CUATRO

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La oscuridad de la habitación me rodea. Puedo escuchar las respiraciones de las personas que se encuentran durmiendo al lado mío. Intento moverme un poco sobre mi colchón pero Lion tiene todo el peso de su cuerpo encima mio y uno de sus brazos rodeando mi cintura. No se podía dormir y lo entiendo, así que lo deje dormir en mi colchón esta noche. Muchas pesadillas rondan en esa pequeña cabeza suya que nunca tendrían que haber existido.
Me siento culpable por eso.
No creo que pueda pegar un ojo en toda la noche. Ni ahora, ni por un tiempo.

Un dolor repentino en mi cabeza me hizo maldecir por lo bajo.Todo lo que pasó hoy...Miro el rostro del niño que tengo entre mis brazos y contempló sus rasgos completamente tranquilos y relajados, paso una de mis manos por su pelo blanco. De solo pensar que hoy algo malo le pudo haber pasado...de que hubiese sido él al que hubiesen agarrado me estruja el corazón. La única misión que tengo en esta vida es cuidar a mi familia y casi las cosas se salen de control hoy.
No creo poder sacarme sus rostros de la cabeza.

Yo sé que las cosas están mal pero no sabía que iban a empeorar tan rápido. Robar la vida de un inocente solo por diversión...
Siempre fuimos el estorbo de todos y sinceramente no me sorprende que nos quieran sacar del medio. Cada vez menos comida, los medicamentos se nos están terminando y ninguno de los de arriba se digna a ayudar.

Esos reyes imbéciles. Todo este maldito sistema está mal. Siempre pensé que la que estaba mal era yo. La que no podía entender a los demás, la que no podía adorar y venerar a esos estúpidos dioses era yo. Pero no, nadie se imagina lo que nos toca vivir acá abajo. Todos viven sus vidas felices mientras nosotros nos sacrificamos por un pedazo de pan. Destinados a seguir sus leyes de mierda que no nos dejan mezclarnos con los demás, destinado a no poder ver la luz del sol por más que unas horas al día. Es muy difícil poder controlar tu cabeza si vivís rodeado de oscuridad. Es muy difícil intentar no volverse loco. Creo que después de estar muchos años acá abajo ya no sabes cuánta cordura te queda. Pendes de un hilo del que no sabes cuándo se puede cortar o de si te vas a hartar y vas a ser vos mismo del que salte por él.

Mi mano se desliza lentamente por el tatuaje de mi brazo izquierdo. Marcado como ganado. Todos nosotros.
Unas pequeñas y silenciosas lágrimas corren por mis mejillas. Es el único momento en el que me permito ser débil. No quiero que nadie me vea así, no me gusta que vean esta parte de mí. Perdida entre la oscuridad dejó que esta me consuma y me envuelva con ella. Desaparezco. Me hundo en mis pensamientos, me escondo en lo más profundo de ellos y me quedo ahí. En mi lugar secreto, en el más íntimo. Siento que es el único rincón de mí en que nadie puede cambiar o romper. O, eso creía. Ya no es el mismo de antes. Mi lugarcito ya no está, se fue. Todo lo que era luz y esperanza ahora es cansancio y tristeza. Puedo vivir con eso.
Ahora todas las noches lo único que me abraza es la oscuridad, todo lo que rodea estas paredes y todo lo que invade mi cuerpo no es más que eso. Me pongo a imaginar todo aquello que puede ser pero termina con algo malo, algo que lo tira abajo.

Ese algo soy yo, ese algo es todo el maldito sistema.

A veces creo que ya no vale la pena luchar por este mundo dominado por un par de reyes que no sirven para nada más que para expandir el mal. Pero otras veces veo la carita de todos esos niños asustados pensando en que los espera un mundo mejor y se chocan con la realidad que les toca. Esos niños que esperan que alguien los defienda. La niña de cabello fuego.
No puedo seguir permitiendo esto por mucho más.

Me seco las últimas lágrimas que dejé escapar de mí y me dedico a salir en silencio de la habitación tratando de no despertar a Lion ni a mis hermanas. Salgo al pasillo y observo algunas de las puertas cerradas y otras medio abiertas donde se dejan escapar algunas conversaciones de su interior o susurros. Me dirijo a las escaleras de hierro que conectan al último piso, subo por ellas tratando de hacer el menor ruido posible y me dirijo a la última puerta de este nuevo pasillo, es más estrecho que los principales pero tiene el mismo aspecto color tierra y veladores colocados a todo su largo.

Una Ciudad De Polvo y Huesos [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora