Hidden 2

Diecinueve

Jihoon estaba disfrutado mucho de tener sexo con Seungcheol en la misma habitación en la que los demás estaban teniéndolo en grupo, había sido una experiencia única, que de no haber estado involucrado en un pacto de sangre, había disfrutado mucho más. Sin embargo, no se quedó con las ganas de ello, sabía que había una manera de disfrutarlo y que, tal vez Seungcheol no disfrutaría, pero al menos no se quejaría y también tendría algunos orgasmos como él planeaba.

La noche fue larga, algunos vampiros tuvieron más de tres orgasmos en la noche, mientras que de los licántropos, sólo aquellos que habían bebido de la sangre de vampiro para aumentar su rendimiento sexual, habían durado un poco más y habían disfrutado un poco más que los que no. Mingyu no pudo tener otra erección luego de correrse en el interior de Wonwoo y aunque este trató de animarlo para que continuaran al menos una segunda ronda, el pene del licántropo no se levantaba cual mástil; eso desanimó al vampiro, quien se cruzó de brazos mirando un poco decepcionado a su novio, pero comprendía que no pudiese ser capaz de dar más y que incluso había dado más de lo que podía, así que terminó dejando un beso en su frente y le agradeció por lo que habían hecho.

Los gemidos y sonidos lascivos aún se escuchaban en la estancia, pero aquel sonido fue amortiguado por la voz de Jihoon que le habló al pelinegro —¿quieres participar un poco con los demás?

—¿De qué hablas, demonio? Sabes lo que pasará si hacemos algo— le dijo con un tono entre molesto y afligido, estaba sentado al lado de su pareja, en el espacio que quedaba entre él y Seungcheol con Jihoon aún en sus piernas.

—Lo sé, pero recordé que tengo un método, el cual no compromete para nada el pacto.

—¿De qué hablas?— esta vez preguntó Seungcheol, aún con su pene duro en el interior de Jihoon y sin conseguir un solo orgasmo.

—Bueno, ¿recuerdas que soy capaz de meterme en tus sueños?— cuestionó mirando a su novio —tal vez pueda crear un escenario para nosotros, no será tener sexo realmente, pero será suficiente para hacer que tengamos un orgasmo real— dijo con una sonrisa maliciosa.

—Bien, ¿qué hay que hacer?— cuestionó Wonwoo.

—Wonwoo~— se quejó Mingyu regañándolo ligeramente.

—¿Qué? Sólo será una fantasía, ¿no?— dijo mirando a Jihoon.

El menor asintió —no sé si tengan el control de lo que ocurra, pero yo lo tendré y me aseguraré de que todo vaya bien.

—Vamos, será como un sueño húmedo, hace siglos que no tengo uno— le dijo con una pequeña expresión de súplica.

Mingyu abrió los ojos con sorpresa —¿de verdad... tú...?

Wonwoo cortó la distancia entre sus labios y lo besó —no debería sorprenderte, cariño— murmuró sobre sus labios —hazlo Jihoon.

Jihoon sonrió y luego miró a Seungcheol esperando que se uniera a la fantasía, pero el hombre lobo terminó negando —háganlo ustedes, yo debo asegurarme de que nadie te toque.

—Bien, aunque no estés ahí, te tomaré en cuenta— le dijo con una sonrisa maliciosa, esperando hacerlo reír, pero eso no provocó ni un cambio en el ceño fruncido del mayor. Hizo una mueca y luego miró a Mingyu —¿y tú? ¿Nos vas a acompañar, o también tendremos que imaginarte a ti?

El hombre lobo miró a su novio y luego a Jihoon en repetidas ocasiones hasta que negó —no, gracias, también me debo asegurar de que nadie quiera sexo con Wonwoo.

—Cómo quieran— se encogió de hombros el menor y se recostó en la espalda de Seungcheol —no vayas a sacar tu pene, va a servirme— murmuró cerca de su oído y dejó un beso en su mejilla —cierra los ojos Wonwoo, y dame tu mano.