Once

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Esa tarde Mingyu buscó a su hermano por toda la casa hasta encontrarlo en la sala de entretenimiento con Jihoon, quienes habían decidido tener una cita improvisada; la pareja lo miró fijamente, esperando que no fuera a ellos a quienes buscaba, pero dada a la mirada que el menor de los licántropos le dio a su hermano, Seungcheol tuvo que levantarse un momento del cómodo sofá y se acercó a su hermano para hablar.

—¿Necesitas algo?

Mingyu asintió —¿podría Woomin quedarse esta noche con ustedes? Necesito... uhm... arreglar unas cosas con Wonwoo.

—¿Es por lo que dijiste?— cuestionó Jihoon desde su lugar, los hermanos no habían hablado bajo, ni estaban tratando de mantener secreta la conversación, así que Jihoon estaba escuchando claramente todo.

—Sí— asintió, bajando la cabeza para mirar al suelo momentáneamente y luego nuevamente miró al vampiro —Wonwoo al fin aceptó que lo intentemos, esperamos tener el mismo resultado que Jeonghan y Joshua.

Jihoon sonrió con felicidad —piensen mucho en lo que desean cuando lo hagan, confío en que resultará.

—Gracias, Jihoon, yo confío en tu poder— se limitó a omitir la falta de confianza que su pareja tenía.

—Sin problemas Woomin puede pasar la noche con nosotros— comentó su hermano —¿su habitación sigue sin estar lista?

—Mhum lo está— asintió —pero está justo al lado del de nosotros y si llega a tener una pesadilla o simplemente quiere compañía, no nos dejará solos.

—Entiendo.

—Bien, iré a decirle a Woomin, gracias por cuidarla— sonrió Mingyu un poco más contento y salió de la habitación para dejar a la pareja a solas.

Recorrió los largos pasillos hasta llegar a la cocina, Seokmin había mencionado que cocinaría ramen para la cena y Woomin se mostró muy entusiasmada con ello, así que imaginaba que estaría con él haciéndole compañía, pues aún eran muy pocas las veces que la pequeña cachorra la pasaba como humano que como lobo. En cuanto vio aquella cola agitarse con felicidad, su sonrisa se amplió aún más y la llamó; de inmediato la pequeña se acercó a él, agitando con más emoción su cola.

—Woomin, necesito que esta noche te quedes con Seungcheol— dijo acariciando su cabeza.

¿Por qué?— cuestionó ladeando su cabeza.

—Porque... Wonwoo y yo saldremos de casa para una rápida misión. No será nada peligroso, lo prometo, y para cuando despiertes mañana por la mañana ya estaremos en casa, ¿de acuerdo?

Woomin no estaba segura, no quería que sus nuevos padres fueran en una misión, pero si Mingyu le afirmaba que no corrían peligro en aquello que tenían que hacer, entonces confiaba en que temprano por la mañana los vería como siempre. Asintió estando de acuerdo en quedarse con el hermano del licántropo, aunque aún no confiaba demasiado en Jihoon, sería su oportunidad para conocerlo mejor.

Con todo ya listo para que él y Wonwoo tuviesen la intimidad que querían, se despidieron de la cachorra y la dejaron en la habitación del alfa, para fingir que saldrían en una misión importante, pero simplemente trasladándose a su habitación para comenzar ese ritual de amor que los haría tener un bebé juntos.

Wonwoo miró fijamente a Mingyu en cuanto la puerta se cerró, llevaba esa mirada fría que se volvía cálida cuando recibía de vuelta el amor del hombre lobo, quien lo tomó de la mejilla y besó sus labios en un suave beso lleno de amor. El vampiro suspiró cuando sus labios se separaron y se alejó para ir por la semilla, la cual estaba guardada en el cajón de la mesita de noche junto a la cama; la miró fijamente, notando ese brillo que siempre resplandecía en ella, parecía una semilla hecha de resina color ámbar. Miró a Mingyu y la ingirió deseando que pudiese quedar embarazado esa misma noche.

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