CUPIDOS.

979 90 10
                                    

Dos días han pasado de mi regreso a Florencia.

No pude ocultarle a mis padres todo lo que paso allá. Ellos ahora saben absolutamente todo lo que pasamos en esa ciudad, cómo también ahora saben sobre quién es en realidad Hunter.

Todos en la familia al principio se preocuparon bastante, pero poco a poco se han ido calmando y están recuperando lentamente la confianza en Hunter.

Mis padre Alessio en cuánto supo la verdad quiso dispararle a Hunter por todo, pero logré convencerlo de que no era malo. También comenté lo que siento por él y creo que mis palabras ayudaron bastante, ellos me permitirán estar cerca de Hunter y eso me da mucho gusto. Tengo todo lo que deseó ahora y estoy demasiado contento por ello, tengo a toda la familia junta y al hombre que quiero conmigo, nada me hace falta ya.

—Hunter, creo que deberíamos parar —digo entre besos.

Él desdé que llegamos al jardín no ha dejado de actuar cariñoso conmigo. No es que no lo soporte, lo adoro pero si mis padres nos ven harán un teatro que no quiero.

—¿Por qué? —toma mi rostro entre sus manos —.No la estamos pasando bien.

—Por que...

—Por que si no dejas de comerte a mi hijo, te voy a castrar —la voz de mi padre Alessio se escucha.

Hunter abre sus ojos y rápidamente se separa de mi. Ambos volteamos y nos encontramos con él.

—¿Cuánto tiempo llevas ahí? —le pregunto.

—Lo suficiente para ver sus conductas inmorales —me dice.

—¿Conductas inmorales? Nosotros no estamos haciendo nada malo papá —respondo —.Pero... no podría decir lo mismo de mi papá y de ti. Todos anoche escuchamos cómo se divertían en su habitación.

—N-nosotros no estábamos haciendo nada —dice —.Estábamos... viendo televisión.

—Papá... ya no soy un niño —rió.

—¿Y tú cómo sabes de esa cosas? —cruza sus brazos —.¿Acaso ustedes dos...?

—Olvidas lo que estás pensando y nosotros olvidaremos sus juegos ayer —lo interrumpo —.¿Qué me dices papá? ¿Aceptás?

—Está bien —dice papá —.Pero...—él voltea y mira a Hunter —Después hablaremos tú y yo. Hay unas cuántas cosas que quiero decirte.

—Cómo ordene suegro.

—¿Cómo me llamaste?

—L-lo siento... quise decir... cómo ordene señor De Luca —responde mi novio muy nervioso por la mirada asesina de papá.

—Alec tengo que hablar contigo. Ven conmigo al estudio un momento.

—Claro —me levantó del césped —.Ahora vengo ¿Si? —le digo a Hunter.

Él asiente sin decir nada y sigo a papá al interior de la casa.

—Por favor dime que no te has acostado con ese tonto —dice papá.

—Papá... ¿Cómo puedes preguntar eso? ¿No conoces la privacidad?

—Soy tú padre, tengo que estar enterado de todo respecto a ti Alec —responde —.Y con esa respuesta ya me has hecho entender que ya lo hicieron. No puedo creer a está juventud de hoy en día. Tú padre y yo esperamos un poco para eso.

—No hace falta que me des detalles papá. Con lo que escuche anoche, ya tengo suficiente para ir un mes a terapia. Gracias.

Llegamos a la puerta del estudio, papá la abre, entramos y nos encontramos a Fabritzio besando a Rose mientras está se encuentra sentada sobre el escritorio.

Ellos dos se percatan de nuestra presencia y rápidamente se separan.

—¿Ustedes también? —papá cruza sus brazos nuevamente —.¿Qué le pasa a todo el mundo hoy en está casa? Nada más falta que Beatrice y Damián estén haciendo lo mismo.

—Pero si lo están haciendo, están en la cocina. Por eso venimos a esté lugar —responde mi hermano.

—¡¿Qué?! —papá mira con sorpresa a Fabi.

—Lo sentimos señor De Luca —habla mi amiga —.No volverá a pasar.

—Realmente eso espero, lo olviden los tres que no son los únicos en está casa.

—Papá, por favor todos anoche escuchamos...

—Ni se te ocurra Fabritzio. Anoche no paso nada —lo interrumpe mi padre —.Ahora necesito hablar con los tres ya que están aquí —él cierra la puerta a sus espaldas.

—Ya se habían tardado —me acercó a los nuevos novios.

—Mejor tarde que nunca —sonríe Fabritzio.

—¿Qué ocurre papá? —volteo hacia él.

—Cómo ya saben la boda que Dominic y yo tuvimos hace años no fue en los mejores términos. No fue una ceremonia agradable para él.

—¿Y para quién sería agradable? Tenerte que casar con un mafioso a cambió de la vida de tú abuela no debe de ser para nada agradable —comenta Fabritzio y mi papá lo mira de mala gana —.Lo siento —se ríe nervioso.

—Ya sabemos la historia pá —digo —.¿Y qué pasa con eso?

—Bueno pues se me ocurrió hacerle olvidar ese mal trago con...

—Una nueva boda —Rose lo interrumpe —.Quiere hacer una boda nueva ¿Verdad?

—Si, eres inteligente querida Rose —le dice papá —.Quiero que Dominic tenga la boda que siempre se debió de haber merecido. Una llena de risas y de felicidad.

—¿Y nosotros qué tenemos qué ver? —cuestiona Fabritzio.

—Quiero que los tres junto con Aren me ayuden a preparar todo para esa ceremonia.

—No hay problema de mi parte —contesta Rose —.Sería todo un placer ayudarlos. Usted no se preocupe señor De Luca, nosotros nos haremos cargo de todo.

—Alice me comentó que tú Rose sabes organizar muy bien algunos eventos.

—Si, así es señor De Luca. Yo en Londres me ocupaba de organizar las fiestas de mi padre. Sé todo sobre esos asuntos.

—Bien, entonces te dejaré a cargo de todo.

—No se va a arrepentir señor De Luca, lo prometo —responde la pelirroja.

—Ahora que ya sabemos quién será la encargada de todo papá ¿Cómo le vas a proponer matrimonio nuevamente a mi padre Dominic? —le digo.

—Estaba pensando en una cena en la cabaña de su abuela.

—Es una idea estupenda, pueden cenar y caminar a orillas del lago. Sería muy romántico y perfecto para una propuesta de matrimonio —dice mi hermano.

—Si, es perfecto —responde papá.

—Señor De Luca, no se preocupe por nada. Nosotros tres junto con Aren nos haremos cargo de todo, incluso le ayudaremos a preparar todo en la cabaña —dice la ahora novia de Fabritzio.

—¿De verdad?

—Si, deje todo en nuestras manos.

—Bien —él sonríe —.Confio en ustedes.

—Bien —Rose asiente con la cabeza —.Entonces tenemos trabajo que hacer. Debemos empezar —ella toma a su novio y a mi de los brazos —Vamos tontos —nos lleva hacia la salida.

No puedo creer esto. Nosotros ni siquiera dijimos que si. Pero ya que... no puedo decir nada por que si lo hago Rose será capaz de matarme. Ella está emocionada por ayudarles a mis padres, no quiero arruinar su felicidad.

Solo por esta ocasión, hay que ser cupido.

Salvatore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora