Kagome se sorprendió por el lugar donde Zero la había llevado. Las luces, el aroma a comida, pero sobre todo las parejas vestidas con kimonos que caminaban tomados de la mano la hizo sentir incómoda, en especial cuando notó que Zero seguía sujetándola de la mano.
Cuando Zero le dijo que la llevaría a otro lugar ni de cerca imaginó que sería a un matzuri, quiso decirle que regresaran, pero al momento de voltear a ver a Zero se sorprendió al ver las figuras que se acercaban a ellos.
Ayumi, Yuka y Eri sonreían alegremente. Parecía que se estaban divirtiendo, y por un momento Kagome sintió envidia de ellas: de la vida común y corriente que tenían.
—¡¿Kagome?! —dijo Ayumi, sorprendida de verla en aquel festival, pues no hace mucho su abuelo le había dicho que tenía escarlatina, razón por la que tenía casi un mes que no asistía a la escuela. Su sorpresa aumentó cuando vio al joven que estaba a su lado y que tenía su mano entrelazada con la de ella.
Yuka y Eri voltearon a la dirección que veía Ayumi, para ver que, en efecto, Kagome se encontraba ahí.
Las tres chicas corrieron junto a ella, Yuka la tomó del brazo y la jaló hacia ellas, haciendo que aquellas manos unidas se despegaran.
Zero confundido rompió el agarre de la chica sobre él y se puso a la defensiva.
—ellas deben de ser tus amigas —dijo Kagome cuando vio aquello—. Ayumi, Eri y Yuka si no mal recuerdo.
Las tres chicas se sonrojaron de inmediato al notar la sonrisa de aquel apuesto joven.
—hola mucho gusto, soy Zero Kiryu. Kagome me ha hablado de ustedes.
las miradas de las chicas se dirigieron a Kagome, esperando que esta les diera una explicación.
Era Sengoku:
Nuevamente estaba frente a ese antiguo pozo, todavía no entendía por qué regresaba a él después de ver como aquella sacerdotisa empujaba a Zero, pero lo que más le desconcertaba era que en esa ocasión sentía una opresión en el pecho.
Un mal presentimiento, el gran Lord Sesshumaru por primera vez experimentaba la sensación de un muy mal presentimiento.
Acercándose a las orillas del pozo, vio la espesa oscuridad que inundaba aquel espacio y Como en todo ese tiempo que regresaba, no había ni rastros de Zero.
Dando media vuelta, se alistó para irse de aquel lugar, pero antes de echarse a volar, la energía que bien conocía y que había estado buscando se sintió. Fue un breve instante, pero no cabía dudas, Naraku se encontraba muy cerca de ahí.
Sus sentidos se agudizaron, hasta que los mormullos inaudibles de Naraku lo golpearon. Siguiendo su trayectoria llego no muy lejos del pozo, y en efecto ahí estaba Naraku, pero junto a él se encontraba aquella sacerdotisa.
—mañana retomarán la búsqueda del fragmento —dijo Kikyo.
—¿estás segura que aquella mujer ya no regresará?
—lo dudo, Inuyasha dijo que ahora se encontraba feliz y contenta.
—y tu mi querida Kikyo —dijo Naraku pasando una de sus manos por la mejilla de la mujer —no estas contenta por eso ¿verdad?
— ¿cómo quieres que lo esté, si Inuyasha se veía triste y abatido? —Kikyo apretó los dientes— Inuyasha se atrevió a olvidarse de mí por culpa de ella, y por eso are que se arrepienta.
Naraku sonrió ligeramente; le gustaba la maldad con la que esa mujer podía actuar.
—olvídate de eso por ahora —dijo uniendo sus labios a los de la sacerdotisa.
Sesshumaru se dio la media vuelta y comenzó a alejarse, no sin antes pensar en lo estúpido que era su medio hermano por dejarse engañar por aquella mujer.
—estúpido de verdad.
—Lord Sesshumaru, ¿piensa irse sin despedirse?
Sesshumaru se detuvo y viendo por el rabillo del ojo se percató de Naraku que lo veía con la arrogante sonrisa de costumbre.
—Naraku, ¿Por qué no lo matas antes de que valla y le cuente de esto a Inuyasha?
Sesshumaru entrecerró los ojos, ¿acaso esa mujer creía que Naraku podría matarlo?
Que ingenua.
—no creo que esto salga de aquí, al menos claro que quiera que algo le pase a la pequeña Rin.
La arrogancia de Naraku se hizo más grande cuando vio que Sesshumaru entendió a lo que se refería.
—en efecto, Kohaku no se ha librado de mi por completo, si quiero are que en estos momentos mate a su protegida.
Sesshumaru no respondió al instante, ¿acaso creía que no lo cumpliría? Pensó Naraku, pero antes de que se lo pudiera preguntar Sesshumaru dijo:
—no me interesa en absoluto lo que ustedes hagan, si Inuyasha no se da cuenta es por lo estúpido que es.
Naraku se echó a reír.
—en eso tiene razón lord Sesshumaru.
Sesshumaru continuó con su camino, lo que sea que le presionaba el pecho había aumentado hasta el punto de no dejarlo respirar.
Siglo XXI
El caos inundaba el lugar, la gente corría despavoridamente alrededor de Kagome y Zero que permanecían viendo a los responsables. Nivel E que atacaban como las bestias salvajes que eran, con las intenciones de alimentarse.
Ayumi había sido atacada, y ahora se encontraba en los brazos de Kagome con las otras dos chicas a su alrededor en estado de shock.
¿Cómo había pasado todo eso? Hasta donde recordaba Kagome, todo era felicidad. Por primera vez después de tanto tiempo se estaba divirtiendo con sus amigas.
—quédense aquí —ordenó Zero mientras comenzaba a caminar hacia aquellas bestias.
—¡Kagome, ¿qué pretendes hacer?! —preguntó una Yuka al borde de las lágrimas. Ayumi ya había sido herida y ahora Kagome se disponía a ir donde esas cosas.... ¿acaso estaba loca?
Zero se detuvo en seco, era cierto, a los ojos de todos ahí él era Kagome Hihurashi, pero no podía simplemente quedarse viendo semejante masacre. Su sangre de cazador se lo impedía rotundamente.
Zero apretó los dientes, ¿Qué se suponía que tenía que hacer?
El nivel E que corriendo se acercaba al pequeño grupo le impidió ponerse a pensar en eso. Tenía que actuar de inmediato, al menos claro que quisiera que otra d las chicas saliera herida. Su mano se dirigió a la chaqueta que tenía puesta para sacar a Bloody Rose, pero antes de que pudiera tomarla, la imagen de aquel nivel E dejo petrificado a Zero. Sus largos colmillos se asomaban de su boca mientras que sus ojos ardían en un carmesí intenso.
Por la mente de Zero la imagen de un ser con cabello plateado y ojos de un dorado intenso se formó, ¿acaso él se veía de esa forma cuando fue alimentado por aquel sujeto?
Los afilados colmillos enterrándose en su cuello de inmediato se deshizo de la vergüenza que comenzaba a formarse dentro de él. La dolorosa sensación le recordó a aquella noche donde perdió a sus padres; donde perdió su vida. Su mano al fin se apretó en la empuñadura de su arma, pero antes de que pudiera sacarla el nivel E se hizo cenizas.
—se les dijo que no podían salir de la academia —dijo un Caien totalmente fúrico y sin lentes.
—si no mal recuerdo, dijo que no era buena idea que saliéramos —respondió Zero al tiempo que llevaba su mano a su cuello para presionar la herida.
Caien lo fulminó con la mirada, mirada que terminó convirtiéndose en sorpresa cuando una flecha con un intenso resplandor rosó su cara, cortando un mechón de su cabello.
Zero y Caien dirigieron su mirada a la dirección donde había sido lanzada, sorprendiéndose al ver a Kagome en el cuerpo de Zero sujetando un arco y posicionando otra flecha en este.
Kagome nuevamente apuntó hacia aquellas cosas que ahora tenían toda su atención en ellos, ¿y como no? Todos los que habían ido al matzuri habían escapado, quedándose solamente ese pequeño grupo que, sin querer, se había formado.
La nueva flecha que lanzó terminó haciendo polvo a más de la mitad de los nivel E que quedaban cuando Yagari junto a Kaname y algunos de sus subordinados llegaban al lugar, sorprendiéndose también de aquello.
Definitivamente esa mujer no era tan normal como todos imaginaban.
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El deseo que me llevó a ti (Inuyasha x Vampire Knigth)
RomanceUn mismo deseo, un mismo destino. Después de que Kagome viera a Inuyasha con Kikyo y Zero se enterara de que esos vampiros que tanto daño le causaron regresarían a la academia Cross, ambos piden un deseo, sin imaginar que este cambiará su mundo y lo...