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25 de diciembre...

Todos habían tenido una pequeña comida en la habitación, se despedían, pronto solo quedaron Arthur y Abigail limpiando:

- Abigail: Arthur, ¿por qué no vas a tu casa a dormir esta noche eh? Apuesto que hace mucho no tienes una cama decente en la que dormir (ríen).

- Arthur: No, así estoy bien Abigail, dormiré aquí con ella, además es Navidad.

- Abigail: ¡Tonterías! ¡Irás a casa a descansar un poco!

- Arthur: No puedo Abigail, la casa... todo está tan... vacío sin ella ahí, no puedo dormir en esa cama sin ella a mi lado, es muy...

- Abigail: ¿Duro? (él asiente). Lo sé, los últimos dos... estos dos meses han sido los peores de mi vida, ¿acaso crees que disfruto verla así?

- Arthur: Yo no...

- Abigail: No tienes que decirlo Arthur, veo cómo la cuidas, cómo hablas con ella, cómo... cómo me miras, tenías razón, el haberla mantenido con vida fue el peor error que pudimos cometer con nuestra hija, por eso Lomax y yo hemos estado... hablando y tomando una decisión (lo mira, asiente). Solo escoge tú el día y nosotros arreglaremos todo lo demás (llora en los brazos de Arthur).

- Arthur: (sin pensarlo) El jueves, ella amaba ese día, lo haremos el jueves.

- Abigail (agradecida) Bien, que así sea, entonces ahora toma esto (le da sus llaves), sino puedes dormir en tu casa hazlo en la nuestra o en el departamento, ahí podrás descansar un poco.

Arthur le agradeció y se fue a la mansión, tomó una larga ducha, entró a su clóset (una habitación completa), se detuvo a mirar y oler las prendas de Helen, cuando dejó de hacerlo, soltó un par de lágrimas, pero sonrió y en voz alta dijo:

- Arthur: Es hora Helen, siempre te voy a amar.

Helen y Arthur. Las letras falsas de una canciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora