Hidden 2

Veintiocho

Esta vez Jihoon no sería fácil de derrotar, estaba decidido a que las cosas no se repitieran; respiró profundo y miró al clan, quienes estaban completamente sorprendidos de hallarse en un lugar desconocido. Dos de ellos -una de las mujeres y uno de los hombres- corrieron hacia Jihoon para atacarlo, seguramente para hacer lo que habían hecho en el pasado, que gracias a Samuel, en realidad no pasó; sin embargo, en medio del camino fueron tomados por el cuello por las lianas, las cuales los colgaron con intención de arrancarles la cabeza. Uno de ellos comenzó a morder las lianas, su don le permitía cortar con los dientes cualquier objeto y las plantas de Jihoon no era la excepción, y usando un movimiento veloz, se libró de ellas rápidamente; corrió hacia el vampiro nacido, esta vez junto a otro de los hombres, pues la otra mujer se quedó usando sus poderes de fuego para intentar deshacerse del agarre, pero Jihoon comenzó a apaciguar el fuego con una ligera lluvia que sólo caía sobre ella.

A pesar de lo poderoso que era Jihoon, la mujer era astuta y comenzó a quemar sin fuego las lianas, debilitándolas y librándose de ellas al tiempo que Jihoon era tomado con fuerza por los dos vampiros que llegaron a ellos. Se libró por un momento de ellos con su flora, la cual estaba siendo muy agresiva debido a la furia que su dueño poseía, sin embargo, era inexperto y esta vez, cuando fue tomado nuevamente, una de las mujeres se acercó a él, seguramente para usar algún poder en él, un poder que podría hacer el mismo horrible daño que le causó a su familia; cerró los ojos con fuerza y retrocedió el tiempo, pues en su mundo él controlaba todo a su favor, aún si no tenía poderes del tiempo, era algo de lo que era capaz en aquel lugar.

Nuevamente veía esas expresiones de asombro en el clan enemigo, y esta vez, asegurándose de que no ocurriría lo mismo, los atrapó a todos al mismo tiempo, enredándolos entre sus lianas llenas de espinas que llegaban a lastimar y penetrar la dura piel de los vampiros. Cuando creyó que finalmente se libraría de ellos como tanto ansiaba, el adolescente usó su poder, multiplicándose incontables veces; algunos de sus clones se encargaron de cortar las ramas y liberar a sus amigos, mientras que otros atacaban a Jihoon y distraían su concentración, causando que el menor perdiera la paciencia. Su mundo se volvió una caótica jungla, tomando a cada uno de los clones para deshacerse de ellos, esperando que el real fuera atrapado y pudiese deshacerse de una vez por todas de él.

Finalmente el chico fue sujetado, intentó que algunos de sus clones lo ayudaran a liberarse, pero lentamente era ahogado entre ramas y espinos, las cuales lo apretujaban hasta hacerlo estallar y matarlo; los cientos de clones desaparecieron, y Jihoon calmó un poco su mundo, pues necesitaba ver que todos murieran, pues sólo así sentiría que su venganza valió la pena. Por un segundo terminó descuidado, entre tantos clones y toda su selva, no se dió cuenta de cuándo uno de los vampiros hombres llegó a su lado, parecía bastante lastimado, pero eso no lo detuvo para darle un fuerte golpe a Jihoon, quien cayó al suelo escupiendo sangre.

Al quererse poner de pie, fue empujado por una fuerza mayor, la cual, una de las mujeres había usado anteriormente para alejarlo de lo que había sido la batalla con Seungcheol; sintió que estaba perdiendo el control, que vengarse de ellos estaba siendo más difícil de lo que creyó poder. Cuando finalmente el poder paró y él chocó contra el muro de su torre, derrumbándola, suspiró cansado y abrió un hoyo negro, donde envió a la vampiresa que más problemas le causaba, desintegrándola como si la hubiera remojado en una piscina de ácido, deshaciéndose de ella para siempre. Con la segunda miembro muerta, Jihoon recuperó un poco de ánimos, y esta vez se tomó en serio su trabajo.

Atrapó al primero que tuvo intención de acercarse para matarlo, tomándolo una vez más con sus lianas, sujetándolo de sus extremidades para que no pudiese hacer uso de algún don o poder, esta vez no le permitiría que se pudiera librar de las lianas como los otros habían hecho. Sin mirarlo, estiró de su cuerpo hasta que sus brazos y piernas fueron desprendidos del cuerpo y luego, la cabeza junto con ellos; comenzó un pequeño fuego, incendiándolo para que no se pudiese recuperar de ningún modo. Al tiempo que había pasado eso, el barbudo vampiro que había hechizado a Jihoon en el pasado que ya no existía, corrió junto a la última vampiresa que quedaba viva para intentar hacer un ataque combinado, pero fueron sujetados de la misma manera que su compañero muerto.