UNA PRESA GRANDE.

797 93 9
                                    

Otro desayuno aburrido en familia ha comenzado. El abuelo Angelo y papá hablando cómo siempre de sus negocios y la tía Beatrice callada escuchando todo. Ella jamás se ha metido en los asuntos del negocio familiar, ella dice que es mejor mantenerse lejos.

La verdad no entiendo su decisión, esté negocio es todo lo que los De Luca conocemos. No podemos evadir quiénes somos. Ella debería de ser más lista honestamente y no estar todo el tiempo centrada en sus asuntos de modas.

—¿Ya está todo listo para el próximo envío a los Estados Unidos? —le cuestiona él abuelo a mi padre.

—No te preocupes por eso.

—Claro que me tengo que preocupar Alessio, ese envío es muy importante y no puede haber errores —contesta el abuelo.

—Te dije que no te preocupes por nada —le dice papá de una manera algo brusca —.No habrá ningún error así que te recomiendo calmarte.

Su relación no es la mejor desdé hace años, papá es muy cortante con el abuelo Angelo. No tengo muy clara la razón de su distanciamiento, pero lo que si sé es que fue algo malo. Padre es tonto al igual que su hermana, deberían de acercarse un poco al abuelo.

Él es una excelente persona, es el mejor abuelo del mundo entero. Nunca he conocido una persona cómo él, tengo demasiada suerte en tenerlo a él. El abuelo siempre me apoya en todo lo que hago.

—Disculpen la interrupción —Stefano entra en el comedor acompañado por su hijo.

Ambos no traen una buena cara.

—¿Qué les pasa a ustedes dos? —le pregunta mi padre a su mejor amigo —.¿Pasa algo malo?

—Algo malo efectivamente —contesta Stefano.

—¿Y qué es?

—Atacaron una de nuestras bodegas, se llevaron todo, la quemaron completamente y mataron a nuestros hombres —contesta el oji-verde.

—¿Qué carajos estás diciendo? —padre se levanta su asiento por la impresión —.¿Quién?

—No lo sé con exactitud, pero uno de los que cuidaba ese lugar está aquí. Sobrevivió de milagro.

—Pasa ya —Vincenzo mira hacia la entrada y después entra un hombre de los de seguridad.

—Explica ahora todo lo que paso ¿Cómo pudieron dejar que todo eso pasará? —le dice papá muy molesto.

—Nos tomaron por sorpresa señor De Luca, no nos pudimos defender correctamente. Yo apenas y pude escapar de ese lugar —contesta el hombre —.Era una lluvia interminable de balas señor.

—¿Quiénes demonios eran los atacantes? —pregunta el abuelo Angelo.

—No lo sabemos señor, pero eran muy crueles. No tenían piedad de nadie, entre ellos estaba un chico que parecía ser el jefe.

—¿Un chico? —cuestiona padre —.¿Cómo qué un chico era el jefe?

—Si señor, él les daba las órdenes a los matones. El chico era demasiado cruel también, yo logré ver cómo él mataba mataba al jefe de seguridad. Era también demasiado ágil —contesta el empleado.

—¿Cómo era? —cuestiona el abuelo.

—Vestia con un traje algo idéntico al de su hijo señor Angelo, era de piel clara, de cabello castaño claro y de ojos azules muy notables. Era un demonio, uno despiadado.

—¿Quién cree qué haya sido? —cuestiono —.¿Papá se te ocurre alguien? —lo miro.

—No, no sé me ocurre nadie —me responde y voltea hacia Stefano —.¿Crees qué las cámaras de seguridad hayan captado algo?

—Posiblemente —responde el rubio.

—Vamos a revisar.

Stefano asiente.

Papá y su amigo salen del comedor.

—Voy también —me levanto de mi asiento —.Ven conmigo Vinz —le digo a mi amigo.

Caminamos ambos hacia la salida y dejamos al abuelo y a la tía atrás.

Caminamos por todo el pasillo hasta llegar a la habitación en dónde están las computadoras.

Papá y Stefano ya se encuentran revisando los videos de esa bodega atacada. Nos acercamos a ellos y logro ver los videos de las cámaras del exterior de aquel lugar.

Esos bastardos llegaron de la nada y comenzaron a disparar tal cómo nos dijeron hace un momento. Stefano cambia el vídeo y ahora nos muestra el interior.

En el vídeo apetece el jefe de seguridad enfrentando a un muchacho trajeado. Es demasiado ágil, lleva consigo una espada y una arma de fuego.

¿Qué clase de loco lleva una espada?

El jefe de seguridad fue golpeado en el rostro dos veces hasta que fue derribado.

El desconocido lo apunto con su arma, vemos que intercambian un par de palabras y después el trajeado dispara.

Ahí se termina absolutamente todo.

—Ese chiquillo no es una blanca paloma —comenta el padre de Vincenzo —.No tuvo piedad del pobre.

Miro con más atención el rostro del chico.

—¿Puedes acercar más el vídeo Stefano? —le pregunto.

—Claro —responde y hace lo que le pido.

—Ese chico...—digo bajo —.Es ese maldito.

—¿Lo conoces? —me cuestiona papá —.Hijo ¿Conoces a ese chico?

—Lo vi en el bar de Luigi, ese maldito fue el que me golpeó en el rostro —comento.

—Luigi cancelo el trato con nosotros de una manera muy extraña y rápida —comenta Stefano —.¿Crees qué ese tenga algo que ver con ese muchacho? —mira a papá.

—Si algo he aprendido es que nada en esté mundo es coincidencia —contesta papá —.Cómo acabamos de ver ese niño no es ningún santo, es alguien importante. Él debió de haber sido el responsable de la cancelación con Luigi, estoy completamente seguro de eso.

—Yo me puedo hacer cargo de él —le digo a papá —.Ese maldito y yo tenemos un asunto pendiente.

—Tú no te vas a meter.

—Pero papá...

—Es una órden —me dice serio —.Tú no te vas a meter en está mierda jamás hijo.

—Está bien...—asiento con la cabeza sin contradecirlo, no me ganaría nada —.¿Entonces qué planeas hacer papá?

—Iré a ver a Luigi al bar —responde él —.Hablaré con él y le pediré de una forma muy poco educada información sobre esté mocoso. Es una presa grande cómo vimos y lo quiero cazar. Hace mucho que no tengo un poco de acción.

—Bien papá, espero que des con ese muchacho y le hagas sufrir demasiado.

—Lo haré —me dice —.Stefano prepara el coche.

El padre de Vincenzo asiente y sale de la habitación.

Ese chico no sabe lo que hizo. Se acaba de meter en la boca del lobo.




Salvatore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora