JUSTICIA DIVINA.

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Hoy se ha tirado la casa por la ventana pues la nueva boda de mis padres ha comenzado.

Rose se ha hecho cargo de absolutamente todo lo de la decoración, también ella fue la responsable de que la cena romántica en la cabaña de la abuela saliera a la perfección.

Está boda será cómo la de un cuento de hadas según mi amiga pelirroja. Todos estamos emocionados por esté evento, en especial los novios. El jardín está lleno de conocidos de los Salvatore y De Luca, la felicidad inunda toda la propiedad.

Claro... los nervios también.

—Deberías de controlarte papá —le digo mientras él, Fabritzio, Aren y yo estamos frente al altar esperando a qué la ceremonia de comienzo.

—Para ti es fácil decirlo —me responde —.No es su boda.

—Pero te recuerdo que no es tú primera boda —le dice Fabritzio —.No deberías de sentir los nervios de nuevo.

—En una boda siempre va a ver nervios —dice Aren —.No importa si es la primera o la tercera, los nervios siempre estarán.

—Es bueno saber que por lo menos uno de los hijos está de mi lado —dice mi padre Alessio.

—Ey...—tomo sus hombros —.Todo va a estar bien. Todo saldrá perfecto hoy. Te lo garantizo papá. Tan solo respira ¿Si?

—Si —él asiente.

Esperamos unos minutos, los invitados se levantan de sus asientos, miramos hacia el inicio del altar y vemos a mi padre Dominic  con su traje blanco mientras era acompañado por el abuelo Alexis.

Mis hermanos y yo nos apartamos de nuestro padre y fuimos a nuestros asientos.

La sonrisa que mi padre Dominic trae en estos momentos es muy grande, él está contento y yo también por verlo así.

Después de lo que paso, él merece esto. Todos merecemos un momento de felicidad después de todo lo que pasamos.

Mi padre y abuelo comienzan a avanzar hacia Alessio lentamente.

Ellos dos llegan a él y mi padre sube al altar para después quedar frente a frente con mi otro padre.

—Alessio, te entrego a Dominic está tarde. Espero que con esté nuevo comienzo en sus vidas, nada los pueda separar de nuevo —dice el abuelo Alexis —.Les deseó mucha felicidad a los dos.

—Muchas gracias por sus palabras, señor Salvatore —responde el oji-azul.

Mi abuelo se aleja de ellos y pasa a su asiento.

La ceremonia da comienzo.

Las palabras que la juez está diciendo son hermosas pero un poco lentas a mi parecer.

—Tus padres se ven felices —dice Hunter.

—Lo están, ellos están muy contentos. Se lo merecen después de todo lo que pasamos.

Volteo hacia él.

—Te prometo que nuestra boda será así —me dice —.Llena de felicidad.

—Sé que así será —contesto y sonrió —.Pero... aún tenemos tiempo de sobra para eso.

—Si —sonríen también.

Ponemos de nuevo atención a la ceremonia. Pasan los minutos y ahora el momento importante ha llegado.

El momento en el que los nervios se sienten más.

—Ahora les pregunto a todos los presentes, si hay alguien entre la multitud que se oponga a está unión que hable ahora, oh que calle para siempre —dice la juez.

Salvatore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora