Un mismo deseo, un mismo destino.
Después de que Kagome viera a Inuyasha con Kikyo y Zero se enterara de que esos vampiros que tanto daño le causaron regresarían a la academia Cross, ambos piden un deseo, sin imaginar que este cambiará su mundo y lo...
Takuma no pudo moverse, ¿Qué acababa de pedirle Kaname?
—¿Qué? —preguntó sin poder evitarlo.
—que comiences con los preparativos para que Yukki y yo nos unamos a final de mes —respondió Kaname con el ceño fruncido.
—¿Por qué?
Kaname suspiró, dejó los papeles sobre el escritorio y tomó asiento
—Yukki esta yendo demasiado lejos. Si el que me una de una vez por todas con ella, evita que siga haciendo esta clase de locuras, será mejor que no lo postergue mas
Takuma ladeo la cabeza, sin comprender todavía la repentina decisión de su amigo a pesar de que se la estaba dando. La razón: Yukki ya había cometido mucho mas locuras en el pasado, locuras que no solamente sacaban de quicio a Kaname, sino también a todos sus compañeros.
Si Kaname estaba tomando aquella decisión no era por esas locuras.
Takuma comenzó a pensar, ¿que hacía diferente esta ocasión con las anteriores? Pronto la respuesta llegó por si sola: Kagome.
No, no podía ser eso, pero si, el que aquella chica estuviera ocupando el cuerpo de Zero. Además si sumaba lo que aquel cazador, Kaito, dijo aquella vez que fueron a la asociación, todo cobraba más sentido ¿no?
Takuma Sacudió la cabeza, y tomó el asiento frente a Kaname.
—¿no crees que te estas precipitando?
—Yukki cada vez se parece más a Rido, si no la detengo antes de que termine de convertirse en él, volverá a pasar lo mismo que hace un año.
—no lo creo —comentó Takuma—. Con Rido fue diferente, él tenía el apoyo de todos los del consejo vampírico, Yukki no lo tiene
Kaname lo miró a los ojos, su penetrante mirada provocó en Takuma un escalofrío.
—tu abuelo sabe del fragmento, además, te aseguro que Yukki en estos momentos, con tal de conseguir lo que desea, se volverá el perro fiel de Asato sin medir las consecuencias de eso.
Takuma suspiró, aunque no lo quisiera, Kaname tenía razón en eso. Ahora mejor que nadie entendía la repentina decisión de Kaname: si él le daba a Yuuki lo que deseaba, su abuelo no tendría nada para manipularla en un futuro, y así no podría ponerla en contra de Kaname.
