CAER EN TENTACIÓN.

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Detrás de esa puerta se encuentra el hombre al que deje hace ya años atrás. Mi corazón late a mil por hora, me siento nervioso y no logro controlarme.

Sé que debería de hacerlo pero me resulta imposible el controlarme.

—Tienen que hablar —dice Beatrice.

—¿Mi hijo dónde está?

—Él está bien, no te preocupes. Desdé que mi hermano se enteró de quién era en realidad lo ha cuidado perfectamente.

—Bien —digo —.entonces hablaré con él.

Me acerco más a la puerta, tomo la manija, la giro y abro la puerta. Me adentro en el estudio y veo al jefe del clan De Luca detrás de su escritorio, está con los ojos cerrados. Él está totalmente perdido en sus pensamientos que no se ha dado cuenta de mi.

Cierro la puerta a mis espaldas, Alessio abre sus ojos y nuestras mirada se cruzan después de mucho tiempo. Él está totalmente impactado, no puede decir nada. Solo está ahí, viéndome fijamente.

Él ha cambiado mucho, ya no es el mismo que recuerdo. Después de mucho no puedo creer que haya vuelto con su padre.

Volvió a caer.

Volvió a ser su marioneta.

Tengo que tener cuidado.

Puede que ahora sea más peligroso que cuándo lo conocí.

—Señor De Luca. Ha pasado tiempo.

—D-dominic...

—No has olvidado mi nombre en todos estos años, que sorpresa —comento.

—Estás aquí.

—Si desgraciadamente he tenido que abandonar la comodidad de mi hogar para venir por lo que es mío.

—No... puedo creerlo. De verdad estás aquí —me dice, está realmente sorprendido el pobre.

—Lo estoy, ya lo he dicho. No soy un fantasma.

—Has crecido, ya no eres el mismo.

—No, ya no soy el mismo chico al que una vez amenazaste con matar a su única familia si no aceptaba un matrimonio falso —respondo —.He madurado, me he vuelto una serpiente hecha y derecha tal cómo siempre debió de haber sido.

El rodea su escritorio y camina hasta llegar a mi. Ambos estamos muy cerca el uno del otro. En sus ojos azules puedo ver un brillo, puede que sea felicidad. Lástima que yo no pueda hacerlo. Él me lastimo y no puedo permitir que los recuerdos del pasado tengan poder sobre mi. Ya no soy Dominic Whitmore, mucho menos Dominic De Luca.

Soy una serpiente, tengo que actuar cómo tal.

—Después de todo... volviste con Angelo.

—No tuve opción.

—La tenías.

—Cómo tú. Tenías la opción de escucharme, sin embargo no lo hiciste.

—No había nada que me tuvieras que explicar Alessio —contesto.

—Si había, aún hay mucho.

—Ya no...—suelto un suspiro —.Hace falta.

Carajo. Mi corazón está cómo un loco.

—Domi... cachorro.

—Ya no soy tú cachorro. Ya no más.

—Siempre lo has sido, y siempre será así.

—Allá tú. No he venido para que hablemos del pasado Alessio. He venido por lo que es mío, dame a Alec.

—¿Has venido por él por qué temes que lo lastime?

—Si —contesto fríamente —.Tú o tú padre.

—Yo jamás lo lastimaría y en el fondo lo sabes bien Dominic. Alec es mi hijo.

—No, no lo es. Alec es mío.

—No, sé que estás molesto aún pero no puedes alejarme más tiempo de su vida.

—¿Quieres ver qué si puedo?

—No seas egoísta. Tú te llevaste a Alec cuándo era solamente un niño... te lo llevaste sin mi permiso. Me perdí la mitad de su vida, no puedes seguir siendo cruel.

—Creo que lo de ser cruel se me pego de ustedes. Al menos algo les aprendí.

—Dominic...—toma mis manos, mi piel se eriza —.Amor... ya no estés molesto conmigo. El castigo que me has dado por estos últimos años ya ha sido suficiente ¿No lo crees?

—No... aún no ha sido suficiente. Confiaba en ti cómo un imbécil y me fallaste.

—Te lo iba a contar absolutamente todo pero tú no me diste la oportunidad de ello.

—¿Para qué iba a darte la oportunidad?, ¿Para qué me dijeras otra mentira? No Alessio ya no más.

Lleva su mano izquierda hacia mi mejilla.

—¿Me has olvidado realmente Dominic? —pregunta el oji-azul.

El tacto de Alessio... aún sigue siendo cálido. Apesar de que regreso con su padre, él no cambio su personalidad a la que un día conocí.

Se mantuvo siendo su mejor versión.

—¿De verdad ya no tengo un lugar en tú corazón? ¿En tú mente?

—Alessio... claro que s...

¿Qué carajos estoy diciendo?

—Claro que no. Ya no siento absolutamente nada por ti —respondo.

—¿De verdad?

—De verdad.

—No te creo.

—¿Por qué no?

—Por que tus ojos dicen lo contrario.

—Suelen mentir.

—No importa, existe más maneras de comprobar que sigues sintiendo algo.

—¿Oh si? ¿Y cuál es esa manera?

—Está —responde, acerca su rostro más y más hasta chocar sus labios con los mios.

La corriente eléctrica que sentí la primera vez que lo bese. La que sentí esa tarde en el lago cerca de la cabaña de su madre. La siento de nuevo, pero está vez es más... fuerte que aquella vez.

¿Por qué? ¿Por qué siento esto?

Han pasado años y años en los que me dispuse a olvidarme completamente de él.

No puede estar pasándome esto.

No puedo volver a ser el mismo. Tengo a mi hijo y él no puede estar cerca de él, ni de Angelo De Luca.

¡Mierda!

Por más que deseó quitarme, no puedo.

Mi maldito cuerpo no me obedece para nada

La falta de aire se presenta, él me deja de besar y me mira con esa dulzura con la que hace años me miraba.

—¿Lo ves?

—Esto no prueba nada.

—¿Te haces el difícil?

—No tengo tiempo para esto. Quiero a mi hijo.

—Nuestro hijo.

—Mi hijo.

—Si que eres cabeza dura —sonríe de lado.

—Alessio... yo lo digo de verdad. Necesito que me entregues a Alec. Necesito irme.

—Has venido a mi, una vez te deje ir. A ti y a Alec pero... está vez no planeo volver a cometer ese maldito error. Dominic, yo... está vez no los planeo dejar ir.

—Alessio...

Salvatore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora