JAQUE MATE.

859 97 23
                                    

Después de varias horas de vuelo, hemos llegado finalmente a Londres.

El aire frío de la ciudad golpea ahora mismo mí rostro, extrañaba sentirlo. Me alegra estar de nuevo en Londres.

—Jamás había estado en Londres —comenta Aren muy emocionado mientras vamos en el coche —.Cuándo terminemos lo que vinimos a hacer aquí ¿Podemos conocer la ciudad? He oído que hay muchas cosas interesantes aquí.

—Después tendremos tiempo para hacer de turistas Aren —responde Rose.

Estoy nervioso, desdé que aterrizamos en Londres mis nervios no me han dejado en paz. Tengo miedo de que él se moleste.

—La calle en la cuál está el departamento está cerca —comenta Vincenzo.

—Ustedes pueden ir a divertirse —digo —.Yo puedo solo.

—¿Seguro? —Fabritzio me mirá.

—Si, ustedes vayan a conocer Londres. Aren está demasiado emocionado por hacerlo. Yo estaré bien, no se preocupe por mi.

—Bien —mi hermano asiente —.Cómo desees.

Vinz sigue conduciendo por un par de calles hasta detenerse delante de un pequeño edificio de apartamentos algo rústico.

—¿Es aquí? —pregunto.

—Si, aquí vive —dice el guardaespaldas de Fabritzio —.El departamento está en el segundo piso, su número es el 30.

—Está bien —abro la puerta y bajo —.Los veo después.

—Suerte —dice Rose.

Ella cierra la puerta y después Fabi baja la ventanilla del asiento del copiloto.

—Hermano te tengo una pregunta.

—¿Cuál es?

—¿Traes condones? ¿Oh quieres que te consigamos uno antes de irnos?

—¿Qué clase de pregunta es esa?

—Hermano, he visto demasiadas series en la televisión y sé cómo terminan estos reencuentros. Comienzan con lágrimas y con confesiones amorosas y después terminan con sexo desenfrenado.

—Si que estás loco —respondo —.Ya, largo.

Mi hermano rie y después Vinz arranca.

Pierdo a mis amigos de vista y después avanzo hacia la entrada.

Me adentro y subo las escaleras hacia el segundo piso.

Camino recto por el pasillo hasta dar con el número que Vincenzo me había dado hace un momento.

Suelto un suspiro y después toco a la puerta.

Mi corazón está latiendo muy rápido, ahora mismo es un desquiciado total.

Espero un poco afuera, la puerta se abre y en mi campo de visión aparece una dulce anciana de ojos verdes.

Ella es algo bajita, su piel es blanca y su cabello es corto y color castaño claro.

—¿Si? ¿Puedo ayudarte en algo jovencito?

—Buenos días, señora estoy buscando a Hunter.

—¿Hunter?

—Si, me dijeron que aquí podría encontrarlo.

—Si, él aquí vive. Es mi nieto.

—¿Su nieto?

—Si ¿Quién eres?

—Mi nombre es Alec, es un placer conocerla —respondo amablemente a la anciana —.Soy un viejo amigo de Hunter.

Salvatore Donde viven las historias. Descúbrelo ahora