¿DIFERENCIAS EN EL PASADO?

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La música suena a todo volumen en el antro, cómo siempre hay un montón de jóvenes bailando y alcohol por todos lados.

—¡Amigo! —Luigi llega a la mesa en dónde me encuentro con Rose y Hunter —.Vamos quita esa cara de amargado que tienes. Deberías de divertirte un rato.

—No puedo —contesto —.No tengo ánimo.

—¿Qué es lo te pasa?

—Está enfrentando la realidad de que ya no forma parte del negocio de su familia —le responde Rose.

—Es una pena, pero no es el fin del mundo —comenta el dueño del bar.

—Para ti no, pero para mi si. Tú ahora tendrás que hablar directamente con mi padre Luigi, mientras que yo me muero por dentro del aburrimiento que tengo.

—Alec, ya no estés así —me dice la pelirroja —.Verás que tú padre te dejará entrar nuevamente, solo dale tiempo a que su enojo se le pase.

—¿De verdad crees qué lo haga? —miro a mi amiga.

—Completamente.

Realmente espero que lo que me está diciendo Rose sea verdad. Yo soy una parte importante de todo lo que las serpientes han construido. Papá no me puede dejar fuera así cómo así, le daré tiempo para que aclare sus ideas.

—Está bien —suelto un suspiro —.Haré lo que me estás diciendo. Le daré tiempo.

—Bien dicho —Rose sonríe —.Ahora que ya no hay razones para caras largas, vamos a tomar.

—Iré yo por los tragos —digo —.Ven conmigo Hunter.

El castaño asiente y juntos vamos hacia las escaleras. Bajamos al primer piso del antro y nos dirigimos directamente hacia la barra.

Ya en la barra ordene los tragos y esperamos a que la empleada los sirviera. Esperamos un poco y después nos dejan todos los tragos sobre la barra.

Cuándo estamos por tomarlos la música se detiene de golpe y escucho un fuerte escándalo del lado derecho del establecimiento.

Mi guardaespaldas y yo miramos hacia allá y vemos a una gran multitud reunida, dejamos los tragos y caminamos hacia allá para ver que era lo que estaba pensando

Nos hace pasó entre los chicos y llegamos hasta delante.

—Vaya pero que gran sorpresa...—comento.

Se trataba de una pelea, el gran cachorro de Florencia se encuentra peleando contra dos sujetos. Definitivamente está idiota es un imán para los problemas, me sorprende el hecho de que siga vivo.

—No está ganando —dice Hunter.

Mi guardaespaldas tiene la razón, el hijo de Alessio no está ganando la pelea. Los chicos tienen más ventaja, Fabritzio apenas y puede defenderse.

Uno de ellos lo golpea en el rostro y lo tumba. El otro lo levanta con rudeza, lo sostiene por la espalda y su compañero lo comienza a golpear en el estómago una y otra vez.

—Vamos Hunter. No es nuestro problema.

Doy la vuelta.

Hunter es el primero en avanzar, mi guardaespaldas se detiene y da la vuelta para mirarme.

—¿Qué pasa? —pregunta el oji-verde —.¿Por qué no avanza?

Giro nuevamente hacia el hijo de Alessio.

Lo siguen golpeando sin ninguna piedad, él no puede hacer absolutamente nada.

—Debo de estar loco...—susurro.

Salvatore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora