Hidden 2

Veintiséis

Parecía ser que el clan con el que Jihoon y Seungcheol se habían encontrado, no estaban dispuestos a dialogar, pues rápidamente los rodearon, teniendo el principal objetivo de atacar a Seungcheol, claro que si Jihoon se interponía en su camino, no iban a permitir que los dañaran; así que para ahorrarse cualquier interrupción, decidieron hacerlo a un lado. La primera vampira actuó rápido, ejerciendo una presión en Jihoon que lo empujó lejos de ellos; el vampiro nacido arrastró los pies por la arena dejando un largo camino hasta que se detuvo cerca del mar a varios metros lejos de ellos, fue un golpe que no vio venir, y que era lo suficientemente poderoso para que el castaño no pudiera detenerse por su cuenta en un largo tramo. Aquello le dio la oportunidad a los vampiros de abalanzarse sobre Seungcheol, quien a pesar de no estar en una luna llena, estaba siendo bastante fuerte; el menor del grupo se abalanzó sobre su lomo con la intención de tomarlo por el cuello, pero cuando el licántropo giró bruscamente para evadir un rayo que fue lanzado a él, el poder terminó impactando al menor y derribándolo.

—¡Oye!— se quejó con molestia; al ser nuevo integrante, aún no se acostumbraba a pelear con aquel clan, por lo que casi siempre terminaba con algún daño.

Sin embargo, ninguno de los vampiros le hizo caso, pues todos estaban entretenidos golpeando o lanzando sus poderes al hombre lobo que estaba entre ellos; Seungcheol lograba cambiar de forma ágilmente, pasando de su estado animal al híbrido sin problemas, alcanzando a lastimar mínimamente a los vampiros, pues estos parecían expertos en evadir ataques de hombres lobo, como si lo único que hicieran fuera atacar hombres lobo y mejorar en casa ocasión.

Jihoon estaba bastante furioso por lo que le habían hecho, así que se transportó de inmediato entre los vampiros, al lado de Seungcheol, y trayendo un poco de su mundo al real, logró tomar con las lianas que emergieron del suelo a uno de los vampiros, y estaba tan furioso, que fue rápido en exprimirlo como una naranja. La sangre salpicó y los enemigos se asombraron de lo fácil que el vampiro nacido se había deshecho de uno de ellos, no entendían cómo, pero supieron de inmediato que Jihoon era una amenaza de la que se debían hacer cargo en lugar de volverlo a alejar; así que dos de ellos se movieron rápido, dejando descuidado a Seungcheol, pero el licántropo actuó rápido, atrapando entre sus fauces a una de las vampiros, comenzando a morderla y a arrancarle sus extremidades.

Los demás del clan terminaron ignorándola, pues ahora tenían un objetivo, el cual sabían que con ello se llevarían toda la victoria; sometieron a Jihoon al tomarlo de los brazos, sujetándolo con fuerza y antes de que el inexperto vampiro atacara o reaccionara para defenderse, uno de ellos colocó su mano en su cabeza, a la altura de la frente y lo miró directo a los ojos. Lo soltaron y miraron al hombre lobo que terminaba de matar a una de las vampiresas, quien rápidamente se dio la vuelta para continuar su batalla con el vampiro que intentó atacarlo; sin embargo, rápidamente se dio cuenta que había sido Jihoon el que lo montó y comenzó a estrangularlo del cuello.

Cuando Jihoon subió sobre el lomo de Seungcheol y lo tomó por el cuello con fuerza, el hombre lobo lo miró con confusión sin saber qué estaba haciendo su pareja, sin embargo, cuando sus vistas se encontraron, los ojos del vampiro nacido parecían perdidos, y se dio cuenta de que seguramente uno de los vampiros estaba controlándolo. ¿Ahora cómo podía defenderse? No iba a atacar a su novio, y tampoco había manera de que pudiesen introducirse en el mundo de Jihoon sin que el vampiro lo hiciera por voluntad propia para protegerse.

Jihoon logró someter al gran lobo, haciendo que se echara en la arena cuando ejerció gran fuerza con sus brazos en su cuello —maldita escoria— murmuró en el oído del mayor.

La playa comenzó a verse difusa para Seungcheol, quien rápidamente reconoció el mundo de Jihoon incorporándose al mundo real, hasta que estuvieron completamente en él, sólo ellos dos, sin el clan que los había atacado. Cuando el vampiro nacido soltó el agarre de su cuello, el licántropo creyó que Jihoon había recapacitado y, para protegerse, los llevó a su mundo, pero estaba equivocado; el castaño parecía mirarlo con odio y Seungcheol no comprendía por qué, sus ojos ya no parecía perdidos y sin brillo, como los había visto instantes atrás cuando fueron atacados.