Era muy tarde, la madrugada, Helen estaba sobre un costado de su cama, no podía dormir, se puso boca arriba y entonces lo vio, ahí, en el marco de la puerta, estaba Arthur observándola, con dos vasos de café:
- Arthur: (sonríe) ¡Hola extraña! Creí que no despertarías.
- Helen: Ni siquiera podía dormir, tú eres... Arthur ¿cierto?
- Arthur: (se acerca, le da el vaso de café, se sienta en el sofá frente a ella, bebe, ella se sienta en la cama) Te traje esto (se lo da). Así es, yo soy Arthur.
- Helen: Arthur (piensa), ¿Arthur Wyley? ¿nosotros? (se señala a sí misma y luego a él).
- Arthur: (ríe) Sí, (la imita) nosotros somos pareja, esposos de hecho, pero cada uno conservó su apellido.
- Helen: (bebe) ¿Esto se supone que me debe gustar? (ríen). Así que... vaya que esto es...
- Arthur: ¿Raro?
- Helen: También, aunque iba a decir un poco incómodo, desperté hace unos días y apenas conozco al hombre que supuestamente es mi esposo, es muy... sí, creo que raro es la palabra adecuada (él no deja de verla y sonríe con tristeza). ¿Puedo preguntarte algo?
- Arthur: Lo que quieras extraña.
- Helen: Si yo soy Helen Wyley, ¿tú quién eres? Hablo de tu...
- Arthur: (ríe un poco) Sé a qué te refieres, yo soy Arthur Cassidy, tu esposo y uno de tus músicos.
- Helen: Y hay algún ¿Wyley-Cassidy o Cassidy-Wyley? (nerviosa).
- Arthur: ¿Hijos? No, aun no, pero iban a existir en un par de años.
- Helen: Ok, eso me quita un peso de encima, ¿qué clase de músico eras?
- Arthur: Tu pianista y en ocasiones el que te ayudaba a escribir tus canciones.
- Helen: Así que canto (pensativa), nadie se había molestado en hablarme de eso, solo de lo que me gusta hacer en mis ratos libres y sobre la familia.
- Arthur: Eres... eres una cantante muy famosa y apreciada, tal vez quieras...
- Helen: ¡Cielos no! No quiero saber cómo cantaba sino soy capaz de volver a hacerlo, lo mejor es jamás saber cómo era.
- Arthur: (triste) Está bien, per ven, te mostraré al menos qué tan apreciada eras, eres por tus fans.
Le extiende la mano, pero ella no la toma, en su lugar se levanta sola de la cama y lo sigue.
Se detienen frente a la entrada del hospital, ellos no salen, están en la recepción y a través de las pertas de cristal ven en el estacionamiento, cientos de ramos de rosas blancas, carteles de apoyo, fotos de ella y veladoras:
- Arthur: Todos los fans que estaban cerca lo hicieron para ti en cuanto se enteraron que estabas aquí.
- Helen: (algo triste) Esto es... es... (muy triste), ¿es cierto que planeabas desconectarme? (lo voltea a ver y él hace lo mismo).
- Arthur: (confiesa triste) Sí, así es.
- Helen: ¿Por qué ibas a hacerlo?
- Arthur: Porque... porque tú nunca habrías querido estar como un vegetal.
- Helen: Y ¿por qué no lo hiciste antes? Dijeron que estuve inconsciente por 2 meses y...
- Arthur: Tus padres y porque... no lo sé, tal vez también tenía la esperanza como ellos de que despertaras y... ahora eso no importa, porque aquí estás.
- Helen: Volveré a mi habitación (nerviosa, él la sigue), puedo hacerlo sola, no tienes de qué preocuparte.
La deja ir sola a la habitación y en ese momento el dolor vuelve a sus hombros, ella ya no es ella, estuvo a punto de desconectar no solo a su esposa, sino a la nueva chica que existía ahora en el cuerpo de Helen.
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Helen y Arthur. Las letras falsas de una canción
RomanceHelen Wyley, la joven promesa de la música, lo tiene todo, pero no todo es como parece, menos cuando una tragedia cambie por completo su vida y la de todos los que la rodean.