AMISTAD

35 21 15
                                    


CENTRO DE DESARROLLO
DIEZ AÑOS ANTES

La luz de la habitación y el pitido que hace la puerta al abrirse nos obligan a abrir los ojos justo un momento antes de que ellos lleguen y nos saquen de nuestras camas a la fuerza.
Nadie dijo que la vida acá adentro sea fácil, nadie habla del método que tienen para prepararnos a la vida.

Nos obligan a hacer una fila en el pasillo como toda mañana para luego guiarnos a un comedor grande de paredes y pisos blancos con varias mesas de metal distribuidas en él para darnos el desayuno. Me siento sola en una de las mesas alejada de los demás tratando de pasar desapercibida. Todos interactúan y hablan entre sí mientras yo disfruto de mi soledad. No es algo que me moleste, me siento cómoda así.

Del otro extremo de la sala un chico me mira. Está solo en su mesa al igual que yo pero no dura mucho porque un grupo de chicos se le acercan tomando la comida de su bandeja y tirándola al suelo, se ríen de él y después se alejan. Todos se quedaron callados pero nadie hizo nada.

Me levanté para ayudarlo pero salió corriendo y se perdió en algún lugar de los pasillos. Todos empezaron a reírse cuando él había abandonado la habitación. Observé mi comida y me acerqué a ese grupo de chicos. Al llegar a su lado todos se dieron vuelta para mirarme pero me concentré en uno solo de ellos que es el provocó todo y le tiré mi bandeja de comida en toda su ropa.

Nunca había hecho algo así, nunca me había expuesto tanto. No sé, pero me gusta.
Él chico y sus amigos empezaron a gritarme pero no les di tiempo que me fui corriendo siguiendo los pasos de aquel niño. Los guardias se acercaron para calmarlos mientras yo me escabullia por los pasillos intentando encontrarlo. Después de buscarlo por varios minutos me frené para intentar calmar mi respiración y para comprender qué fue lo que me hizo reaccionar así por alguien a quien no conozco. Me reí al recordar la cara de esos chicos, no me esperaban. Un ruido detrás de una puerta me sobresaltó. Me acerqué a ella y la abrí lentamente. Ahí estaba él.

Se había metido a uno de los armarios para que nadie lo encontrara, como si tuviera vergüenza de lo sucedido. Levantó su cara y me miró con sus ojos avellanas tristes y rojos por haber llorado al mismo momento en que se sorprendía de verme ahí. Al verlo algo dentro mío reaccionó, un reflejo de mi imagen en su situación me envolvió por completo. Me metí al armario y cerré la puerta. La oscuridad nos envuelve pero nadie se atrevió a hablar, me senté a su lado mientras el único sonido que se escucha es el de sus lágrimas caer.

Me quedé ahí con él hasta que ya no se escucharon más.
Me quedé aún sabiendo que no iba a poder alejarme de él nunca más.


.......................................................................
Hola!
Gracias por leer!
-Delfi

Una Ciudad De Polvo y Huesos [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora