Hidden 2

Veintidós

La oscura noche era iluminada por la luna llena, los lobos aullaban tranquilamente hacia ella, sintiéndose llenos de poder y regocijo; Minghao caminaba en su forma animal por el bosque, amaba hacerlo cuando esa gran luna se presentaba y amaba más hacerlo cuando sus parejas lo acompañaban en medio de la noche. Chan y Jun se movían por los árboles en pasos rápidos, pero sin llegar a dejar atrás al hombre lobo, quien solo estaba disfrutando de su paseo nocturno; los grillos cantaban y los búhos ululaban acompañando también a los aullidos lejanos de los hombres lobo.

Mientras el licántropo caminaban, se detenía ocasionalmente a olisquear el lugar, encontrando rastros de animales y criaturas que recientemente habían pasado por el lugar; de pronto se encontró con un camino de sangre, iniciando con pequeñas y ligeras gotas, pero a medida que avanzaba, un camino lo guiaba hacia un charco de sangre. Olía a humano sin duda alguna, y le extrañaba que sus dos parejas no lo hayan detectado desde kilómetros atrás, miró hacia los árboles esperando encontrarlos, pero no estaban, así que suponía que se habían alejado sin darse cuenta que él se había quedado atrás.

Con la intriga invadiéndolo, decidió seguir el rastro, tal vez un animal había atacado a una persona, o tal vez habían otros vampiros por la zona, aunque de ser así, no habrían desperdiciado tanta sangre, como parecía que habían hecho. Al llegar al final del camino, se encontró con una chica tirada en el suelo, vestía de negro y llevaba una daga en la mano, seguramente intentó defenderse de lo que la hubiese atacado, parecía viva, respiraba con dificultad, así que se acercó a ella intentando brindarle su ayuda; sin embargo sus ojos se encontraron y el corazón de Minghao se agitó con locura, y sin darse cuenta sus ojos destellaron y en ambos retumbó el palpitar de sus corazones.

Minghao asustado retrocedió, no podía pasarle nuevamente aquello, él ya tenía un lazo con dos hombres, ¿por qué nuevamente su corazón crearía un lazo con una desconocida? Estaba completamente confundido, sin pensarlo, tomó su forma humana y la miró, esperando que ella sintiese aunque fuese una mínima curiosidad por lo ocurrido a pesar de lo herida que estaba; pero la chica apenas y había logrado sentarse en el suelo cuando en un rápido movimiento Jun se le abalanzó y le arrancó la cabeza, salpicándose de la sangre que aún le quedaba a la mujer.

Una vez más Minghao se hallaba con la gran sorpresa de que Jun arruinaba un momento especial para él, fuese bueno o malo, ahí estaba el vampiro arruinándolo y Minghao comenzaba a hartarse de él. Una furia recorrió su cuerpo, volvió a tomar su forma animal y se lanzó sobre Jun para atacarlo; el hombre lobo gruñía con rabia, dando zarpazos y mordidas hacia su pareja, Jun lograba defenderse del ataque, esquivando uno que otro zarpazo y teniendo que herir a Minghao para no morir en sus manos.

—¡Eres un maldito! ¡Te odio! ¡Siempre arruinas todo, maldito imbécil!— ladró y gruñó como si fuese entendido.

—No te entiendo cuando me ladras así— se quejó el rubio con frialdad.

Antes de que pudiesen seguir discutiendo, Minghao se sintió caer en un vacío, todo desaparecía lentamente y la sensación de estar cayendo lo hizo despertar de su agitada pesadilla. Su corazón latía con fuerza, su cuerpo estaba tenso y se sentía furioso, miró por un momento hacia un punto ciego y luego se dio cuenta que tenía la mirada encima de Chan; este se encontraba a su lado, leyendo un libro, pero había detenido su lectura cuando vio al licántropo agitarse un poco y dar un pequeño respingo al despertar.

—¿Una pesadilla?— cuestionó llevando una mano hacia sus cabellos.

Minghao asintió cansado y bostezó para acomodarse y recostar su cabeza sobre los muslos del vampiro —otra vez soñé que Jun mataba a esa cazadora de la que me imprimé.

—Creí que ya no tenías esas pesadillas— murmuró con una voz envolvente y relajante.

—Creo que fue por lo de anoche, cada vez que veo sangre o esas personas que traen para alimentarse, termino soñando que la veo a ella salpicando todo de sangre. En mi cabeza... la imagen de ella siendo siendo... no puedo olvidar esos detalles.