Cincuenta y uno

205 49 7
                                    

No solo Jihoon se había encargado de sus propios asuntos, Samuel había aprovechado la tarde libre para visitar a dos pequeños vampiros que seguían rondando cerca de los terrenos de los Yoon sin ser descubiertos; ambos eran bastante astutos, así que Samuel confiaba en que estarían a salvo en su ausencia, aún así, debía advertirles sus planes.

—¡Tío Sam!— saludó con alegría Haneul, soltando la mano de Sungmin y bajando del árbol en el que estaban escondidos.

—¡Hola chicos!— devolvió el saludo con alegría —¿todo bien? ¿No han tenido problemas?

—Todo bien, aunque creo que el tío Jun comienza a sospechar de nuestras presencias— respondió la adolescente.

—¿Por qué lo dices?

—De la última vez que viniste a vernos, estuvo por aquí dando vueltas, y nos dimos cuenta que es porque nos oye murmurar cuando hablamos— dijo un poco desanimada.

—Ya veo— murmuró y miró hacia atrás, asegurándose de que nadie lo había seguido —espero que siga fuera de casa para que no esté escuchándonos— sin embargo, Samuel se equivocaba, Jun estaba en casa, en el sótano cuidando de la bebé Haneul, pero ya que estaba entretenido, no estaba prestando demasiada atención a su alrededor, así que no estaba enterándose de esa conversación en particular.

Los niños asintieron y también miraron su alrededor para asegurarse de que nadie estaba viéndolos o escuchándolos.

—¿Alguna novedad?— preguntó Haneul.

Samuel asintió —sí. Me temo que no podré venir a verlos por un tiempo, iré con Jihoon al clan de los Shim, cerca de los Chae para infiltrarnos y averiguar algo— hizo una pausa —vamos por buen camino, ¿no?

La pequeña vampiro sonrió —sí, una vez que convenzan a los Shim de que son buen aliados, conseguirán la información más rápido. Sólo que, no sé cuánto tiempo les tome eso; en nuestra realidad, hasta dos o tres años después de todo, los fueron a buscar porque estaban más ocupados en intentar recuperar las memorias de todos, así que la situación de ese momento era diferente a la de ahora, supongo— se encogió de hombros —y les tomó otros tres años "subir de nivel", que fue lo que les dio la oportunidad de averiguar todo.

—Entiendo— suspiró Samuel —espero que esta vez sea menos tiempo. ¿Qué harán mientras tanto?— preguntó luego de una breve pausa.

—Pues seguiremos aquí, yo necesito estar aquí para que no colapse el mundo— respondió la mayor de los adolescentes mientras miraba a Sungmin.

—¿Por qué habría de colapsar el mundo?

Los tres vampiros miraron asustados a Wonwoo, quien estaba de paseo por la zona. Haneul no supo que decir, no estaba segura de sí era un inconveniente que alguien más aparte de Samuel los descubriera en ese tiempo y realidad que no les pertenecía; Samuel tampoco estaba seguro de la respuesta, pues no sabía lo que su yo futuro tenía en mente al mandar a los chicos. Por otro lado estaba Sungmin, quien había extrañado a su padre todo este tiempo, y siendo tan apegado a él no dudó en correr hacia él y abrazarlo.

Wonwoo fue tomado por sorpresa, el rostro de Sungmin se había enterrado en su pecho, y sin corresponder el abrazo, miró a Samuel en busca de respuestas—¿qué está pasando? ¿Quiénes son ellos?

Sungmin reaccionó, sabiendo que ese no era su papá, sino la versión de su pasado, así que se alejó de él y regresó al lado de Haneul, donde tomó su mano con timidez, sintiéndose protegido con ella.

—Bueno... no sé cómo explicarlo— dijo Samuel moviendo su mirada entre Wonwoo y los vampiros adolescentes.

No pasó demasiado para que Wonwoo reconociera la nariz y labios de Mingyu en el rostro del chico, junto a esos ojos afilados que lo hacían recordarlo a sí mismo —tú eres... eres... ¿te llamas Sungmin?

Hidden 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora