DIECIOCHO

11 8 14
                                    


Mis ojos pesan, no quiero abrirlos. Siento como unas manos sacuden mi cuerpo y una voz lejana me habla, pero no entiendo lo que dice. Fragmentos de las sonrisas de los gemelos se repiten una y otra vez en mi mente. Sueños de cómo esas mismas manos mataron a mi hermana, su carita de cansancio, su cuerpo frío y solo en aquella habitación...
Mi cabeza me duele, siento que va a explotar.

-Verena...V, por favor. Despertate.

Abrí lentamente mis ojos y me crucé con el rostro de Bastián a unos centímetros del mío, parpadee rápidamente y observe el lugar, nos encontrábamos nuevamente en mi habitación. ¿Cómo llegué acá?

-¿Qué pasó?- dije mientras me incorporo un poco en la cama.

- Me diste un susto de muerte, después de ponerte el rastreador te desmayaste y te cargue hasta acá. Los gemelos ya se fueron.

El rastreador

Llevé rápidamente una de mis manos a mi cuello y lo sentí. Un pequeño fragmento de algo que hace bulto bajo mi piel. Ahí estaba. No solo manejan mi vida sino que ahora van a poder saber cada puto movimiento que voy a hacer. Largué un suspiro, esto complica mucho más las cosas. ¿De verdad todos se comieron el cuento de que es para vengar su muerte? Tengo que descubrir qué mierda tengo en el cuello. Una cosa más a la lista de preguntas a la cual no tengo respuestas. Analizé internamente lo sucedido en las últimas horas y nada tenía sentido. Mi intuición me dice que puede que ya no tenga mucho tiempo. Todo se me está escapando de las manos y la desesperación me empieza a carcomer viva.
No puede estar saliéndome todo mal. No puede ser que ellos sigan ganando.

-¿Vos como estas?- le digo al recordar que él tampoco quería que le pusieran esta mierda en el cuello

-No me gusta nada esto, siento que hay algo más que no nos están diciendo-largó un interminable suspiro

Si supieras...espero que no haya muchos más secretos por revelar.
Killian
De repente su nombre se me vino a la mente, quería verme. ¿Tendrá la respuesta a una de mis preguntas? Tengo que averiguarlo.

-¿Qué hora es?, ¿Cuánto dormí?

-Ya casi es la hora de la cena, dormiste bastante

Mierda. Perdí casi todo el día y no pude averiguar nada, los gemelos ya se fueron y no dieron indicios de nada más que estos aparatos que nos pusieron en el cuello. Bastián se levantó de la cama y me observó por unos instantes como si estuviera pensando si yo soy alguna de esas respuestas a las tantas preguntas que se debe de plantear.
Y si es así, no se equivoca...

-Bueno...te voy a dejar descansar y voy a ver como se encuentran por mi habitación, nos vemos en la cena V. Trata de no morir otra vez- dijo sarcásticamente

-Gracias por traerme y no dejarme morir, te debo una

-Regalame el postre de la cena y estamos a mano- me giño el ojo y salió de la habitación.

Bastián es la única persona que se mantiene a mi lado y la que se está ganando mi confianza, pronto tendré que decirle la verdad. Voy a tener que ver de qué lado va a estar en todo esto. Hoy me dio indicios de que le tiene tanto miedo a los gemelos que no confía en ellos, no sé cómo acabó acá ni que es lo que busca. Pero voy a tener que preguntárselo.

******
El eco de mi caída retumbó en todo el pasillo. Todos deberían de estar en la cena. Me dirigí rápidamente hacia aquella puerta que ya se me hacía familiar y le di unos golpes esperando que alguien me la abriera. Que él me recibiera.
La oscuridad del pasillo se comía mi cuerpo, lo rodeaba y no lo dejaba a la vista casi de nadie. Las pequeñas lámparas que colgaban de él no lograban alejarla. El tiempo parecía que se ralentizaba y que ya había esperado una eternidad. No había obtenido ningún ruido del interior de la habitación ni ninguna respuesta a mi pedido. Esto es una pérdida de tiempo. ¿Desde cuándo el imbécil de Killian puede serme útil para algo? Tengo que volver a mi piso para ver si se habla algo en el comedor de lo de hoy. Me alejé un paso de la puerta cuando esta se abrió. Una figura más alta que yo se deslumbraba entre las sombras.

Una Ciudad De Polvo y Huesos [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora