El deseo que me llevó a ti (Inuyasha x Vampire Knigth)

Capítulo 40

Este capítulo está dedicado a: AdeleyFonseca, MariaTio471, Syreydirs, Lunadedolor, mikuoxmiku, mayanfatimamoralesh6, LianaTaliana, fantasia104, YohamnaRodriguez20, hollow-san, Yusleidys8509, JhennyOrtegaCallisay, aometaishohi, AgustinaDiaz599, ErandiOrozco2, FatimaRiveraDelta, ZuleikaKaZzuragi, Dnelisa_Tovar_Mota, MarySaavedraReyes, SaraMartnez200, Dalila2711, Nisuqui, AliceKuroGriffin, ChroneliaCid y LyrethTenebris, quienes votaron el capítulo anterior ¡¡MUCHAS GRACIAS!!

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Nadie se opuso cuando Kaname sugirió descansar en ese lugar y después de tener preparada una fogata, Kagome comenzó a contarles la historia, de vez en cuando Zero intervenía contando su punto de vista. Cuando al fin terminaron, Sango estaba tapándose la boca y sus ojos estaban completamente abiertos de la sorpresa, Miroku estaba apretando su barbilla mientras veía al suelo  y meditaba sobre aquella peculiar situación, e Inuyasha que se mantenía lejos se acercó a grandes pasos a la fogata dónde sus amigos y esos sujetos estaban reunidos.

—¡Eso es mentira! ¿Cómo pretenden que creamos semejante historia?

Kagome frunció el ceño.

—¡Abajo!

Nuevamente Inuyasha se estampo en el suelo.

—Eso confirma lo que dicen —dijo Sango mientras veía a Inuyasha.

—Ahora entiendo por que durante estos días la señorita Kagome no lo mandó a besar el suelo como de costumbre –secundo Miroku que también veía a Inuyasha.

—Lo que no entiendo —dijo Zero haciendo que Sango y Miroku voltearan a verlo—, es ¿Por qué están ustedes aquí? No es que me moleste, pero…

—Por Yuuki —respondió Cross quién no dejó terminar de hablar a Zero.

—¿Yuuki?

—Creemos que Yuuki atravesó el pozo —dijo Yagari.

Zero abrió los ojos, y después miro a Kagome.

—¿El fragmento?

—Lo tiene ella —respondió  Kagome— creemos que buscará a Naraku para entregárselo.

—El fragmento, ¿lo tienen ustedes? —preguntó Miroku sorprendido.

—Lo teníamos. —respondió Kaname— Ahora es Yuuki quien lo tiene.

—¿Quién es Yuuki? —preguntó Shipoo volteando a ver a “Zero”.

—Una amenaza —respondió Yagari haciendo que Cross volteara a verlo con enojo.

—¿Qué fue lo que sucedió después de que me fuera?

—Yuuki ataco a Kagome y a su familia —respondió Kaname—, después robó el fragmento.

—¿Pero, por qué?

Kaname suspiró ante la pregunta de Zero, y sin darse cuenta volteó a ver a Kagome que también lo estaba mirando. No podía decirle el verdadero motivo pero si sus sospechas.

—Hace unos días hablé con Asato Ichijo. Le di un ultimátum en base a un plan que ideó Takuma. Resulta que Asato sabe del fragmento y todo gracias a Yuuki. —Kaname regresó la mirada a “Kagome”—. Él me estaba presionando para entregar el fragmento o el anhelado heredero.

—Pues hubieras entregado al heredero —Zero se levantó furioso sobresaltando a Miroku y a sango junto a él— ¿por que involucrar a Kagome en tus asuntos?

Kaien se levantó enseguida de su asiento, colocó sus manos sobre los brazos de Zero y bloqueó el paso de su hijo hacía Kaname.

—Esta bien, Asato sabe del fragmento, pero ¿por qué estas seguro que fue Yuuki quién le dio la información? —preguntó kaien volteando a ver sobre su hombro a Kaname todavía sentado sobre el tronco de un viejo árbol con los brazos descansando sobre sus piernas y manos ligeramente caídas y entrelazadas.

—Porque le pedí a Takuma que averiguara si Yuuki tenía contacto con Asato, pues ella me dio a entender que así era. Resultó ser que mis sospechas eran acertadas, y fue cuando Takuma ideó el plan de hacernos los desentendidos sobre el fragmento. Fui a hablar con él y le exigí que me entregara el fragmento o su informante. Después… el fragmento desapareció.

—¿Piensas que Asato habló con Yuuki y esta al verse descubierta, robó el fragmento? —preguntó  Yagari mientras observaba como kaien prácticamente obligaba a Zero a volverse a sentar.

—Es lo único que se me ocurre para que haya hecho algo así —respondió Kaname.

Zero suspiró, y al igual que Kaname se doblo ala mitad y entrelazó sus manos.

—Entonces tenemos mas problemas. —dijo llamando la atención de los cazadores— Hace unos días también estuvo aquí un sangre pura, que extrañamente venia por el fragmento y que fue enviado por Asato.

Kagome se tenso—. ¡¿un sangre pura atravesó el pozo?! — preguntó sin siquiera ocultar el miedo que aquello provocaba en su pecho.

Zero asintió sin dejar de ver el fuego crepitante frente a él mientras que Kagome apretó los labios. Con aquella información sus sospechas de que no nada más ella e Inuyasha podían atravesarlo se volvieron una certeza.

—Imagino que te desiste de él —dijo Kaname volteando hacía Zero y cuando esté asintió Kaname suspiró—. Tus superiores no lo tomaran bien.

—En esta época no hay tratado, así que no debería haber problemas.

—Créeme que eso será lo ultimo que piensen. —cuando Zero lo miro desconcertado Kaname nuevamente suspiró—. El presidente de la asociación de cazadores está junto a Asato. Te aseguro que si ellos sospechan algo, Asato se encargara de hacerlo actuar…

—Intentaran deshacerse de ti … —concluyó Yagari y Kaname asintió.

—No creo que se atrevan a tanto —dijo kaien con aquel semblante  serio que pocas veces adornaba su rostro, el semblante típico del vampiro sin colmillos—. Si ellos comienzan a moverse de esa forma los pocos sangre pura que quedan pedirán una explicación, no por el hecho  de que la asociación quiera deshacerse de uno de los suyos, sino por que es Asato el que le exija al presidente el hacerlo. Además, Zero pertenece al linaje mas antiguo de los cazadores, eso también levantará sospechas y si Asato desea guardarse esta información —kaien se encogió de hombros— no ara nada.

—De todas formas no podemos quedarnos con los brazos cruzados —dijo Yagari y kaien asintió.

—¿Qué es eso de los cazadores y sangres pura? —preguntó Miroku.

—De donde venimos —habló Zero volteando a ver al monje— ya no existen los yokai, pero existen unas criaturas que disfrutan del beber sangre humana a la que se le conocen como vampiros. Para que estos no hagan de las suyas existe una asociación de cazadores que se encargan de su exterminio cuando estos ignoran las leyes impuestas para la protección de los humanos.

—Los sangre pura —dijo Sango quién también volteó a ver a Miroku— son la jerarquía mas elevada de los vampiros, son los que, en pocas palabras, tienen el poder en su sociedad. Pero también son los mas peligrosos, ya que ellos son los únicos que tienen la peculiaridad de hacer, si lo desean, un gran ejercito de mas vampiros. No solo eso, tienen diferente habilidades que los hace invencibles, pues a diferencia de otros vampiros, sus debilidades son escasas.

—¡Vaya!, —dijo Yagari cruzándose de brazos y mirando como si fuera la primera vez a Sango— no esperaba menos de la fundadora de uno de los linajes mas poderosos de los cazadores.

Sango volteo a verlo, algo desconcertada.

—Entonces esas criaturas son peligrosas —dijo Miroku reflexionando sobre aquella información.

—¡Si! —habló nuevamente Sango— Zero tiene razón, si los sangre pura de su tiempo son capaces de atravesar el pozo, y sumando la amenaza de Naraku y de aquella chica que tiene el fragmento… estaremos metidos en serios problemas si todo se une.

—¿Qué pretenden hacer? —preguntó Sesshomaru que hasta ese momento se había abstenido de hablar y que se encontraba recargado en un árbol alejado a varios metros de distancia de la fogata donde estaban reunidos los humanos y su pareja.

—Necesitamos encontrar a Yuuki —dijo Kaname volteando a verlo— no podemos dejar que le entregue el fragmento a ese tal Naraku.

Sesshomaru asintió, pero su atención estaba totalmente puesta en Kikyo que estaba muy callada para su gusto. Dejó de prestar atención a la charla de los cazadores para poner toda su atención en aquella sacerdotisa que al parecer creía que nadie la veía, y cuando vio como está comenzaba a adentrarse poco a poco al bosque detrás de ella, él también se separó del árbol y comenzó a caminar con las intenciones de alejarse de ese lugar y hacía la dirección donde estaba el campamento de sus protegidos, no obstante, al llegar a la fogata se detuvo frente a Zero.

—vendrás conmigo. —prácticamente ordenó el yokai con el ceño ligeramente fruncido.