VERDADES 1/2.

1K 103 4
                                    

Nuevamente las mismas pesadillas no me han dejado dormir. De nuevo esas dos se han apoderado de toda mi mente. Ya no sé que hacer. Y cómo si eso no fuera poco, la intranquilidad que antes sentía se ha vuelto aún más fuerte. Ya no puedo más con toda está mierda.

El siempre estar pensando en ello, me hace sentir un espantoso dolor en la cabeza. Así llevo todo el maldito día. Ya no sé que hacer para no sentirme mal.

¿Tal vez debería de ir a terapia?

No sé por que me siento incompleto.

¿Qué me podría hacer falta en la vida?

—Carajo...

—¿No te sientes bien? —Rose aparece en mi campo de visión.

—No —respondo —.La cabeza me duele.

—¿Quieres ir al hospital?

—No, más bien al loquero. Es lo que ya te había contado —respondo.

—¿Lo de sentir qué te hace falta algo importante en la vida? —ella cruza sus brazos.

—Si, eso. Rose me siento un poco total. No sé el por que me estoy sintiendo así. No logro encontrar una respuesta a lo que siento. Presiento que si esto sigue yo... terminaré con una camisa de fuerza.

—No digas eso —toma asiento junto a mi.

—Es la verdad. Ya no sé que hacer.

—¿Ya intentaste con distraer tú mente?

—Ya lo hice, no funciona.

—¿Y por qué no la distraes con Hunter?

—¿Hunter qué tiene qué ver? —la miro.

—Pues a él le gustas.

—¿Yo? ¿Gustarle a él?

—Si, y a ti también te gusta.

—No me gusta ¿Por qué dices eso?

—Bueno por qué le has dado demasiada confianza últimamente, además cuándo estás con él tú comportamiento cambia. Te hace desesperar y creo que eso te gusta. Hunter no se calla las verdades contigo. Creo que eso es lo que llama tú atención, el que te retén y te hagan molestar un poco.

—Rose, por favor no digas eso. Yo nunca podría estar con él. Nuestros mundos son diferentes.

—Eso sonó muy del siglo pasado Alec. Honestamente yo pienso que harían bonita pareja... además se nota a simple vista que ese sexy oji-verde coge rico —sonríe.

—¡Rose!

—¿Qué? Por favor Alec, Hunter es un verdadero monumento. Si a él le gustarán las chicas yo ya me lo habría llevado a la cama. Jamás había visto a alguien tan guapo cómo él. Tienes demasiada suerte.

En primer lugar, yo jamás podría gustarle a nadie. Y en segundo lugar, Hunter y yo no tenemos ninguna química. Lo que dice Rose no tiene ningún sentido, creo que la que está loca es ella y yo no.

—Eso sería totalmente imposible.

—¿Y por qué? Quiero escuchar la razón.

—Ya lo he dicho. Nuestros mundos son diferentes, una relación así jamás llegaría a ningún lado —contesto —.La relación entre un mafioso y una persona "normal" no es muy buena que digamos. Una relación así solo desencadenaría muchos problemas.

—Alec... me desesperas demasiado.

—Solo soy... realista. Yo jamás podría tener nada con Hunter.

—Nunca digas jamás, a veces el destino te puede dar muchas sorpresas inesperadas.

¿El destino?

Siendo sincero no creo para nada en el destino.

—Ya dejemos de hablar de tonterías por favor, la cabeza me duele demasiado.

—Bien...—mi amiga se pone de pié —.Me voy, quede de verme con Luigi en el bar ¿Quieres venir conmigo? Tal vez te sientas mejor.

—No, hoy no iré al bar. Me quedaré aquí, tal vez vaya a la cama temprano —le digo a mi amiga.

—Está bien. Buenas noches.

—Que te diviertas —contesto.

Mi amiga se va de la sala de estar.

Dios, no soporto la maldita cabeza.

Estoy unos cuántos minutos en la sala, el sonido de unos pasos se escuchan en el pasillo y después veo salir a mi papá.

—¿Vas a salir? —le pregunto.

—Alec —me mira —.No sabía que estabas aquí. Si, voy a salir.

—¿A dónde?

—Es... un asunto personal —dice algo nervioso.

—¿Asunto personal? —lo miró con confusión —.¿De nuevo?

¿Mi padre tienen más asuntos aquí en Florencia?

—Si, tengo unos cuántos asuntos de los que me debo de hacer cargo. No puedo llegar tarde. Me tengo que ir ya, nos vemos después —camina hacia la salida de la casa.

Esto si que es muy raro, son casi las 10:30 de la noche.

¿Qué asuntos puede tener a estás horas?

Papá se veía algo nervioso.

Hay algo aquí que no me gusta. En todo esto hay gato encerrado y seré yo quién lo deje salir de una vez por todas.

El dolor de cabeza puede esperar, llegó el momento de saber que es lo que papá está ocultando. Me pongo de pié y tomo mi saco para después caminar hacia la salida.

Salgo de la casa y veo el coche de papá atravesar la entrada a la propiedad.

Camino rápidamente hacia mi coche, abro la puerta, subo, lo enciendo y arranco.

Necesito seguirlo. Necesito saber ya mismo la razón de su comportamiento tan extraño.

Tengo que ser cuidadoso o me verá.

Creo que llegó el momento de la verdad, amado padre.

Salvatore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora