Treinta y cinco

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Con la aparición de un vampiro desconocido, la manada Choi tuvo que moverse de terreno, pues la zona ya no era segura. Desde hacía cuatro años, Choi Seungcheol se había separado de la manada de su padre junto a su hermano y sus amigos, quienes lo siguieron fielmente, pues creían que estarían mejor con Seungcheol, que con Siwon, ya que este había comenzado a tener ideas perversas para deshacerse de los humanos que acababan con sus bosques, y que si seguían haciéndolo, terminarían descubriéndolos.

Desde que Seungcheol había perdido a su alma gemela, chocaba demasiado con su padre, pero la gota que derramó el vaso, fue cuando unos cazadores los atacaron; el rubio estaba harto de las órdenes de su padre, cada vez eran más ilógicas y sin sentido, así que cuando una de las manadas aliadas que vivían cerca les avisó del ataque de los cazadores, Siwon creyó que no serían nada contra ellos; sin embargo, estos cazadores habían mejorado sus sentidos, teniendo un mejor olfato y armas letales que los hacía casi invencibles y que terminó con una gran parte de la manada.

No muchos sobrevivieron, pero cuando comenzaron a moverse después de una ardua batalla, Seungcheol decidió tomar su propio camino, se enfrentó a su padre, y con una nueva posición jerárquica por su atrevimiento y valor, se volvió un alfa que Siwon no quiso enfrentar, pues sabía que al ser más joven que él, terminaría perdiendo y no quería perder a su manda, así que lo dejó marcharse. Seungcheol pretendía ser un lobo solitario y valerse por sí mismo, pero su hermano se negó a dejarlo ir solo, y su primo, con quien ya había tenido una discusión, y se había vuelto su alfa sin querer, terminó siendo seguido por otros cinco lobos más que no se arrepentían de seguirlo. Quizás hubo uno al que le causó conflicto separarse de la manada y cambiar de alfa, pero ahora, luego de esos cuatro años, no se arrepentía.

¿A dónde iremos ahora?— preguntó Seungkwan atrasando un poco el paso para ir a la par de su primo.

—Aún no lo sé— respondió afligido —pero debemos encontrar un terreno bueno y pronto, o terminaremos viviendo como animales.

—¿Te preocupa si lo hacemos?

–Sí, seremos presa fácil para cazadores, los vampiros entrarían en nuestros terrenos sin cuidado; y en lo personal, me gusta más ser un humano que un animal.

Seungkwan asintió —sí, te entiendo. Creo que la única feliz de que nos movamos como animales es Woomin, ¿notaste que no ha tenido transformaciones espontáneas desde que no hemos estado como humanos?

—Sí, es normal, no está siendo influenciada, lo cual es bueno para su crecimiento, sino podría tener problemas con sus transformaciones de adulto.

—Creí que no había consecuencias— comentó extrañado.

No demasiadas, solo quizás no pueda controlar la forma híbrida.

Seungkwan asintió dándole la razón y volvió a apresurar el paso, colocándose junto a Seokmin, pero ligeramente detrás de él. Usualmente cuando se movían en su forma animal, lo hacían como los lobos comunes: los primeros en ir al frente suelen ser los enfermos o débiles, en el caso de los Choi, no había alguno, pues ninguno estaba enfermo y ninguno había demostrado ser más débil que otro. Luego debían ir los más fuertes, para defender a la manada en caso de una emboscada frontal, en este caso, ahí estaban Vernon y Mingyu, quienes habían demostrado serlo, ganándose su lugar en la jerarquía.

En el centro iba el resto de los miembros de la manada, donde Soonyoung, Minghao y Seokmin casi siempre iban; con ellos, pero un poco más apartado, se encontraba Seungkwan, pues en la jerarquía, él sería el próximo alfa en caso de que a Seungcheol le pasara algo, así que él sería el próximo en liderar la manada. Por último, y más apartado, iba el alfa solo, pues él estaba encargado de controlar todo desde la parte trasera, ya que en esa posición podría verlos a todos, cuidarlos y guiarlos.

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