SORPRESA INESPERADA.

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Dios mío. Esté anillo tiene ese mismo símbolo, la misma serpiente. No puede ser posible lo que me estoy imaginando y si lo es entonces le agradezco infinitamente a mamá y a dios por está oportunidad para Alessio. Llegó a la puerta del estudio de mi hermano, abro la puerta y entro a toda prisa.

Él se encuentra tomando y detrás de su escritorio.

—Espero que no hayas liberado a mi prisionero, querida hermana —me dice.

—Alessio, es solo un muchacho.

—No es un simple muchacho ¿No has visto el vídeo? Ese "muchacho" no es ningún santo.

—¿Qué le vas a hacer?

—¿Acaso no es obvio? Ese mocoso es un gran problema para nosotros, por su culpa Luigi canceló el trato que tenía con nosotros y ese niñito tiene que pagar por meterse con nosotros —responde —.Le voy a dar la muerte más dolorosa del mundo.

—No Alessio, no le vas a hacer daño.

—Beatrice no de nuevo. No dejaré que te metas en mis asuntos está vez —dice él.

—Pues tendrás que hacerlo hermanito. Ese niño tiene dieciséis años. No dejaré que le hagas daño jamás.

—¿Y por qué? —me pregunta molesto —.¿Por qué nuevamente te metes?

—Por que trato de evitar que vivías con un gran remordimiento el resto de tú vida.

—¿Qué quieres decir? ¿Por qué dices eso?

Saco el anillo de mi bolsillo, me acerco al escritorio y lo dejo sobre el.

—Por esto —respondo.

—¿Qué tiene? Es un anillo solamente.

—Te estás equivocado hermano, no es un simple anillo. Tienes que verlo con cuidado para darte cuenta de lo que quiero decir.

Alessio toma el anillo y lo comienza a ver.

—Una serpiente.

—No es cualquier serpiente. Ese anillo, es idéntico al que Alexis Salvatore y Damián usaban la última vez que los vimos —digo y tomo asiento en la silla frente a él —.Esa serpiente es el símbolo del clan Salvatore.

—No, te estás equivocado Beatrice.

—No lo estoy. Abre los ojos Alessio. Ese niño es parte del clan Salvatore, ese joven...—tomo un poco de aire —. Hermano has la cuenta. Alec tenía cinco años cuándo se fue con Dominic hace tiempo. Tú hijo tiene la misma edad ahora que el joven que tienes secuestrado. Hermano ese chico es...

—No —me interrumpe —.No Beatrice.

—¡Oh por favor!

—No puede ser.

—Si puede ser.

—Dominic no pudo haber permitido que Alec se metiera en estos negocios.

—Un corazón enojado puede ser capaz de cualquier cosa, hermano tú mismo lo dijiste.

Alessio toma la botella de vino y rellena su copa.

—Hermano... ese chico es Alec. No puede ser alguien más que tú hijo.

Alessio vuelve a poner su atención en el anillo.

—Ese anillo solamente lo pueden tener los miembros de la familia. Nadie más —sonrío —.Tenemos a tú hijo en esta casa. Él vino a nosotros.

—Mi hijo...

—Si hermano, tú hijo ha vuelto a ti.

Él se levanta de su silla y camina hacia la salida.

—¿A dónde vas? —pregunto confundida.

—A sacarme de dudas.

Me levanto también y los dos salimos del estudio. Caminamos hasta llegar a la habitación en dónde se encuentra el chico encerrado. Mi hermano está demasiado nervioso y no lo puedo culpar ya que me encuentro igual que él. Alessio abre la puerta y entramos en la habitación. El joven levanta su mirada y la centra en nosotros dos.

—¿Ya me van a matar?

Alessio camina hasta llegar a él y se arrodilla para quedar a su altura.

—Necesito que me digas tú nombre.

—Claro que no. Prefiero morir aquí y ahora.

Mi hermano toma al chico de una de las mejillas y lo mira fijamente.

—Por favor, necesito que me digas tú nombre. Te prometo que no te voy a hacer ningún daño.

Él ahora debe de estar muy confundido y no es para menos. Hace rato Alessio lo amenazaba con matarlo y ahora le está pidiendo por favor que le diga su nombre.

—Si que los De Luca son raros. Hace un rato me amenazabas con quitarme la vida y ahora me estás pidiendo educadamente que te diga mi nombre. Definitivamente no los entiendo.

—Por favor chico. Dime tú nombre.

—No lo haré. Ustedes son malos, mis enemigos.

—Te juro que no te voy a hacer daño, solo dime tú nombre. Es demasiado importante.

—Tú no eres de fiar Alessio.

—Por favor —intervengo en la conversación —.Cree en lo que mi hermano está diciendo, nadie te hará daño. Por favor necesitamos saber tú nombre.

—¿Por qué? ¿Por qué tanto interés? —nos pregunta.

—Por favor...—habla mi hermano algo desesperado —.Dime tú nombre.

El muchacho suspira.

—Bien... si tanto quieren saber está bien. Merecen saber el nombre de quién los destruirá —dice —.Me presento oficialmente ante ustedes dos, mi nombre es Alec, Alec Salvatore. Soy miembro del clan que hace años era dominante en Florencia. Soy nieto de Alexis Salvatore así que ya se pueden ir dando cuenta del peligro que corren por tenerme aquí de está manera. En mi hogar me llaman la serpiente de la muerte y créanme que le hago honor a mi título. No tengo piedad de absolutamente nadie que quiera hacer algo contra mi o mi familia.

Dios santo. Tenía razón, esté chico es Alec. El hijo de Dominic y Alessio. El niño que hace años era la adoración de mi hermano.

—Alec...

—Si, Alessio ese es mi nombre. Así te recomiendo soltarme ahora mismo si no quieres tener problemas con mi padre y abuelo.

—¿Quién es tú padre? —le cuestiona mi hermano.

—Dominic Salvatore. Él es casi tan cruel cómo yo cuándo se meten con alguien que ama.

Alessio se levanta y camina hacia la salida.

Lo sigo y ambos llegamos al pasillo.

Alessio se recarga en la pared y mira hacia el techo. Él está demasiado sorprendido.

—Hermano... ¿Estás bien?

—Es mi hijo...—me mira —.Ese muchacho es mi hijo e hijo de Dominic. Ha regresado.

—Si lo ha hecho pero no cómo hubiéramos querido —comento.

—Carajo...—suspira —.Es Alec... mi Alec.

Salvatore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora