EL ÁNGEL ASESINO.

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Estaciono mi coche frente a la entrada del antro, apago el motor, bajo del vehículo, cierro la puerta y camino hacia la entrada.

El de seguridad me deja pasar sin ningún problema y me adentro en el lujoso local.

Esté antro no es cómo cualquier otro, en esté lugar solo pueden entrar los hijos de las mejores y más poderosas familias de todo Londres. No es lugar para cualquiera.

La música suena algo y ya hay demasiadas personas en el establecimiento. Unas ya están demasiado borrachas y otras drogadas. Es el pan de cada día aquí.

Concentro mi mirada en el segundo piso y veo a mi querida amiga Lockwood saludándome con una de sus manos. Subo a la segunda planta por las escaleras y me acerco a ella.

—Querida serpiente —me sonríe.

—Ángel asesino —doy una sonrisa igual.

Ella es la señorita Rose Lockwood, ella es mi mejor amiga desdé siempre. Nos conocemos desdé que éramos niños. Fuimos juntos a la escuela y desdé entonces somos inseparables.

Es una chica bastante hermosa, tiene un excelente cuerpo capaz de atrapar a cualquier hombre que pase delante de ella, su perfecto cabello pelirrojo siempre está intachable, su piel es blanca, suave y siempre está cuidada y maquillada sin ningún error. Rose siempre está vestida al último grito de la moda, el color que siempre le ha caracterizado es el rojo.

Rose es la única hija de Anthony Lockwood, es uno de los mejores y más fieles aliados de mi familia. El señor Lockwood es quién se encarga de lavar el dinero que mi familia consigue, tenemos una buena relación.

Aún que no hay que dejarse engañar por su perfección. Debajo de esa carita de ángel se encuentra una mujer bastante ruda. No tiene compasión por quiénes la engañan o tratan de hacerle algún daño. Es por eso que la llaman "Ángel asesino"

—¿Y cómo te fue en tú jueguito? ¿La serpiente atrapo al ratón?

—El ratón ha desaparecido —me recargo en el barandal —.El jefe Black se quedo sin información. Por favor dile a tú padre que lamento el desastre que hice en su bar, deje su piso manchado de sangre.

—No te preocupes. Pater se lo merecía, aún que si quieres que te sea muy honesta no creo que el jefe Black se quede conforme con su derrota. Él seguirá investigando para meterlos en prisión a todos ustedes.

—No conseguirá absolutamente nada. Seguirá perdiendo su tiempo cómo hasta ahora. Para todo Londres los Salvatore somos una familia de empresarios intachable.

—Para todo Londres menos para Xander Black. Él dice que ustedes son una mala familia. Unos asesinos —dice Rose.

—Mientras no consiga nada comprometedor estaremos bien. Pero dejemos de hablar de él y mejor cambiemos de tema —comento, dejo de observar a los adolescentes bailar y miro a mi amiga —.¿Cómo han estado las cosas con tú ex? ¿Has arreglado todo?

—Ya no es problema.

—Dime que no lo mataste.

—Tranquilo Alec. No lo mate, solo le dí un pequeño susto.

—Tus sustos no son pequeños.

—No te preocupes. Está bien, lo garantizo. Mejor hablemos sobre ti. ¿Alguien que te haya robado el corazón?

—Sabes perfectamente bien Rose que no tengo tiempo para eso. Además no me interesa, me centro más en arreglar los problemas de mi familia y de hacer extender nuestra fama. El amor es... una perdida de tiempo.

—Si que eres un amargado, serpiente. Deberías de interesarte en otras cosas, créeme que no puedes extender más su fama. Todos saben bien que la gran serpiente de la muerte es un asesino desalmado.

—Y apuesto —agrego.

—Y amargado —dice Rose.

Ruedo mis ojos y suspiro.

—He estado hablando con el abuelo sobre extender el negocio más allá de Londres.

—¿De verdad? ¿Y a dónde?

—Tal vez Turquía, España, Estados Unidos e Italia. He investigado y en Italia todo está cayendo para los clanes de allá.

—¿Y por qué?

—No lo sé. Pero es una oportunidad que no pienso desaprovechar. Es la oportunidad excelente para conseguir nuevos territorios.

—¿Y qué te ha dicho el señor Alexis?

—Que no, él y papá siguen queriendo quedarse en Londres. No podemos seguir en un solo lugar. Tenemos que expandirnos, y por supuesto Italia es la mejor opción para ello. Tiene buenos lugares para colocarnos —le digo.

—¿Y te has interesado en alguno en especial?

—Hace años mi familia dominaba un lugar en Italia. Ese territorio en especial le dió mucho poder a las serpientes antes de nuestra caída.

—¿Y cuál es ese lugar? —me cuestiona la pelirroja.

—Florencia.

—¿Florencia?

—Exacto angelito. Florencia hace años pertenecía a los Salvatore, por lo que me he enterado el clan que la domina ahora ha dejado que ese territorio se vuelva un tanto... flaco por así decirlo. No puedo dejar que las cosas sigan así, Florencia tiene que recuperar su verdadero esplendor.

—Conozco esa mirada Alec. Estás planeando algo, quiero saberlo.

—Todos en Italia siguen pensando que el clan Salvatore nunca se recupero de su caída. Me conviene que esa mentira siga.

—Alec deja los rodeos y dímelo ya.

—Planeo ir secretamente a Florencia y lentamente recuperar el territorio. Posiblemente tenga que matar a demasiados pero será un daño colateral.

—Por secretamente te refieres a...

—Me refiero a que ni mi abuelo ni mi padre se van ha enterar que haré el viaje a Italia. Pondré una pequeñita mentira que me cubra.

—¿Y cuál será?

—No te preocupes. Yo me haré cargo de absolutamente todo y tú vendrás conmigo.

—¿Yo? ¿Y por qué yo?

—Por que necesito de mi mejor amiga conmigo por si hago una tontería. Tú tienes un largo historial en sacarme de algunos, ¿Recuerdas la escuela? Unos niños me molestaban y tú siempre me defendías.

—Pero esto no es cómo la primaria. Estamos hablando de ir al territorio de un clan para quedarnos con él.

—Según mi investigación ese clan tiene un líder al cuál le encanta meterse en problemas. Uno totalmente inútil, no será problema para nosotros te lo puedo asegurar. Así que te recomiendo hacer tus maletas Rose ya que el viaje lo tengo programado para dentro de una semana.

—Alec ¿Estás seguro?

—Completamente, Florencia era territorio de mi familia. Lo tengo que recuperar a cualquier costo. Será un buen regalo para el abuelo y para mi papá el tenerlo de regreso.

—Solo espero que esto no nos cause problemas. Una guerra mejor dicho.

—Si hay guerra la ganaremos. Soy la serpiente de la muerte. Yo siempre consigo lo que quiero. Nadie se escapa de mi, no hay presa que no pueda cazar y eliminar —digo —.Ahora vamos a la barra, necesito un trago antes de volver a mi casa.

—Está bien. También necesito tomar.

Salvatore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora