VEINTITRES

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Esto es demasiado para procesar pero no tengo tiempo para eso. Los reyes tan muertos, son toda una farsa. ¿La enfermedad que tenían era por no consumir nuestra sangre? Nos matan para sacarnos toda nuestra sangre para poder transformarla y seguir alimentando toda su mentira. Sentada en la cama de Killian miró de reojo un vaso en su escritorio, qué creo que era lo único que quedaba sin romper, y lo tiró contra la pared. Toda esta maldita mierda no puede ser verdad. Cierro mis ojos con fuerza buscando despertar de esta puta pesadilla pero nada de eso ocurre. Siento el calor del cuerpo de Killian rodearme la cintura

-Shhh, tranquila

Me giro hacia él y dejo caer mi cabeza en su pecho.

-El día que salí a buscar a mi hermana...ellos...estuvieron ahí. Estuvieron en el ataque. Había una huella de sangre azul en el edificio. No podía entender de qué se trataba...-mi voz empezó a cortarse- me maté tratando de buscar una respuesta...y siempre la tuve enfrente, fueron estos malditos. Siempre fueron ellos. Tendría que haber sabido.

Lágrimas de rabia y tristeza corren por mis mejillas. El cuerpo de mi hermana frío y solitario viene a mi mente, todo lo que tuvo que sufrir... ¿Para qué? Para que otros alimenten sus mentiras.

-No podías saberlo, nadie podía. Esos hijos de puta sí que supieron bien guardar sus secretos...Estoy tan sorprendido como vos con todo esto. Yo soy el que debía de saber que mi padre siempre fue capaz de algo así. Yo soy el que siempre tuvo la verdad ante los ojos- una de sus manos empezó a jugar con mi pelo- Juro que los vamos a hacer pagar y que vamos a lograr que el mundo vea la verdad. Ya no sirve lamentarse de nada, V. Así como nosotros pudimos saber la verdad, hay que hacérsela saber a los demás.

No me gustaría más nada que esas palabras se hagan realidad. Levanto mi cabeza hacia su rostro y lo aprecio. Su olor a mentas y el calor de su cuerpo con el mío me tranquiliza. Me transmite paz. Conecta sus ojos con los míos y sube una de sus manos para acariciarme la mejilla. Tal vez sea muy apresurado sentir o decir algo como lo que mi corazón no quiere guardarse, pero después de lo que vi hoy siento que uno nunca sabe cuando tiempo le queda para expresar lo que le pasa asi que le dejó el camino libre para que lo haga.

-Me hubiese gustado conocerte en otro momento de mi vida, en alguno donde no nos quisiéramos matar el uno a otro, donde no nos obliguen a ser enemigos naturales, alguno donde no se estuviese a punto de desatar una guerra- digo mientras cierro los ojos frente a su tacto. No espero a que me responda, es algo que dije en voz alta pero era algo más para mí.

Sé que sigue enamorado de aquella chica y que me acaba de conocer, pero todo este tiempo junto a él me hizo sentir como si lo conociera de toda la vida.
No esperaba que me contestara, ni mucho menos que dijera algo como lo mio. Solo que después de hoy, ya no quiero guardarme nada.

-Verena...Después de no conseguir encontrarte, llegaste sola a la puerta de mi casa,entraste en mi vida en un momento donde pensé que ya no quedaba nada bueno de este mundo, me hiciste ver que no todo está completamente perdido- se frenó un momento y luego continuó -Después de solucionar este pequeño problemita de la guerra- dice sarcásticamente- podemos darnos el lujo de volver a empezar. Dejar sanar todas las heridas y crecer en un nuevo mundo donde vos y yo podamos conocernos mejor, sin tantas prohibiciones de por medio

Me sorprende que todavía pueda sacar algo de humor de todo lo que nos rodea. No esperaba que aun después de todo quiera seguir a mi lado. Pero yo si quiero, yo si quiero seguir sorprendiéndome de todos esos misterios que lo rodean y lo hacen ser como es. Ya no es la versión de Killian que creí conocer toda mi vida, que conocí en el callejón o aquella que me atendió en la entrada del castillo. Esta es la verdadera. Es lo que él es y eso...me encanta.

Una Ciudad De Polvo y Huesos [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora