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Al menos así estuvo hasta que abrieron la puerta, dejando que la luz del resto de la casa y los ruidos de risas y copas, inundaran la habitación:

- Arthur: ¿Helen? ¿Qué haces aquí? ¿por qué no estás abajo?

- Helen: Quería... quería un minuto a solas, es que todo esto es... demasiado (se queja), debería estar agradecida con el hecho de que todas esas personas allá abajo (Arthur enciende la luz y cierra la puerta) hayan venido a verme, pero... ni siquiera sé qué hacen aquí, hablo por el hecho de que yo no soy quien ellos... por favor, haz que se vayan.

- Arthur: ¿Qué? (comienza a enojarse), ¿por qué haría eso?

- Helen: Porque... porque no puedo estar con ellos, no quiero, no los conozco, ellos a mí sí, pero realmente no saben quién soy, solo creen que sus cientos de anécdotas conmigo me harán reír, sonreír o recordar, pero en realidad yo no puedo... la cuestión es que probablemente no logre recordar jamás nada de lo que me cuentan y ellos... a ellos parece no importarles, solo quieren que... yo... yo...

- Arthur: (molesto) ¿Que tú qué?

- Helen: (frustrada) Que sea alguien que ni siquiera conozco ni conoceré, yo no voy a...

- Arthur: (enojadísimo) ¡Basta! ¡Deja de hablar así! Ellos solo quieren ayudar.

- Helen: ¿Ayudar? Solo quieren que sea la de antes, eso no es ayudar, es evadir la situación actual.

- Arthur: ¡Helen! ¡Basta! Ellos están aquí por ti y...

- Helen: ¿Por mí? Si están aquí por mí, ¿por qué nadie notó mi ausencia los últimos 45 minutos?, ¿por qué nadie (llorando) me pregunta cómo estoy o cómo me siento?, ¿por qué a nadie le interesa conocer a esta nueva Helen? ¿eh? A nadie le intereso realmente, solo quieren a la chica perfecta que les hablaba.

- Arthur: ¡Cállate Helen! ¡No digas eso! Dime, sino les interesaras tú, ¿por qué estarían aquí ahora?, ¿por qué tratarían de buscar tu atención toda la noche para...

- Helen: (desesperada) ¡Para hacerme recordar! ¿por qué no lo entiendes? Quieren que sea otra persona, a nadie en esta casa le importa conocer a esta... (se señala) nueva... ¡A quien soy yo! Y ni siquiera sé quién soy, pero sí sé que de haber sabido que me sentiría así, habría preferido morir, porque así no tendría que ser alguien que no sé quién es, no tendría que pretender ser alguien que no soy o interactuar con todas esas personas que conocían a la vieja Helen. Así por lo menos habrá muerto sabiendo quién era y no estaría aquí siendo esta nueva versión que ni siquiera recordaría su nombre sino me lo hubieran dicho, que no sabe el nombre de cada miembro de su familia, que no recuerda nada de su niñez junto a sus padres y así... si yo hubiera muerto en esa maldita barranca yo sería... aun sería la mujer que alguna vez amaste.

El silencio se hizo tras esa dura declaración, Helen lloraba y un estupefacto Arthur no supo qué hacer o decir, por lo que dio media vuelta y salió azotando la puerta.

Helen y Arthur. Las letras falsas de una canciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora