Cuarenta y uno

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El ladrido de su hermano hizo que su cuerpo se tensara; miró a Seungcheol, quien estaba listo para atacar a Wonwoo de ser necesario, junto a él estaba Vernon en la misma posición de ataque —vete, hablaremos luego— le susurro en su oído, y ya que Wonwoo se levantó veloz y huyó del lugar, Mingyu tomó su forma animal, también en una posición de ataque para cubrirlo —no te alteres, ¿sí? Puedo explicarlo.

Bien, hazlo, ¿quién es él y por qué estaba...? ¿Qué estaban haciendo?— gruñó enfadado, no con su hermano, sino por el vampiro, temiendo que algo le haya hecho a Mingyu.

—Me imprimé en él, es mi alma gemela.

Seungcheol abrió los ojos con sorpresa —¿qué? ¿Desde cuándo?

Para Mingyu era difícil seguir creyendo que estaban viviendo dos vidas, que una era falsa y que ahora debía explicarle a toda la manada lo que estaba ocurriendo; sin embargo, decidió mentir un poco antes de solucionar ese problema que aún no comprendía —un tiempo. No te dije nada porque... sabía que me echarías de la manada apenas supieras que un vampiro es mi alma gemela.

Seungcheol suspiró, dejó su pose de ataque y se sentó, mirándolo seriamente —¿y él te aceptó?

No en un principio, pero ahora nos amamos— también tomó una pose más relajada, al saber que su hermano estaba más tranquilo.

Era difícil creerle a su hermano, sobre todo porque era un secreto difícil de ocultar, pero lo que sus ojos habían visto confirmaba que había un poco de amor entre ellos; miró a Vernon detrás de él, quien también había dejado de gruñir y había tomado una posición más relajada, pero aún en alerta —¿qué planeas hacer?— preguntó al regresar la mirada a su hermano.

—¿A qué te refieres?

—¿Vas a quedarte con ese vampiro, o seguirás con nosotros? Te advierto que lo que vayas escoger, debes olvidarte de la otra opción.

—¿En serio? ¿Me echarás de la manada?— preguntó incrédulo.

—No estoy echándote, estoy dándote a escoger.

—¡Pero si escojo uno, deberé olvidarme del otro!— dijo alterado, los recuerdos que tenía de su nueva vida, le hacía saber que era una decisión sensata por parte de su hermano, pero eso no hacía que fuese mejor para él —¿no puedo quedarme con la manada y amar a mi alma gemela?

—Nos traerá problemas.

—¡No lo hará! Además tú lo conoces, sé que lo odias por lo que hizo con Jihoon, pero ten algo de compasión. ¡Por mí!— agregó esperando que eso lo ayudara a pensar mejor las cosas.

—¿Qué dijiste?— preguntó confundido por el nombre que había mencionado su hermano.

—Que tengas compasión.

—No, el nombre, ¿cómo sabes de Jihoon?

—Porque es tu alma gemela— lo miró con seriedad.

—¡Te lavó el cerebro ese vampiro, ¿verdad?! ¿Qué es lo que quieren de nosotros?— comenzaba a enfadarse, con esos vampiros que insistían en una vida juntos.

Mingyu suspiró, iba a ser difícil explicar algo que ni él comprendía, así que no se le ocurrió qué responder.

Seungcheol negó y comenzó a caminar de vuelta a la manada —reflexiona en la decisión que tomarás.

Siempre odiaste a papá por sus actitudes, y ahora eres como él— murmuró con recelo.

El corazón del alfa sintió una punzada, tal vez ya no se agitaba con amor, pero las palabras hirientes tenían el mismo efecto doloroso. No dijo nada y continuó su camino; Vernon se había quedado en su lugar, observando a su alfa y luego a su amigo.

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