Hidden 2

Cincuenta y dos

Durante todo este tiempo que había pasado, Joshua se había preguntando constantemente en dónde se encontraba su querido zombie, y por qué era el único que había desaparecido de todos; ¿por qué no se había quedado con Chan, Wonwoo y Jun, tal como Samuel lo había hecho, o como Woomin, quien se había quedado con la manada Choi en un encuentro parecido al que había pasado en su realidad. Además le había tomado más de un mes encontrarlo; inicialmente había creído que seguía muerto, enterrado en su tumba donde lo había encontrado la primera vez, pues quien había aprendido de la necromancia para revivir muertos había sido él, por lo que no había manera de que alguien más reviviera a Bumju, sin embargo, el zombie no estaba en su tumba.

—¿Y cómo lo encontraste? ¿En dónde está?— preguntó Jeonghan a penas su pareja le dijo que había encontrado al zombie.

—No creerás desde dónde me contactó— sonrió incrédulo, pues aún era sorprendente para él —sigue en el laboratorio, en esa habitación que reforzamos con magia avanzada para protegernos. Como nunca salió de ahí durante el "ataque", nunca se percató de lo que pasó, hasta que intentó salir y no pudo, y como la habitación es mágica, tampoco podía contactarnos desde el interior.

—¡Wah!— expresó asombrado el rubio —¿y ahora qué? ¿Vamos a irlo a sacar?

—Sí, quiero transportar la habitación aquí, aún tiene el hechizo para reducirla, así que será fácil, pero...

—¿Pero?

—Necesitamos llegar a la entrada primero.

—¿A qué te refieres?— Jeonghan ladeó su cabeza al no comprenderlo.

—Es que la habitación sigue bajo tierra, Bumju logró cavar un hoyo en la entrada para poder salir y comunicarse conmigo, y necesitamos llegar hasta ahí para poder hacer el hechizo, o sino la habitación se reducirá y toda la tierra de encima caerá sobre ella, haciendo más difícil que podamos sacarlo.

—Entiendo— suspiró —ve con Wonwoo y Jun.

—Sí, lo haré por la mañana, para que no hayan otros vampiros por la zona.

—Bien— dijo Jeonghan y se acercó para besar sus labios cortamente —iré con Haneul.

—Espera— dijo tomándolo de la cintura, impidiendo que se fuera —podríamos aprovechar un poco al niñero que tenemos— unió sus labios una vez más, esta vez con más pasión e introduciendo su lengua en la cavidad bucal contraria.

Jeonghan sonrió en medio del beso, pero no objetó, subió sus rodillas al asiento, sentándose sobre el regazo de su pareja, y disfrutando del apasionado beso que estaban dándose. Las manos de Joshua se paseaban ansiosas por la espalda baja, trasero y muslos del pelilargo, pues ya habían pasado dos semanas desde que habían tenido oportunidad de tener intimidad, y eso era demasiado para ellos; sus cuerpos comenzaban a menearse, buscando despertar sus cuerpos y sentir la exquisita sensación, mientras sus labios seguían estimulando sus bocas. Demasiado rápido se habían colocado duros, lo justo para comenzar a desnudarse; Joshua fue el primero en abrir la camisa de su pareja, introduciendo las manos una vez que estuvo desabotonada, y jugueteando con los pequeños pezones erectos, mientras Jeonghan lo observaba y acariciaba sus cabellos.

El menor tiró del pequeño y rosado botón mirando hacia arriba, esperando ver la expresión excitada en el rostro de Jeonghan, con la cual se deleitó algunos instantes antes de bajar sus manos por el torso y llegar a sus pantalones, donde en un veloz movimiento los desabrochó y liberó el duro miembro que pedía un poco de estimulación. El rubio respiraba pesadamente, y sus jadeos se convirtieron en gemidos cuando Joshua tomó su pene, y comenzó a masturbarlo suavemente, tal como sabía que a su pareja le gustaba; el cuerpo de Jeonghan seguía meneándose, al ritmo de la masturbación, pero no quería correrse en ese momento, quería que el pene de Joshua se encargara de ello, así que se detuvo, y detuvo los movimientos del pelinegro al tomarlo de la barbilla y unir sus labios en un apasionado beso.