VEINTICINCO

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La mirada intensa de Weylin me hace doler la cabeza. El odio que corre por mis venas me pide a gritos que le arranque la cabeza. Dacian me observa de la misma forma, no se habían movido ni un centímetro.
Un disparo.
Se había escuchado un maldito disparo y no era mío. Maldigo por lo bajo esperando que Bastián esté bien.
Mantengo el agarre firme de mi arma y ahora le apuntó directamente a la cabeza.

-¿Qué pasó, ahora te comieron la lengua los ratones? , Me mandaste al muere pensando que no iba a sobrevivir ni un puto día ahí afuera, pero te equivocaste- doy un paso hacia él- te equivocaste al creer que iba a dejarme morir sin vengar la muerte de mi hermana,de toda esa gente..., juré que iba a matar a los responsables. Y, ¡oh casualidad! ¡La mató el hijo de puta al que le confié mi vida!

-No me dijiste que tenías una ex loca suelta por ahí Weylin...-me dedicó una arrogante sonrisa- El día que intentaste escapar del rastreador...sabía que te conocía de algún lado. Hiciste un excelente cambio de look, te felicito- concluyó mientras aplaude.

Giré unos centímetros hacia Dacian para quedar totalmente de frente, ahora tenía mi pistola apuntando a su pecho. Otro imbécil al que le vendrían bien un par de balas. Estaría encantada de ser yo la que lo haga.

-Verena...baja eso y hablemos con tranquilidad- dice Weylin mientras se mueve unos pasos hacia mí- déjame explicarte...

Su voz. No vacila ni un momento al hablarme. Su maldita voz lo delata. Delata que no se arrepiente de nada.

-No te muevas más o te pongo una bala en el medio de la cabeza- ahora tenía mi arma en él- Eras vos...era tu voz la que estaba en los pasillos del castillo. Eras vos el que te reunías con ellos. Me siento una imbécil por haberte confiado toda mi vida. El dolor de la traición me retumbaba en la cabeza. Lura me lo dijo, Killian me lo dijo. Nunca confíes en nadie, hasta las personas más cercanas no dudarían en apuñalarte si es para salvar su propio culo.
Soy una estúpida, soy una estúpida.

-Verena...-dice analizando mi nombre-harto de buscarte por todos lados, nos hiciste un favor al venir. Ahora ya no vas a ser ninguna molestia para nuestros planes- añade Dacian mientras hace un movimiento con sus manos que no logro entender. -Se acabaron sus estúpidos juegos, no voy a dejar que maten a toda esa gente inocente. Se les acabaron las mentiras, me voy a asegurar que todo el mundo sepa la verdad.

-V, les estamos haciendo un favor...

-¡¿Un favor Weylin!?. Claro, así como se lo hiciste a mi hermana, a todos esos niños que dejaste que se llevaran, todas las muertes que de seguro manchan tus manos. Estuve tan ciega en confiar en vos, tan ciega en no ver el monstruo que verdaderamente sos. No sé qué es él lo que te ofrecieron pero estoy segura de que te están engañando, a penas tengas la primer oportunidad te van a matar sin dudarlo, imbécil- digo y me acerco lo suficiente a él para sentir su pesada respiración- Te contó todo me imagino, ¿no? ¿Te contó que no tiene sangre dorada?, ¿Que es todo una farsa? , ¿Con que juego te engaño para que le entregases a toda tu población? ¿Qué te ofreció para que los dejaras morir?... ¿¡eh!?, ¡habla!- añado mientras lo empujo y lo acorralo contra una pared.

-No vas a convérselo linda, él ya conoce todo y aun así está de mi lado. Y vos, sos una verdadera estúpida en creer que vas a poder contra nosotros. ¿Qué es lo que más ansía un hombre estos días? , el poder. Algo que yo solo puedo ofrecerle.

-Sos una verdadera mierda, ojala que te pudras en el infierno- apoyé mi arma en su pecho y coloque bien mi dedo en el gatillo.

Estaba esperando que algo del viejo Weylin apareciera en él, que me dijera que todo era un plan secreto que venía planeando hace rato y que no era lo que pensaba. Pero nada de eso pasó. Su mirada irradiaba odio hacia mí, en ver que no estaba de su lado, en que yo no comprendía que yo tenía un lugar junto a su poder si quisiera. Pero no, eso nunca. Y si de verdad me conocía sabía que preferiría estar muerta antes de eso.
Ya habíamos intentado tener una conversación sobre esto el día en que los gemelos nos vinieron a visitar. Yo no entendía sus preguntas...pero ahora, ahora sé que es lo que quería decir. Estuve tan ciega...

Una Ciudad De Polvo y Huesos [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora