VIAJE A LONDRES.

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Los dias siguen pasando y aún no he conseguido ni una sola noticia de Hunter.

He tratado de investigar desdé que regrese y aún no he conseguido absolutamente nada.

Demonios, todo esto me hace sentir mal. Rose dijo que Hunter se la paso muy mal cuándo fingí mi muerte hace meses, creo que debí de haberle dicho lo que pensaba.

Y no sé que demonios hacer, no se me ocurre nada más.

Tengo que encontrarlo... yo quiero encontrarlo. Pero no sé que más hacer.

Estoy atado de brazos completamente.

—¿Y esa cara? —Fabritzio entra al estudio —.¿Por qué estás tan triste? —me pregunta.

—Es Hunter. Ya no sé que más hacer para poder encontrarlo.

—Ay...—él suelta un suspiro y se sienta sobre el escritorio para verme —.Pobrecito... no es agradable verte sufriendo a causa del amor.

—No estoy sufriendo por culpa del amor.

—¿A no? Pues no creo ni una sola palabra.

—Es la verdad, yo no estoy enamorado.

—Si eso fuera cierto no estarías buscando a Hunter por cielo, mar y tierra. Es más... creo que si no lo quisieras junto a ti ya hubieras contratado a otro guardaespaldas para sustituirlo —dice mi hermano —.Alec... no tiene nada de malo admitir que quieres a Hunter.

—Fabi, no voy a tener está conversación de nuevo.

—La vamos a tener todas las veces que sea necesario —responde —.Hermano no eres débil si admites que estás enamorado. El amor no tiene absolutamente nada de malo, ve nada más a nuestros padres y también ve mi situación actual... yo ya confesé que amo a Rose, el que ella se haga la difícil es otra cosa.

—Hermano...

—Anda, ya dime la verdad. No más mentiras hermanito... ¿Amas a Hunter Russo?

—No.

—¿Lo amas? —vuelve a preguntar.

—Fabritzio detente.

—Alec ¿Amas a Hunter? ¿Si o no?

—Hablo en serio.

—Yo también Alec ¿Amas a Hunter?

—¡Carajo! —me levanto de la silla —.¿Quieres una respuesta? Esta bien hermano. Te daré la puta respuesta que tanto quieres, si lo amo. Lo amo mucho, lo amo desdé que me beso en el bar de Luigi.

Mierda... lo dije. De verdad lo dije, se siente raro el admitir estar enamorado de alguien.

Una sonrisa se dibuja en el rostro de mi hermano.

—Eso era todo lo que quería saber —dice, mete su mano derecha en el bolsillo de su camisa y saca un pequeño papel blanco —.Por ser valiente, te has ganado esto —me extiende la mano con el papel.

—¿Qué es esto? —pregunto y tomo el papel.

—Vinz tiene conocidos en Londres, en ese papel puedes encontrar la dirección del departamento en dónde vive tú guardaespaldas.

—¿Qué dices? ¿Es la dirección de Hunter?

—Así es hermanito, allí podrás encontrar a mi cuñado de ojos verdes —responde Fabi —.Admito que el bastardo sabe esconderse muy bien, pero cómo sabes... nada de escapa y se esconde de nosotros —sonríe con orgullo.

Reviso el papel.

Está dirección se encuentra cerca de la empresa de la familia.

—¿Por qué lo hiciste? —miro a mi hermano —.¿Por qué me ayudas?

—Por que quiero que mi hermanito sea feliz —contesta —.Y esa felicidad solamente la puedes conseguir con ese muchacho. Así que será mejor que te vayas preparando para viajar a Londres, Alec.

—Gracias, Fabritzio —lo tomo de la ropa, lo jalo hacia mi y lo abrazo —.Gracias por esto.

—De nada tonto —me abraza también —.Lo hice con gusto —se aleja para verme a los ojos —.Ahora ve a preparar tú maleta. Tienes un vuelo que tomar. Tráelo de vuelta.

—Si —lo suelto —.Tienes razón. Pero... necesito que todos ustedes vengan conmigo.

—¿Qué?

—Lo que has escuchado, quiero que Rose, Aren, Vinz y tú vengan conmigo. Por favor.

—Pero es un momento muy privado, solo de ustedes dos —me dice el castaño.

—Ustedes son mi familia y los necesito conmigo allá para que me den el valor suficiente para estar de nuevo delante de él —respondo y tomo uno de sus hombros —.Por favor hermano, vengan conmigo a Londres.

Fabritzio se queda pensando un poco.

Vuelve a darme una sonrisa y después lo veo asentir con la cabeza.

—Está bien...—dice —.Vamos a ir contigo.

—Gracias.

—Dejemos los agradecimientos de lado, ahora lo importante es ir a Londres y traer de regreso a tú hombre. Voy a avisarle a los demás, tú mientras prepara todo para el viaje.

—Si.

Mi hermano va hacia la puerta, la abre y se va del estudio.

Realmente me agrada tenerlo de hermano. Al principio pensaba que sería un enfado, pero ahora veo que me he equivocado demasiado. Me agrada decir que es mi hermano.

Concentro mi mirada en el papel con la dirección.

—Voy por ti, muñeco. Solo espero que no te de un infarto —murmuro.

Guardo la dirección y después salgo del estudio para comenzar a preparar todo.

Salvatore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora