Una Ciudad De Polvo y Huesos [1]

TRECE

Estoy en una sala completamente sola, los otros chicos que venían conmigo ya pasaron. Esto me deja en ese eterno deja vú de hace diez años. Pero esta vez no está él, esta vez ya sé lo que me espera detrás de esa puerta.
Dolor, muerte, decepción por fallar en el peor momento, angustia...

Me encuentro aferrada a una silla como si eso fuera a salvarme. Siempre creí tener el control de las cosas. Mis nudillos ya están blancos por la fuerza que ejerzo sobre el metal. Todo es tan distinto a como uno se lo imagina que depende de nosotros mismos dejar que la verdad te carcoma por dentro o luchar contra ella.
Un disparo me hace sobresaltar de la silla. Con ese, ya van tres que se escuchan. Nos están exterminando como una plaga
Se ve que no soy la única que tiene cosas que ocultar, se ve que otros querían buscar un camino mejor del que les espera en casa. No los culpo.

La gran puerta que tengo a mi derecha se abre y salen dos guardias cargando el cuerpo de una de las chicas que hasta hace un momento compartía la sala conmigo. Se encuentra en una camilla tapada hasta el cuello con una manta blanca. Todo es blanco salvo la mancha roja que tiñe la tela proveniente de su pecho. Tiene los ojos cerrados y una expresión serena.

Muerta. Está muerta.

Los hombres se apresuran a seguir su camino sin prestarme demasiada atención y dejan que la luz de aquella habitación inunde el pequeño espacio de donde me encuentro. Una mujer mayor sale de adentro de ella y me observa detenidamente.

-Adelante

No quiero levantarme, no quiero abandonar el calor de esta silla. Apenas cruce el umbral de esa puerta una de esas balas va a tener mi nombre tatuada en ella.
Si los guardias no están, tal vez pueda acabar con la mujer.
Es anciana pero no me sentiría mal si tuviese que matarla, después de todo, es cómplice de estas muertes innecesarias, de este reino y de lo que sea que hagan en esta ciudad. Algo en su mirada me hace creer que la conozco de algún lado, tiene cabello ondulado y rubio, tiene algunas cicatrices en el rostro. ¿Se metió donde no debía?

Me obligo a levantarme y a dirigirme hacia ella con pasos lentos. Observó el pasillo antes de entrar para ver si en caso de tener que correr hacia donde me conviene que lo haga. Cruzó el umbral de la puerta mientras veo como cierra la puerta. Unas pequeñas gotas de sudor resbalan por mi frente.

Inhala y exhala.

La habitación es idéntica
Es idéntica a la de aquella vez...En el medio de ella hay un sillón totalmente blanco reclinado hacia atrás. Igual.
¿Qué carajos es esto?
Seguí recorriendo el lugar con la mirada, solo estábamos ella y yo, se ve que los guardias salieron para llevar el cuerpo. Podía terminar con ella fácilmente si quisiera, tengo que encontrar algo afilado como un cuchillo o algo punzante. Había dejado mi daga bajo el colchón de la habitación, pensé que no era necesario llevarlo a un entrenamiento por si se me caía o lo descubrían. Mala idea, Wratt estaría enojado conmigo en este momento.
No sé cuánto tiempo tengo antes de que los guardias vuelvan ni que hacer después de luchar contra ella, ¿Podré esconderme y huir? , ¿Podré llegar nuevamente a mi hogar y pedirle a Weylin que me ayude a buscar a Lura?, ¿Pedirle que peleemos de una vez?, ¿Podré despedirme una vez más de Lion antes de que me maten?
Sentí el ruido de una manija, la mujer mayor había trabado la puerta. ¿Sabe lo que estoy a punto de hacer?

¿Dejó a los demonios afuera o nos encerró a las dos con los nuestros?

-Te voy a pedir si podes sacarte la remera por favor, necesito tus brazos expuestos- dijo mientras me miraba más de lo normal- Luego, tenes que completar una planilla Solo tengo que esperar el momento justo.

Mis brazos tocaron la tela de mi overol gris y me lo bajo lentamente, todavía tengo el parche tapando mi tatuaje, se encuentra a una distancia prudente como para poder darse cuenta de él. Todavía. Lo bajé hasta que quedase por encima de mi ombligo para no dejar a la vista mi otro tatuaje de la cadera y me quede en corpiño frente a la mujer. No me avergüenza mi cuerpo así que no me afecta en lo más mínimo. Observe cómo detrás de ella se encuentra una pequeña repisa con varias jeringas sobre la superficie.