capítulo 26

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dos días después.

Kuran Kaname, no podía apartar la mirada de los jardines del dormitorio, y aunque su vista no estaba en algo específico, sus pensamientos no dejaban de atormentarlo. ¿Cómo se le había ocurrido decirle a la humana que la ayudaría?
Lo que más le intrigaba era aquello que había visto en los ojos de la chica: esa extraña luz que le hacía sentir una extraña paz.
Pero eso no era todo, esa necesidad de volver a verla lo estaba poniendo tan ansioso que no dudó en ordenarle a Takuma que preparara la mansión Kuran.
El problema ahora era saber quién sería el encargado de entrenarla. Si bien, Takuma y Aidou sabían por el extraordinario proceso por el que estaban pasando Kagome y Zero, algo en su interior lo hacía meditarlo una y otra vez.
“no hay otra opción” pensó Kaname recriminandose una vez más.
—pasa— dijo Kaname cuando escuchó el sonido en la puerta, sin embargo no era Takuma quien había llegado sino Yuuki e inevitablemente el ceño de Kaname se frunció al ver a su “adorada” hermana frente a él.
—¿Qué quieres Yuuki?
A Yuuki le molestó esa forma tan fría con la que le hablo, sin embargo para su propósito lo dejó pasar.
—me enteré que fuiste a ver a los ancianos del consejo.
Kaname entrecerró los ojos intentando descubrir el objetivo de su hermana.
—así es —dijo Kaname golpeando ansiosamente su escritorio con el índice.
—¿Y que te dijeron? —se atrevió a preguntar Yuuki al ver que Kaname ya no tenía intenciones de hablar.
—nada de lo que tengas por que preocuparte.
—me alegro, con todo esto del ataque que sufrió esa humana por el  fragmento, temía que te estuvieran presionando para algo. Pero en fin, si dices que no es nada de lo que tenga que preocuparme, te creó. — Kaname dejo de golpear la mesa ¿Qué demonios? ¿Takuma sabia algo de eso? Pero la preocupación que ya se había instalado en el pecho de Kaname al enterarse que Kagome había sido atacada se transformó en un extraño presentimiento cuando escuchó decir a Yuuki:
—Por cierto, ¿ya tienes fecha para nuestra unión?
—no todavía no la tengo, pero créeme, serás la primera en saberlo cuando la tenga.
Yuuki sonrió a pesar de la molestia que tenía al ver que Kaname ni siquiera tenía intenciones de fijarla.
“Tendré que presionar más a esos vejestorios”, pensó
—bien, solo te recuerdo lo que te dijeron ayer: todos los vampiros están ansiosos por  ver ya a nuestro hijo, y supongo que no querrás dejarlos esperar por más tiempo ¿Verdad?
Algo en Kaname despertó ¿Cómo sabía Yuuki lo que le dijeron en la reunión?
—no te preocupes Yuuki, más temprano que tarde tendrás la fecha.
Yuuki sonrió, esta vez de verdad. Kaname ya estaba presionado por el consejo, y si ella presionaba un poco más  ¿Qué podría salir mal?
—bien, entonces te dejo.
Yuuki se acercó a su hermano y como era su costumbre le dio beso en la mejilla.
No pasó mucho para que Takuma llegara y al ver la cara de su amigo se alarmó.
—¿Ocurre algo?
Kaname que no había dejado de ver la puerta por dónde salió Yuuki simplemente negó.
—¿ya está lista la mansión? —preguntó Kaname, todavía sin poderse sacar de la cabeza el cómo era que Yuuki sabía de esa reunión y de lo que se habló en ella, pero sobre todo si esa reunión estaba relacionada con el supuesto ataque que sufrió Kagome.
—si, la mansión está lista para cuando dispongas —respondió Takuma todavía preocupado por Kaname.
—ve a ver a Kagome y avísale que mañana mismo comenzamos con su entrenamiento.
Takuma asintió y comenzó a caminar hacia la puerta sin embargo antes de que llegara a ella, Kaname dijo:
—y Takuma, averigua si Yuuki recientemente ha ido a ver a tu abuelo.

Kagome se encontraba sumamente nerviosa

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Kagome se encontraba sumamente nerviosa. cuando esa mañana Takuma se presento a su casa para informarle que Kaname la esperaba en una mansión, se imaginó una mansión muy lujosa, pero el estar de pie frente a ese lugar que parecía mas una fortaleza que estaba construida para que nadie saliera de ahí, provocó en Kagome un profundo miedo que no pudo explicar.
Ichiru a su lado, apretó su mano con suavidad; él no la dejaría sola, se lo había prometido a su hermano y a Yagari, y aunque sabía perfectamente en los problemas en los que estaría metido, no se arriesgaría a dejarla ahí con esos chupa sangre.
—Kagome —saludó Kaname, después, muy lentamente, volteo a ver a Ichiru— Kiryuu.
—Kuran —respondió Ichiru con dientes apretados.
Kaname no se molesto en volver a ver a Ichiru, su atención se enfoco solamente a Kagome. No entendía si era para volver a ver esa extraña luz, o por esos ojos amatistas que lo miraban como jamás imaginó.
—quieres un entrenamiento en lucha ¿verdad?
Kagome asintió antes de responder:
—en lucha, en armas, en cualquier cosa que me ayude.
Kaname ladeo la cabeza y vio a Kagome con curiosidad.
—¿como que armas te gustaría manejar?
Kagome llevo su mano a su barbilla, el índice y el pulgar descansando en ella, lo analizó por un momento y la única imagen que llegó a su cabeza fue a Inuyasha blandiendo a colmillo de acero para acabar con sus oponentes.
—la espada —respondió sin pensar.
—bien, la espada será, pero no entiendo por qué, si con el arco te defiendes bastante bien.
ella negó bajando la mano.
—el arco se convirtió en mi arma, pero no por elección. —respondió Kagome sin quitarse de la cabeza todas esas veces que Inuyasha le decía lo grandiosa que era Kikyo con el arco.
—tienes suerte, Takuma es muy bueno con la catana.
Kagome volteo a ver al mencionado que le regalo una sonrisa.
—pero antes de comenzar con el entrenamiento, ¿No quieres almorzar?
Kagome e Ichiru voltearon a ver a Kaname con ironía.
Kagome negó con la cabeza y después dijo:
—me gustaría terminar con esto lo más pronto posible.
—y a mí me gustaría hablar contigo sobre algo importante —dijo Kaname, esta vez con expresión seria.
Kagome se alarmó, aun así asintió y comenzó a seguir a Kaname a donde sea que la estuviera guiando. Grande fue su sorpresa cuando entraron a un hermoso comedor iluminado solamente con unos, lo que parecía ser muy antiguos, candelabros en forma de araña. Exquisita comida se hallaba meticulosamente acomodada sobre la mesa de fina madera.
Kagome tomó el asiento que Takuma le ofrecía, justo a la derecha de Kaname. 
—Y bien ¿De que quieres hablar? —preguntó Kagome.
—me entere que fuiste atacada no hace mucho ¿es cierto?
—no, —respondió Kagome mientras recibía de Takuma el vaso con té que le estaba dando—. Fue el templo donde vive mi familia el que fue atacado.
—¿tienes alguna idea de que los ataco?
—Nivel E —respondió Kagome perdida en ese recuerdo.
—asumo que es por eso que quieres este entrenamiento ¿verdad?
—no entiendo por que eso te tendría que importar, Kuran —intervino molesto, Ichiru.
—porque si es así —la mano de Kaname tomó la de Kagome— puedo encargarme de quienes se atrevieron a atacarte a ti y a tu familia. Tu no tienes por que hacer esto.
Kagome inmediatamente aparto la mano, luego se arrepintió, estremeciendose ante la falta de calor.
—no nada más es por el ataque… quiero demostrarme a mi misma que puedo ser fuerte, que puedo volverme más fuerte. —Kagome suspiró—. Tu no lo entenderías aunque te lo explicará.
—es suficiente para mí. —respondió Kaname con un extraño sentimiento de orgullo—. En cuanto termines de comer comenzaremos el entrenamiento. Solo te advierto, no seré benevolente contigo.
Kagome sonrió de la misma manera que Kaname lo hacia.
—créeme, no pretendo que lo seas. —respondió Kagome mientras se regalaba una mirada de complicidad con Kaname.

El deseo que me llevó a ti (Inuyasha x Vampire Knigth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora