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Pasan los días, los vemos grabar, pasar tiempo juntos dentro y fuera del estudio, también pasan tiempo separados, él con la banda, ella con Lizzie. Su amistad ha incrementado, pero algo dentro de Helen también, no sabe qué es, pero para ella estar con Arthur todos los días hace brillar su mundo, puede ayudarle a mejorar al cantar y escribir.

Aun leyendo algunos de los diarios, una noche despierta tras una pesadilla, rodeada de todos ellos:

- Helen: No más lectura de este (toma uno de los diarios) por hoy o por siempre.

Trata de volver a dormir, por lo que recoge todos los cuadernillos, va a ponerlos en una mesa junto a la puerta, trata de no hacer ruido, por lo que al pasar de puntillas junto a la puerta, nota que hay un sonido particular proveniente de otra habitación, su puerta estaba entreabierta, por eso lo escucha.

Deja los cuadernos en la mesita y decide salir al pasillo para saber de dónde proviene ese ruido. Descalza, con shorts de seda y top de tirantes color lila con encaje blanco, se aventura a caminar por el oscuro pasillo rumbo a una puerta casi cerrada, la única que con la luz que escapa del interior, alumbra el pasillo a duras penas.

Helen se acerca y escucha una melodía en piano, así como a Arthur cantando un poco y un tanto desafinado, denotando que su fuerte no es el canto:

- Arthur: (ella se asoma un poco, sin que la vea, aunque no lo haría, porque él tiene los ojos cerrados al tocar y cantar. Se escucha con un poco de inseguridad) Don't want to give my...

Arthur deja de cantar e interrumpe su piano con tocar varias teclas al mismo tiempo para decir:

- Arthur: (aun con ojos cerrados) ¿Vas a entrar o te quedarás detrás de la puerta escuchando extraña?

Helen sonríe, apenada suelta una risita y entra, ya con ojos abiertos, Arthur la mira con incredulidad y ríe:

- Helen: (su cuarto es como el de la foto) No recordaba esta habitación.

- Arthur: (tocando algunas notas, le sonríe) Tal vez ¿por qué nunca te la enseñé? (ríe).

- Helen: (ríe) Tal vez por eso (vuelve a reír).

- Arthur: Este es mi santuario, tendrás muchos lugares para hacer tu magia con la música, puedes hacerlo en el comedor, la sala, en la calle, en el estudio, puedes hacerlo en cualquier lado, pero yo... la mía es otra historia (sonríen). Mi magia necesita de este lugar y de este piano (lo acaricia), solo esto y no necesito nada más.

- Helen: ¿Solo eso? ¿Ni siquiera necesitas una buena cantante para tus letras mágicas? ¡Oh no! Con tu voz es suficiente ¿cierto? (ríen por el sarcasmo).

- Arthur: (ríe) A veces, solo a veces necesito también una voz extra, una que cante un poco mejor que yo (ríen de nuevo). ¿Qué haces despierta tan tarde?

- Helen: (sonríe y alza los hombros) Tuve un mal sueño, creo que tanta lectura me afectó (ríen).

- Arthur: Espero que no haya sido tan malo.

- Helen: (niega con la cabeza) No y ¿tú?, ¿qué haces aquí tan tarde?

- Arthur: (sonríe y suelta una pequeña risa) Tomando un minuto para decir cómo me siento (ella no lo entiende, él le sonríe al verla). No eres la única que ha tomado la música como terapia estas últimas semanas.

- Helen: Entonces lo que escuché en el pasillo era una canción sobre cómo te sientes.

- Arthur: Sí, así es (sonríe).

- Helen: (sonríe, alza los hombros) Y ¿puedo escucharla? (sonríe apretando los dientes).

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Helen y Arthur. Las letras falsas de una canciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora