Uno

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Los vampiros eran seres nocturnos que se alimentaban de la sangre humana, los favoritos de la mayoría eran las mujeres, pues poseían un sabor más dulce, y en muchos casos era muy seductora la forma en la que se negaban a ser devoradas por estas criaturas. Sin embargo, existía una reducida cantidad de vampiros que preferían no alimentarse de humanos vivos, y no era por el sabor, sino por la tortura interna de lastimar a gente inocente; con los años, esa sensación desaparecía de los recién convertidos, y la adicción por la sangre aumentaba en gran medida. Pero aquella sensación de tortura y dolor al lastimar a la gente jamás había aparecido en Jihoon, lo cual era de esperarse de un vampiro nacido.

Los vampiros nacidos poseían sangre mestiza: mitad humana y mitad vampira, lo que los hacía seres más fuertes que un vampiro convertido, incluso más que un neófito durante sus primeros años. Pero ningún vampiro nacido que haya existido se comparaba a la fuerza y poder que Jihoon poseía, pues su padre lo había procreado con amor y había hecho lo posible por verlo nacer, aunque eso significó ver morir a la madre de su hijo. Chan muy pocas veces la recordaba, pero las sonrisas que Jihoon le brindaba con amor le hacían acordarse de ella muy vagamente.

Sin embargo, el que el clan de los Yoon poseyera al vampiro nacido más poderoso que jamás haya existido, no era lo único que hacía especial al clan; las circunstancias y la curiosidad por el futuro que les esperaba, los llevó a aliarse con una manada de hombres lobo y eventualmente a formar un solo clan, una sola manada y una sola familia con unos pocos de ellos. Jamás en la existencia de los vampiros se había escuchado alguna vez que un clan se aliara a hombres lobo, pues estos eran sus enemigos naturales, peleando sin remedio en cada encuentro, pues la rivalidad entre ambas criaturas había surgido siglos atrás, cuando los hombres lobo eran criaturas del bien, mientras que los vampiros eran del mal, creencias que aún seguían muy arraigadas entre ellos y que a los vampiros les molestaba demasiado, impidiendo una verdadera paz.

Pero los Yoon y los Choi lograron crear lazos afectivos, algo que probablemente nunca había sucedido, pues jamás habían tenido la decencia de hablar en lugar de pelear y matar al enemigo cuanto antes posible; así, el alfa de la nueva y pequeña manada Choi se imprimó en el vampiro nacido más fuerte, mientras que el padre del vampiro nacido se enamoró de su compañero vampiro y de un miembro de la manada, el cual terminó imprimándose en dos vampiros -cosa jamás vista-, al igual que el hermano del alfa se imprimó en otro vampiro del clan; un completo caos si le preguntan a cualquier criatura ajena a la familia, pero una completa armonía si les preguntan a los Yoon-Choi.

El secreto de que Choi Seungcheol se había imprimado en Lee Jihoon, había sido bien guardado durante ocho largos años, en el que Jihoon vivió oculto del mundo, pues cualquiera que supiese de su existencia intentaría matarlo antes de que alcanzara su edad adulta, o trataría de quedarse con él para recibir del poder que el vampiro nacido les brindaría al pasar diez años desde su nacimiento. Pero esos años habían quedado atrás, el castaño no necesitaba seguir ocultándose en casa, no necesitaba pretender que su existencia no era real para mantener a salvo a su clan, así que ahora disfrutaba de un paseo al aire libre montado en lomo de su pareja.

Seungcheol era un gran lobo negro en su forma animal -su pelaje comenzó siendo un gris oscuro, pero ahora que era el alfa de su manada, su color se había intensificado y oscurecido-, y Jihoon amaba lo imponente que se veía, con su mirada seria y su tamaño superior al suyo, debía admitir que aunque el licántropo jamás se hubiese imprimado en él, él se habría enamorado de cualquier forma de aquel hombre lobo. El vampiro bajó del lomo de su pareja y miró el oscuro cielo de la noche, el cual estaba iluminado por la luna llena que atraía demasiado a los hombres lobo y que los volvía más fuertes de lo usual, así que no debían temer si eran atacados, de cualquier forma, ambos eran seres superiores.

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