Un mismo deseo, un mismo destino.
Después de que Kagome viera a Inuyasha con Kikyo y Zero se enterara de que esos vampiros que tanto daño le causaron regresarían a la academia Cross, ambos piden un deseo, sin imaginar que este cambiaría su mundo y l...
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Era Sengoku:
Por primera vez después de mucho tiempo, Inuyasha estaba ahí, parado frente al oscuro pozo que lo llevaría con Kagome. De un salto subió a la orilla. Por primera vez después de todo ese tiempo, tenía la urgencia de verla, necesitaba sumergirse en esa oscuridad, atravesar el tiempo para ir a buscarla. Ya no podía ocultarlo, la extrañaba y la extrañaba mucho. Pero no podía hacerlo, no cuando eso significase que su amada Kikyo se sintiera traicionada. Con un suspiro volvió a bajar del pozo y se dispuso a seguir buscando las plantas medicinales que Kaede necesitaba para continuar curando las heridas de sango.
Después de que Kagome se marchara, y al ver que Kikyo desaparecía, con el pretexto de ir a buscar a Naraku y acabar definitivamente con él, Inuyasha tuvo que aprender a identificar aquellas plantas. No le gustaba, de echo detestaba hacerlo. Y aunque muchas veces quiso acompañar a Kikyo en su búsqueda, la sola idea de abandonar a sus amigos en aquellas situaciones de extrema vulnerabilidad no lo dejaban. Si bien Miroku podía defender a Sango y a Shipoo, estaba consciente que el kazan del monje cada vez se extendía mas sobre su cuerpo y que la sobreexplotación de su poder lo mataría mucho antes de acabar con Naraku. Si eso pasaba.... Kagome jamás se lo perdonaría.
Su agudo olfato pronto lo llevó a lo que estaba buscando. Tomó las plantas y de nuevo regreso a la aldea donde sus amigos continuaban descansado de la ardua pelea de dos días antes.
-¿Cómo sigue? - preguntó Inuyasha al entrar a la pequeña cabaña de la anciana Kaede.
-continua con fiebre. Lo bueno es que sus heridas han dejad se sangrar -comunicó el monje Miroku, mientras veía a Sango con una mezcla de impotencia y tristeza-. Si la señorita Kagome estuviera aquí, con la ayuda de las medicinas que trae de su tiempo, Sango ya se hubiera recuperado por completo.
Inuyasha apretó los labios. "Si Kagome estuviera aquí..."
Sacudió la cabeza con fuerza.
-ella decidió irse.
-se fue por que no soporto verte con Kikyo -le gritó el pequeño Shipoo.
Inuyasha bajó la mirada. El enano tenia razón, si Kagome se había ido era únicamente porque no soportó ver cómo escogía a Kikyo y no a ella. Aún así, la culpa lo azotó con gran fuerza, y tal vez fue por eso, por esa inmensa culpa que sentía en esos momentos o el simple echo de no soportar más la ausencia de Kagome que Inuyasha se levantó decidido. Iría a buscar a Kagome, la traería a rastras si era necesario para encontrar el ultimo fragmento. Así todo regresaría a la normalidad aunque sabía que con eso su relación con Kikyo se iría a la basura.