Helen Wyley, la joven promesa de la música, lo tiene todo, pero no todo es como parece, menos cuando una tragedia cambie por completo su vida y la de todos los que la rodean.
Cuando la camioneta se estacionó ante la mansión (similar a la de Khloe Kardashian tenía con Lamar Odom), Helen bajó, la contempló unos segundos y siguió adentro a Arthur.
El recibidor estaba lleno de arreglos florales y eso la sofocó un poco, por lo que pidió que la llevaran a conocer el resto de la casa. Comieron entre un silencio incómodo y llegada la noche Helen encontró la habitación principal, se quitó las pantuflas y sintió la alfombra bajo la cama con sus pies, colgó su bata y comenzó a revisar todo.
Caminó a través del cuarto, entró al clóset y en cuanto vio toda la ropa, salió de nuevo de la habitación.
Se estaba acostando cuando Arthur entró y ya traía el pijama:
- Helen: ¿Qué... qué haces aquí?
- Arthur: Vine a dormir (sonríe).
- Helen: (ella hincada en la cama, él sentado en el borde, se quita las pantuflas) Creí que... creí que... que dormiría aquí sola.
- Arthur: No hablarás en serio ¿verdad? Esta es nuestra habitación y...
- Helen: Querrás decir su habitación, mira no sé qué pretendas durmiendo aquí conmigo, pero...
- Arthur: Pero ¿qué?
- Helen: Arthur, entiende que yo no soy... Jamás he dormido con un hombre o cualquier otra persona en la misma cama, tal vez este... cuerpo sí, pero yo no, ni siquiera he tenido privacidad o un momento a solas desde que aparecí en este mundo.
- Arthur: (voltea atrás, sentado, para hablarle de frente) ¿Estás pidiéndome que me vaya?
- Helen: No, si quieres puedes quedarte aquí, yo buscaré otro cuarto. Lo siento, no creo que esperaras esto, pero... soy nueva en esto, eso es todo.
Helen tomó sus pantuflas y salió al pasillo (la habitación era como la de Kris Jenner en la 2da casa de Keeping up with the Kardashians), pero volvió tras unos segundos:
- Helen: (apenada) Lo siento, pero no sé dónde...
- Arthur: (mueca de tristeza con sonrisa triste) La puerta a tu derecha.
- Helen: Bien, gracias, te veré después.
Helen volvió a desaparecer en el pasillo, Arthur se acostó con gran tristeza, tocó con su mano derecha el lugar de Helen y ahogó su llanto en la almohada.
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