Cinco

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Ah ah ah ah sí, ah ah Cheol agh ah aah... ah ah... aaagh~— Jihoon gemía sin parar, disfrutando de hacer el amor con su pareja hasta que encontró su orgasmo otra vez durante el día mientras el hombre lobo seguía teniendo problemas en conseguirlo tan rápido como el vampiro, pero ya no se preocupaba como en un inicio, pues ahora sabía que era parte de los efectos de la sangre que había consumido de su pareja y comenzaba a disfrutarlo mucho más.

Jihoon se movía muy bien sobre la pelvis de Seungcheol, dando brincos rápidos y a veces intercambiando el movimiento con un rápido meneo de caderas de adelante hacia atrás, gimiendo sin parar; pero en cuanto se corrió sobre el abdomen del mayor, cayó hacia adelante apoyando sus manos sobre el pecho ajeno, jadeando con satisfacción y placer. Rió ligeramente cuando recibió una sonora nalgada que lo animaba a continuar con sus movimientos, pero él ya no quería seguir haciéndolo, pues ya había conseguido lo que quería, aún así continuó con un movimiento lento que sabía que Seungcheol iba a disfrutar aunque no iba a quererlo por el simple hecho de que retrasaría aún más la llegada de su orgasmo.

Mgh sé qué va a gustarte más— murmuró el vampiro nacido y en un parpadear de ojos los situó a ambos en medio de su mundo, sobre esa cama de hojas en ese campo de flores en el que siempre se habían amado bajo la sombra de un árbol.

Seungcheol sonrió contento en cuanto vio dónde se encontraban ahora, y rápidamente notando como la flora del vampiro se emocionaba por la llegada de ambos; se sentó sobre la cama de hojas que había bajo sus cuerpos y con las manos agarrando con firmeza la cadera del menor, unió sus labios en un beso demandante, pero corto, pues se separó de Jihoon para hacerlo levantarse —ponte en cuatro— demandó y con gusto el vampiro lo hizo.

Se acomodó detrás de él y antes de meter su pene en el pequeño agujero, chupó un dedo y lo introdujo acariciando las paredes anales, Jihoon gimió, algo exagerado para el hombre lobo, pero no se quejaba; movió el dedo en círculos hasta que una liana se asomó con intención de llegar al trasero del bajito, queriendo ayudarlo un poco, mas Seungcheol no dejó ni siquiera que se introdujera, la apartó y metió su pene con un poco de rudeza, haciendo que la liana y el cuerpo de Jihoon se tensaran y luego se relajaran por el delicioso vaivén que inició el licántropo. Rápidamente las lianas envolvieron el cuerpo de Seungcheol, aún sin hacer nada, sólo acariciándolo con un poco de posesión, reclamado el cuerpo del hombre lobo como suyo, dejando que el contrario disfrutara de las aterciopeladas caricias que le daban.

Seungcheol movió su vista hacia el rostro del bajito cuando se dio cuenta de la presencia en su interior, lo que significaba que Jihoon había comenzado a ver a través de sus ojos; sonrió de lado y antes de que el vampiro se quejara por no estar viendo su pene en su ano, movió nuevamente la vista hacia el hermoso y redondo trasero del menor, el cual se sacudía con el lento, pero fuerte vaivén que el licántropo había tomado. Las embestidas eran algo pausadas, pero cada choque era certero, llegando cada vez más profundo en su interior; un constante cosquilleo recorría su cuerpo, era como estar a punto de correrse, pero simplemente no llegaba a pasar y cada vez se volvía más delicioso.

Ah... ah... ah... más ah, rápido ah— pidió el bajito entre gemidos.

El hombre lobo quería ir en contra de las peticiones del vampiro, pero la necesidad de sentir el delicioso orgasmo recorrer su cuerpo, lo llevó a obedecerlo y aumentar el ritmo de sus embestidas, aunque no demasiado, sólo lo suficiente para mantener tranquilo a Jihoon, gimiendo con placer sin pedir por más; lo cual no duró demasiado, pues llegó un punto en el que el impaciente vampiro actuó para su propio placer, recordándole a Seungcheol lo impaciente y ansiosa que se volvía la flora del bajito durante el acto. De pronto se detuvo abruptamente, cerró los ojos y una corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo cuando una liana se introdujo sin aviso en el interior de su ano; al menos había sido cuidadosa, y no tan brusca ni gruesa para no lastimarlo.

Hidden 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora