QUINCE

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Dejé caer mis pies al frío suelo mientras saltó por la rejilla. Primera puerta superada. Me adentré por el pasillo de los guardias de forma sigilosa rezando porque todos estén en el comedor disfrutando de sus cenas. Hay unas pequeñas lámparas en las paredes que generan una escasa luz. Lo suficiente para no chocarse con algo.

O alguien

Pasé justo por la puerta de Killian, ésta se encuentra totalmente cerrada. Miles de pensamientos y emociones se formaron en mi pecho recordando aquello qué pasó y la verdad de su identidad ¿Ya sabe que fui yo quien lo besó? , ¿Eso también fue otro de sus trucos? No lo creo. ¿O quiero convencerme de que no es así? Quiero confrontarlo y dejarle bien las cosas en claro pero no puedo correr ese riesgo sin antes encontrar a mi hermana.
Al llegar a la puerta que me separa del quinto y último piso sacó la huella de mi bolsillo y la colocó en su lugar.

Inhala y exhala

-Por favor...-dejo salir las palabras como un susurro

Pasaron unos segundos que parecieron eternos. La puerta emitió un pitito y se abrió.
Había funcionado. Funciono.
Mis fríos dedos empujaron suavemente el metal de ella y me adentre cerrándola a mi espalda. Unas pequeñas escaleras me obligan a hacer andar mis pies. Cada escalón que subo hace que mi corazón lata más fuerte. Estar tan cerca de la verdad me asusta. Me aterra. A veces me llega el pensamiento de que soy solo una niña creyéndome una guerrera. Y hoy, así lo creo.

Al llegar al último escalón me obligo a seguir adelante. Un pasillo totalmente diferente me esperaba esta vez. Solo tres puertas. Una hacia el fondo del mismo y las otras dos una a cada costado. Me apresuré hacia la del final del pasillo pero ésta está cerrada. Una puerta de madera tallada a mano con una pequeña ventana en ella me da un poco de vista hacia su interior. Algo de entre las sombras se puede observar, parece más una habitación. La de Efraín.
Pareciera que no hay nadie dentro así que por ahora la descarto y me concentro en las otras que me quedan.
Fui hacia una de los costados. Esta si está abierta.
Entré en ella y cerré la puerta detrás de mí. Una gran habitación con paredes blancas me come viva. Parece un mini hospital. Hay varias camillas que se extienden a lo largo y bandejas metálicas con varios instrumentos quirúrgicos al lado de cada una de ellas.
¿Qué mierda está pasando acá?

Empecé a recorrer todas las camillas pero se encuentran vacías. No hay rastros de nadie ni nada. Frustrada salí y me dirigí a la del otro lado del pasillo. Puse una de mis manos en el picaporte de la puerta y un sentido extraño me dice que corra bien lejos para el lado contrario, que no tengo que saber que me espera del otro lado. Lo alejé rápidamente y me metí en ella..
Es exactamente igual a excepción de que en el fondo de ella hay dos camillas ocupadas...y demasiada sangre alrededor. Manchas de sangre roja salpican todo el suelo.

Oh dios mío

Me acerqué a ellas y mí respiración se cortó, me llevé una mano a la boca. Lágrimas silenciosas se escaparon por mis ojos. Mis manos tiemblan, mi cuerpo no responde.

-Lura...
Sus pequeños ojos se abrieron y me miraron con asombro, intentó moverse pero fue en vano, quiso hablar pero tampoco pudo.

-Shh, tranquila. No hagas fuerza voy a sacarte de acá.

Me cuesta mover el cuerpo y las lágrimas me tapan la visión. No puedo dejar que esto me domine ahora.
Hay tanta sangre alrededor de ella que no sé lo que está pasando. Trato de pasar mis brazos sobre su cuerpo pero ella se queja.
Una de sus manos me agarró tímidamente del brazo.

-No es...tu culpa...-dijo cortadamente y en un susurro- Ellos...- sus palabras se cortaron.
Silencio. Su mano resbaló de mí y cayó a un costado de la camilla.

Una Ciudad De Polvo y Huesos [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora