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Los días siguieron pasando, su amistad creció y Helen cada vez se sentía menos confundida sobre quién era ahora, pero tenía un poco de dudas sobre la vieja Helen, dudas que sus padres, Lizzie, Daniel y Arthur trataban de resolverle.

Una noche lavando trastes, Helen simplemente se puso a cantar y Arthur, quien iba llegando de visitar a su padre, se congeló al verla (ella le da la espalda por lavar), pero sobre todo por escucharla:

- Arthur: (ojos vidriosos y una pequeña sonrisa) ¿Helen?

- Helen: (deja de cantar y voltea a verlo) ¡Ah! Hola extraño, no oí que...

De pronto el mundo se volvió a derrumbar para Arthur, lo que por un momento fue esperanza, en otro instante desapareció, ella no era ella, solo la voz y cuerpo, pero no era su vieja Helen, la verdadera Helen:

- Helen: (al ver que él no le ponía atención) ¿Arthur? ¿Arthur?

- Arthur: (vuelve al mundo real) ¿Qué? ¿qué pasa?

- Helen: ¿Estás bien? Estás un poco pálido.

- Arthur: Sí, sí, no es nada.

- Helen: (no deja de verlo) Creo que será mejor que te sientes, te traeré agua (le da un vaso), ¿qué te pasa?

- Arthur: (bebe) ¿De qué?

- Helen: Pues llegaste, te pregunté por Bob, pero no dijiste nada, estabas ahí parado como si hubieras visto un fantasma.

- Arthur: No sé qué... Estabas cantando extraña (se sonríen).

- Helen: (ríe) Sí, muy mal, pero tenía que hacerlo, es una gran canción.

- Arthur: Sí, lo es. ¿Dónde la escuchaste?

- Helen: no tengo ni idea (ríe), ¿te sientes mejor? (ve que tiene la vista fija en ella), ¿qué?

- Arthur: ¿Segura que no sabes dónde la oíste?

- Helen: (preocupado, risa nerviosa) Sí, no lo recuerdo, tal vez en la radio o en la televisión, ¿por qué tanta insistencia con eso? Me asustas, ¿tiene algo de malo?

- Arthur: (la mira y sonríe) No, no tiene nada de malo, es solo que eres tú.

- Helen: ¿Cómo que soy yo? ¿a qué te refieres?

- Arthur: Esa canción es... tuya, la escribiste cuando estábamos en una gira, pero nunca la... cantaste en discos o conciertos, solo la cantabas aquí y...

- Helen: (sorprendida) ¿Eso quiere decir que la recordé? (él asiente) ¡Wow! (ríe). Creo que después de todo no era tan mala.

Al ver la poca esperanza que le quedaba a Arthur y relacionar el asunto con el comportamiento, Helen decidió disculparse un momento:

- Arthur: No, no lo eras (él ríe), mira eras...

- Helen: No, no, no te preocupes, no quiero ver ninguno de mis videos, por favor (sonrisas tristes). Debo ir a... si me disculpas...

Helen y Arthur. Las letras falsas de una canciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora