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En los días siguientes vemos a Helen grabar a la orilla del mar, en un vestido tipo corsé con falda liviana de color blanco, cantando mientras camina y frente a ella una pareja en una cafetería, corriendo y más entre tomas.

Mientras que, Arthur nada en la mansión, come y bebe a solas, mira el asiento vacío junto a él, el cual siempre ocupaba Helen.

Una tarde Arthur recibió a Carlos en la mansión:

- Arthur: ¡Hola! ¿Qué, qué pasó? ¿qué haces aquí?

- Carlos: (le da una botella de vino) Vine a ver en qué condiciones te encontraría (ríen). Creí que estarías peor, mejor dame esa botella.

- Arthur: ¿Por qué estaría mal? (sonríe).

- Carlos: Porque es tu primer fin de semana lejos de tu... ¿cómo dice mi hija?

- Arthur: ¿Crush? (apenado, pero ríe).

- Carlos: Lo dijiste tú, no yo. ¿Cómo van tus días de agonía sin tu chica?

- Arthur: (ríe) No es mi chica Carlos.

- Carlos: ¿En serio? Están casados, viven juntos, escriben juntos, básicamente pasan 24 horas al día pegados, ¿me vas a decir que no te gusta tu esposa?

- Arthur: (sonríe) Ella no es mi esposa y no pasamos juntos las 24 horas del día.

- Carlos: Ajá, pero te gusta, admítelo.

- Arthur: ¿Qué? Ja, no, ella no puede...

- Carlos: ¿No puede Art? ¿no puede gustarte? (preocupado), ¿por qué no podría?

- Arthur: No, no es... Bien, no debo enamorarme más de ella Carlos, siento culpa, porque es... es ella, no es la misma mujer que la vieja Helen, tal vez es el mismo cuerpo, pero... siento como si engañara a las dos (triste y ojos vidriosos).

- Carlos: Eso es muy... lo siento mucho amigo, pero ella, la vieja Helen ya no está y tú debes ser feliz, hacerte a la idea de que ella así lo habría querido y el decir que... creo que es bastante obvio lo que hoy quieres, yo no fui el que acaba de decir "no debo enamorarme más".

Se quedaron callados, bebiendo un poco, Arthur meditó sobre sus palabras y tomó el teléfono.

Helen y Arthur. Las letras falsas de una canciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora