El deseo que me llevó a ti (Inuyasha x Vampire Knigth)

Capítulo 44

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El cansancio ya pesaba sobre su cuerpo y el que Inuyasha no se apiadara de ellos para darles un buen descanso, argumentando que no podían permitir que Naraku se apoderara del fragmento, no ayudaba en nada. Llevaban tres días siguiendo la dirección que la anciana Kaede les dijese, los mismos tres días que Zero junto a Kaname y Sesshomaru aprovechaban la noche para poder entrenar a Kagome. Sango no se había unido a ellos, pero ayudaba junto a Miroku a mantener distraído a Inuyasha para que no interfiriera.

Kagome, una vez mas bostezó a su lado, Kaname no pudo evitar mirar a Inuyasha con desagrado. Era mas que evidente para el sangre pura, que Inuyasha sabía acerca de los entrenamientos nocturnos, aun así continuaba con esa exigencia como si de alguna manera quisiera castigar a Kagome por aquello.

Durante esos días había podido conocer con mejor precisión a aquel extraño grupo. Durante esos días, había entendido a la perfección el porque Kagome veía a Sango y a Miroku como a sus hermanos, o el por que cuidaba al pequeño Shipoo como si de su hijo se tratara, razón por la que él ni Rin y mucho menos Kohaku habían emprendido aquel viaje con ellos, quedándose en la aldea al cuidado de la anciana y del pequeño demonio verde que no paro de llorar al momento de partir, hasta que Sesshomaru le diera un buen golpe en la cabeza.

Si, durante esos días había entendido aquel cariño tan especial que Kagome sentía por los miembros del grupo, sin embargo al que no podía entender era a Inuyasha, que no hacia mas que lastimar a Kagome con sus acciones.

—Este aroma —dijo de pronto Inuyasha, al mismo tiempo que detenía su andar dándole la oportunidad a Kikyo de bajar de su espalda—, es Naraku.

—Tiene el mismo repugnante aroma —dijo Sesshomaru en la parte trasera del grupo— pero no es Naraku. Lo mas seguro es que sea una de sus extensiones.

Inuyasha frunció el ceño y las claras intenciones de comenzar a discutir con su hermano fueron interrumpidas cuando Kikyo colocó una mano sobre su hombro.

—También está la presencia del fragmento —dijo esta, mirando un punto a la lejanía.

—Entonces estamos cerca —mencionó Miroku que también miraba aquel mismo punto.

—Será mejor que nos apresuremos, si una de las extensiones de Naraku llega primero que nosotros… —Inuyasha ni siquiera terminó la frase, él simplemente esperó a que Kikyo se hubiera acomodado en su espalda y echó a correr sin siquiera detenerse a mirar si sus demás compañeros lo seguían.

—No entiendo como pudiste aguantarlo durante todo este tiempo —dijo Zero que ya se encontraba a un lado de Kagome— es…

—¿Insoportable? —preguntó Sesshomaru que tenía la mirada fija en su hermano.

Zero volteo a verlo.

—Si, es insoportable.

Sesshomaru al escuchar aquella confirmación bajó la mirada hacia su pareja e inevitablemente sonrió. Estaba seguro que la mayoría que lo conocieran a él y a Inuyasha concordarían con que Inuyasha, a pesar de ser un hanyo, tenía mas de su padre que él. Estaba seguro que aun sin conocerlos preferirían mil veces a Inuyasha, por la simple y sencilla razón que él era demasiado intimidante; pero por supuesto que tenía que ser intimidante pero sobre todo cauteloso, había aprendido durante muchos años que si cometía el error de dejarse dominar por aquella misma imprudencia que Inuyasha tenía, lo llevaría a miles de derrotas. Después de todo, no por nada era el gran Sesshomaru. Y a pesar de eso, de su forma de ser, de esa frialdad que siempre utilizaba como una especie de mascara, ahí estaba Zero, haciéndole pensar que despues de todo no estaba tan equivocado y su hermano era, no nada más un imbécil de mierda, sino también insoportable a no mas no poder.