DOCE

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El calor del sol me quema la cara, mis manos se encuentran firmes agarrando el metal mientras todo mi cuerpo cuelga a quince metros del suelo. Una gota de sudor se resbala por mi frente. Levanto mi cabeza y observo mis brazos por encima de ella rogando poder aguantar un poco más. El metal me pide a gritos que lo suelte, que saque mis dedos rasposos de él y me deje caer a la nada.

Por primera vez estaría agradecida que las nubes tapasen el sol.

Mi mirada se posa en el chico que tengo al lado y se encuentra con la mirada hacia el lejano suelo bajo nuestros pies. Al lado de él le sigue otro y así sucesivamente. Somos trece en total.
Nos habían levantado media hora después de que llegue a la habitación para arrancar con el entrenamiento. Nos hicieron agarrar de este largo metal y lo subieron haciéndonos quedar a esta gran altura.

No dormí nada. Todavía puedo sentir mi reciente sueño y el calor de su cuerpo contra el mío. ¿Qué fue lo que pasó anoche?
Killian todavía no había dado ninguna señal de vida. Un grupo de tres hombres se encargaron de hacernos llegar hasta acá y dejarnos así sin ningún tipo de explicación.

Nos encontramos en el campo detrás del castillo. Un lugar amplio rodeado de árboles y un silencio aterrador. A lo lejos se está empezando a espesar la niebla de las mañanas. Podría jurar que es casi tan aterradora como la oscuridad profunda que me rodea por las noches.

Está claro que nadie quiere ser el primero en caer, por miedo o por terror a ser el descanso de todos. Ya perdí la cuenta de los minutos que llevamos así pero mis brazos me empiezan a doler y el primer dedo amenaza con salirse del metal. Largo un gran suspiro por mi nariz mientras escucho pasos acercándose.

-¿Durmieron bien,princesas?

Un escalofrío me recorrió la nuca. Está vestido con el uniforme real de siempre y ese maldito pelo revuelto. Pensar que mis manos estuvieron ahí horas antes me genera un malestar dentro de mí que no logro entender.

¿Cómo pude ser tan débil? ¿En qué estaba pensando?
Ruego por que no se haya dado cuenta.
Ruego porque no me mate ahora delante de todo el mundo.

Quiero creer que no salió a buscarme o que quien sea la persona que esperaba no haya llegado nunca. Tengo que olvidar la noche de ayer y concentrarme en como poder abrir esa puerta.
En mi hermana, mi hermana. Él es el enemigo. Él está involucrado en todo esto. Killian empezó a dedicarle una breve mirada de superioridad a todos los que se encontraban a mi lado y se detuvo un momento en mí. Mis ojos se posaron en los suyos y tuve que apartar mi mirada de inmediato.
Maldito imbécil. Hoy no estoy para sus juegos.

-Bien, veo que tenemos caras nuevas- una sonrisa se formó de lado en su rostro- Veamos que tienen el día de hoy,entonces. Esta semana nos toca fuerza así que pedí que los colgaran de ese metal para evaluar su capacidad física. La última persona en caer se salva de entrenar esta mañana- dijo mientras levantaba la cabeza para poder observarnos mejor- pero el primero que lo haga...bueno, no va a ser lindo. Yo tengo tiempo para rato así que los espero acá abajo- concluyó.

No tengo ni idea cuanto más pueda llegar a resistir. Unos murmullos y otras maldiciones a mis costados se empezaron a escuchar.
Este día está siendo una mierda.
¿Todos tienen tanto miedo de ser el primero en caer? Son tan imbéciles que no entienden que la fuerza no pasa solamente por el cuerpo. Hay muchas cosas que la determinan. En mis entrenamientos en casa nunca había practicado algo así.

Y me arrepiento muchísimo.

Pero este imbécil no me iba a intimidar si soy la primera en caer. Después de todo no estoy acá para eso.
Observe nuevamente la distancia que me separa del suelo y trague saliva. Si no caía en la posición correcta me podía doblar un pie o incluso peor.
Otro de mis dedos se soltó del metal.
Un hombre vestido con el mismo uniforme que Ocho se acercó a él y le dijo algo al oído. Él frunció el ceño y asintió con la cabeza. Algo pasó rápidamente por sus ojos que no pude determinar. ¿Qué estaba pasando? , ¿Tiene que ver con lo que escuche ayer?

Una Ciudad De Polvo y Huesos [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora