Hidden 2

Seis

Cada día que pasaba, Woomin se sorprendía más de las acciones y actitudes de los vampiros, criaturas de las que le habían hablado sus padres unos meses antes de morir, advirtiéndole que eran enemigos y que jamás debía confiar en ellos. Muchas veces, cada vez que veía a Wonwoo, recordaba esa vez en que lo conoció por primera vez, fue su primer encuentro con vampiros y fue la primera vez que recibió una advertencia, pues no habían hablado con ella de ese tema hasta ese día, pero ella sabía vagamente que debía ser cuidadosa con los vampiros porque sus padres habían tenido esa conversación con sus hermanos, quienes ya eran lo suficientemente mayores para saber de ese tema, pero ya que ella no lo era, no había escuchado todo.

Siempre había sido muy curiosa, y siempre se dejaba llevar por su olfato, el cual la guiaba en su aventura, pero muchas veces eso la hacía distraerse y olvidar su entorno, concentrándose únicamente en su objetivo, sin darse cuenta si a su alrededor había peligro, o si estaba alejándose de su manada. Así que ese día estaba oliendo el suelo con mucho empeño, pues el aroma del lugar había cambiado un poco; se dejó guiar por un tramo bastante largo, hasta que una voz la desconcentró.

—Tus padres están por allá.

Esa voz la hizo levantar la cabeza, girar las orejas y mirar  todos lados para encontrar el origen de la voz, pero no lograba encontrarlo —¿eres un fantasma?— preguntó en un ladrido, sus hermanos le habían hablado de ellos y al parecer, debía temer de ellos.

—Arriba— escuchó nuevamente la voz.

De inmediato miró hacia arriba y agitó su cola al descubrir a Wonwoo en las alturas de un árbol -aunque en ese entonces no sabía quién era-, pero lentamente fue deteniendo su emoción al darse cuenta de que se trataba de un vampiro, y lo supo por los colmillos que sobresalían de sus labios en la pequeña sonrisa que llevaba. Comenzó a aullar llamando a sus padres, pero estaban tan lejos, que seguramente tardarían en llegar, así que decidió irse corriendo, encontrándose con ellos a mitad del camino.

—¿Qué ocurre cariño?— preguntó su mamá.

—¡Un vampiro! ¡Vi un vampiro!— expresó asustada.

Sus hermanos de inmediato miraron hacia el lugar del que había venido su hermanita, queriendo ver al vampiro, mientras su padre corrió para ahuyentar al vampiro, aunque cuando llegó ya no estaba, sabía que su hija decía la verdad porque el olor a sangre se había quedado en el aire. Olfateó tratando de encontrar al vampiro, pero cada vez el rastro se hacía más distante y finalmente creyó que la criatura se había ido; regresó con su familia, con sus dos hijos inquietos  de emoción y con su esposa calmando los llantos de su hija.

—Parece que se ha ido. Será mejor que nos movamos de zona, no es seguro por aquí— la familia obedeció a su alfa y todos se pusieron en marcha mientras finalmente le hablaban a Woomin de los vampiros —nunca confíes en ellos, Woomin, intentarán matarte en la primer oportunidad que tengan, te torturarán y te harán sufrir por diversión, te succionarán la sangre y se comerán tus entrañas antes de que mueras, así que sentirás todo el dolor mientras esas criaturas gozan de su alimento...

Woomin realmente estaba aterrada por las palabras de su padre y pensó de inmediato que había corrido con mucha suerte de que ese vampiro no la haya agarrado desprevenida, así que durante su segundo encuentro con el vampiro, y los demás de su clan, supo de inmediato que iba a morir tal como sus padres lo habían hecho, sería devorada mientras seguía viva para verlo, y que jugarían con ella hasta la muerte. Sin embargo, sus padres terminaron equivocándose, esos vampiros no estaban torturándola, ni comiéndose sus entrañas tal como su padre le había dicho, aunque a veces la asustaban con cosas que podrían hacerle, Wonwoo siempre le acariciaba la cabeza y le decía «no les hagas caso, sólo están jugando» esas palabras siempre la reconfortaban y hacía que cada broma de Jun y Jihoon fuesen menos aterradoras.