CINCO

27 17 22
                                    


Nunca había estado tan cerca de él y eso me aterra, pero no le voy a dar el gusto de saberlo. Nuestras narices están a solo unos centímetros de rozarse y cualquiera que pase por la abertura del callejón pensaría que estamos a punto de hacer otra cosa. Su cuerpo está caliente y emana un olor a menta con mezcla a canela. Está enojado. Observo sus rasgos y me doy cuenta de que no es mucho más grande que yo, debemos tener la misma edad; Si es mucho más alto y grande así que tengo que pensar bien mis próximos movimientos.
Tengo que pensar en un plan rápido.
No puedo quedarme callada, no puedo dejar que me analice demasiado. Tengo que actuar normal, no se si me recuerda, no se si sabe quien soy.

-Déjanos ir y prometo no cortarte el cuello ahora mismo.- mis palabras fueron secas y directas. Lo apreté más contra la pared y una mueca rápida pasó por su cara.

Sus ojos no me transmiten otra cosa que una gran rabia interna. En eso tenemos algo en común. Me fulmina tanto con la mirada que me hace dudar de mi agarre por un segundo pero luego de ello me pongo firme y aprieto un poco más el filo de mi daga a su cuello.

-¿Cómo sé que no lo harás de todas formas? - Su voz salió lenta y con tono juguetón.

Esto le parece divertido
Me encogí de hombros.

-Vas a tener que correr el riesgo y averiguarlo - mis manos están blancas de tanto apretar el mando de la daga. No puedo perder la cordura ahora.

-¿Lo tomo como una amenaza directa a mi vida?

-Tomalo como quieras - escupí - no soy yo la que tiene un cuchillo en el cuello y te aseguro que me gustaría ver esa sangre negra que corre por tus venas - dije deslizando un poco la afilada punta de la daga por su piel.

Es el mayor guerrero que tiene la ciudad y se que me está evaluando antes de hacer su jugada, no es tan imbécil como yo pensaba.

-Tenes que ser muy tonta para arriesgar tu vida así o muy estúpidamente valiente ¿Matarlo es un acto de valentía? ¿que me detiene clavarle la daga ahora mismo en el cuello? todo se terminaría o la verdadera guerra se desataría.

-Lo que elijas esta bien - le hable con indiferencia - ahora necesito que dejes al niño en paz y te vayas.

- ¿O que? - dijo en tono burlón - los guerreros siempre estamos preparados para nuestra muerte, lo que no pensé es que sería...-me mira de arriba abajo- así

¿Halago u ofensa? me da igual, gruñi en forma de respuesta.

-Voy a tener que matar al único hijo adorado de Efrain...- hice una pausa - ¿Cuánto crees que me den por tu cabeza? Tal vez la use para darle de comer a los salvajes de los marginados - me acerque un poco más a su rostro - Dicen que comen carne humana...

Un segundo después una mini sonrisa se le formó en el labio derecho. ¿Qué es tan gracioso?. Sin dejarme respirar me tomó del brazo haciéndome girar sobre mi misma y me estampo contra la pared. Mierda. Me sacó el cuchillo de la mano y lo puso en mi cuello.

-¿Qué decías?, ya me estaba aburriendo tu jueguito

Estoy perdida.

-Qué pena. Yo me estaba divirtiendo,lindo.

-¿Que me impide matarte ahora? - apretó mas mi daga sobre mi piel

Me reí. Nada, verdaderamente nada. Y él lo sabe.

-Si lo hubieses querido hacer lo hubieses hecho desde el primer segundo en que te puse el cuchillo en el cuello.

Una sonrisa se formó lentamente en su cara.

-Chica lista

El sonido de una pequeña voz nos interrumpió.

-Déjala,por favor...ella intenta ayudarme. Es todo culpa mía.- el niño salió de su escondite haciendo que el hombre afloje un poco su agarre mientras concentraba ahora su vista en él. Aproveché esa distracción para poder soltarme y correr hacia el niño. Lo puse detrás de mí ocultando la mayor parte de su cuerpo con el mío.

Una Ciudad De Polvo y Huesos [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora