Hidden 2

Veinticuatro

A medida que pasaban las semanas, Wonwoo notaba algo extraño en él, miraba a JeongHan y luego se miraba a él y cada vez era más extraño lo que estaba pasándole. Ya habían pasado dos meses desde que el líder y su pareja habían quedado preñados, Jeonghan lucía muy feliz, aunque su cara estaba bastante delgada y parecía que le hacía falta sangre, pero su estómago era bastante grande -como cualquier embarazo de entre siete y ocho meses-, y en ocasiones era fácil de notar el movimiento de la bebé en el interior; todos estaban felices por ellos y con la noticia de que tendrían a una bebita en camino, varios se habían emocionado, incluyendo a Woomin, quien ya no iba a ser la única mujer en la familia.

La cachorra tenía la idea de que Jeonghan estaba a punto de morir, y que por eso lucía de aquella manera, pero habían ocasiones en las que parecía rejuvenecido, su cara ya no estaba delgada y demacrada y su estómago parecía incluso crecer, para luego volver a parecer un muerto andante, pero eso se debía a que cada vez que Jeonghan se alimentaba de personas, la sangre volvía a su sistema y recuperaba bastante energía, manteniéndose de aquella manera un par de días, hasta que nuevamente era necesario traer más personas, pues la bebé seguía alimentándose sin parar. A veces podía mantenerse con la sangre del refrigerador, pero debía consumir al menos unos veinticinco litros diarios si quería evitar tener que mandar a los demás vampiros de caza.

Wonwoo muchas veces los acompañaba, así él también se alimentaba, y no era necesario llevar a casa más cuerpos de los necesarios, pero ahora que también llevaba casi dos meses de embarazo -para ser exactos siete semanas-, debía lucir como Jeonghan de demacrado y grande, además de tener un hambre voraz por la sangre, y extrañamente nada de los síntomas de su mayor los tenía él. Comenzaba a pensar que la semilla no funcionó para ellos, no sentía nada en su interior, aunque debía admitir que ocasionalmente cuando bebía la sangre de los humanos, llegaba a sentir unas pequeñas náuseas, se sentía como si su estómago rechazara el alimento; además su vientre no había crecido y en cada revisión con Joshua, este decía que todo iba en orden, pero no le daba explicaciones de por qué había una gran diferencia entre él y Jeonghan.

Esa tarde estaban en su revisión semanal, Joshua le tomaba muestras de sangre que cada vez eran más fáciles de extraer, pues Wonwoo solo necesitaba morderse el dedo o el brazo y la sangre chorreaba por algunos instantes hasta que la pequeña herida sanaba. Mingyu siempre lo acompañaba emocionado, pero él no era capaz de percatarse de lo que Wonwoo había hecho, y nadie más que él lo había notado. Esta vez decidió no quedarse callado, y cuando Joshua dijo por séptima vez "todo está en orden", cuestionó:

—¿De verdad estoy embarazado? ¿O sólo lo dices para tranquilizarme?

—¿Por qué? ¿Sientes algo extraño?— cuestionó Joshua mirándolo con confusión.

Mingyu también lo miró con sorpresa, pues en todo este tiempo no le había comentado nada.

—Jeonghan, puedes ponerte de pie aquí, por favor— señaló el pelinegro y se puso de pie, acercándose un poco a Jeonghan cuando este se levantó con mucho trabajo del sofá, a él también le gustaba ver el proceso de la pareja en su embarazo —¿alcanzas a ver la diferencia? Él: muy pálido, yo: pálido normal— mencionó mientras señalaba con sus manos las diferencias en ambos —él: un estómago gigante, yo: un vientre medianamente plano; él: mejillas hundidas, yo: mejillas normales. Él se la pasa comiendo todo el día y toda la noche y yo como solo lo habitual, e incluso me dan ganas de comer carne y otras cosas. ¿Por qué? ¿Por qué no lucimos igual ni tenemos los mismos síntomas, si solo tenemos una semana de diferencia de gestación?

—Dame un minuto, iré por Jihoon— mencionó Joshua dirigiéndose a la puerta.

—¿A caso el mocoso tiene las respuestas?— comentó con mal humor.