpido?

«Ahora o nunca, Lucas».

—Algo tan estúpido como... un te quiero —Le lanzo de una.

—Perdona —casi se le salen los ojos de las órbitas—, ¿qué dijiste?

—No me hagas repetirlo.

—No estoy segura de haberte entendido bien.

—Respiro y pum... —Dije que te quiero.

—¿Del verbo querer? —Pero ¡¿qué pregunta es esa?! Mariana me vuelve loco loco

—¿De qué otro verbo va a ser?

—Comprendo.

«¿Comprendo?».

¿No piensas decir nada más? Me digo yo mismo.

Los siete minutos han pasado y el siguiente candidato espera junto a la mesa a que yo deje libre la silla para sentarse.

—¿Eso es todo lo que tienes que decir? —pregunto sin intención de levantarme sin una respuesta.

—Lo tendré en cuenta. Ahora, si me disculpas... —Le sonríe al tipo que espera su turno y pasa de mí.

Pasa de mí.

Como si no existiera.

Como si no acabara de dejar mi corazón agonizando sobre la mesa.  

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